Chabelo
Morales sigue en el centro penal de El Porvenir de La Ceiba, Atlántida. Cinco
años lleva este hombre de treinta y siete años. Llegó con su mirada completa y
hoy solo puede ver con un ojo. El otro lo perdió en un accidente mientras
trabajaba en la limpieza del monte en las orillas del edificio del
penal.
A
Chabelo se le ha condenado por homicidio en el marco de una lucha frontal entre
la comunidad agraria Guadalupe Carney y un grupo de terratenientes que se
posesionó de la tierra que el Estado hondureño adjudicó en el año dos mil a las
familias campesinas organizadas en el Movimiento Campesino del Aguán. El Estado
nunca resolvió con prontitud y eficacia, y el conflicto no resuelto confrontó
mortalmente a campesinos con terratenientes.
Chabelo
Morales es una víctima de la negligencia del Estado, y en este campesino se
encarna lo que ocurre a todas aquellas personas y grupos campesinos que deciden
defender su derecho a la tierra. Chabelo Morales es en sentido estricto un preso
político por la lucha agraria.
La
sencillez y humildad de Chabelo Morales le salen por todos sus poros. De acuerdo
a fuentes dentro del mismo penal, existen serias sospechas de existir planes
para asesinarlo dentro del penal o aprovechar una salida para atentar contra su
vida. Sin embargo, Chabelo siempre es el mismo. Si alguien le pide un favor, no
duda en atenderlo; si lo invitan a realizar rondas es el primero en anotarse,
sin caer en la cuenta del peligro que corre.
Chabelo
Morales fue sentenciado sin haber estado presente en el juicio y sin que sus
abogados estuvieran informados. Se presentó un recurso de casación ante la Corte
Suprema de Justicia, y han pasado muchos meses y el proceso sigue estancado. El
sistema judicial actúa raudo y veloz cuando de por medio existen grandes
personajes o hay dinero de por medio.
Pero
el sistema de justicia actúa peor que una tortuga cuando se trata de una persona
humilde. La ley sin duda se aplica sin piedad en contra de la gente humilde,
aunque sea inocente como es el caso de Chabelo Morales, y la ley se interpreta y
se aplican medidas sustitutivas o se da sobreseimiento definitivo cuando el
acusado es un personaje poderoso.
A
cinco años de prisión, seguimos exigiendo libertad para Chabelo Morales, un
campesino humilde e inocente, exigimos que se le restituyan todos sus derechos y
que el Estado responda por la pérdida de su ojo y por el daño psicológico que ha
significado este tiempo de prisión injusta.
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