Es un momento para
pensar el camino, y para encarar los nuevos desafíos. Para recuperar
los esfuerzos de los compañeros y compañeras que han venido andando y
escribiendo historia.
Un
camino que se inspira en los 500 años de resistencia del pueblo lenca, y
de todos los pueblos indígenas y negros de Nuestra América.
Un
camino que se hace de muchas maneras de enfrentar al coloniaje, que
dejó en nuestra tierra las huellas de la esclavitud, de la servidumbre,
del racismo, pero también de la resistencia, de las muchas formas de no
entregarse, de no rendirse.
COPINH
nació en el 93 con el propósito de luchar por mejorar las condiciones
de vida de nuestras comunidades. Para defender nuestro territorio,
nuestra espiritualidad, nuestras maneras de ver, de vivir y de sentir el
mundo. Para ser parte de la resistencia de todos los pueblos indígenas,
negros, campesino, de los trabajadores y trabajadoras. Para andar con
el movimiento estudiantil, magisterial, ecologista, religioso popular,
con el movimiento de mujeres y feministas, con las diversidades
sexuales, contra la corrupción y la justicia, con los grupos artísticos y
culturales, pobladores urbanos, juventud, gremios, con los medios
alternativos y muchos mas que buscan cambiar al mundo y enfrentar cada
cual desde sus experiencias las huellas que inscriben el colonialismo,
el patriarcado y el capitalismo en nuestros cuerpos.
Celebrar
los 20 años no es un acto de nostalgia sino de compromiso. Es la
necesidad de mirar al camino para decidir los próximos pasos.
Es
creer en lo que somos y hacemos, en los sueños de tantos compañeros y
compañeras que anduvieron con nosotros y nosotras revolviendo
conciencias, recuperando territorios, luchando contra las represas,
cuidando los bosques, conservando los valores de nuestra espiritualidad
rebelde, ocupando edificios públicos, en largas marchas, en encuentros,
en espacios de formación y comunicación, en acciones internacionalistas,
en la resistencia al golpismo, en los tribunales de mujeres contra la
violencia patriarcal, en los encuentros contra la militarización, en el
impulso a la refundación de Honduras.
Queremos
especialmente recordar a los compañeros y compañeras caídas. A quienes
hoy no están físicamente entre nosotros y nosotras, pero con quienes
asumimos un compromiso indeclinable. ¡Ellas y ellos saben que están en
nuestra memoria, que vamos juntos a abrir nuevas creaciones y
construcciones revolucionarias, que son parte de nuestra rebelde
alegría!
En
un tiempo en el que las organizaciones populares, y con especial
crudeza las organizaciones indígenas, sufrimos el impacto múltiple de
las políticas depredatorias transnacionales, que para asegurar sus
lógicas asesinas reprimen, desplazan población, cooptan líderes y
comunidades, estos 20 años del COPINH significan un enorme esfuerzo de
lucha y de creación colectiva que queremos valorar, compartir, defender,
y pensar la mejor manera de continuar.
Hemos aprendido a escuchar y a hacer valer las voces de las comunidades.
Hemos aprendido a escuchar y a hacer valer las voces de las mujeres.
Hemos aprendido a escuchar y a hacer valer las voces de los ancianos y ancianas.
Hemos aprendido a escuchar y a hacer valer las voces de los y las jóvenes.
Hemos aprendido a escuchar y a hacer valer las voces de los niños y niñas.
Hemos aprendido nuevas maneras de educarnos y de comunicarnos.
Hemos
aprendido a rehacer una y mil veces la unidad con quienes piensan y
sienten diferente, pero suman fuerzas y creatividad en las experiencias
del pueblo.
Hemos
aprendido a enfrentarnos con los empresarios transnacionales y sus
delegados, con distintas formas de militarismo y violencia, con los
malos gobiernos.
Hemos sabido criticar a líderes como Mel Zelaya, cuando no escuchan el clamor del pueblo, y hemos sabido defenderlos cuando se enfrentan al imperialismo, o se integran en esfuerzos como el ALBA.
Hemos
apoyado sin vacilaciones a la Revolución Cubana y a la Revolución
Bolivariana. Con nuestros cuerpos decidimos defender la Embajada de
Venezuela en los días duros del golpe de estado. Estamos orgullosos y
orgullosas de esos copines y copinas que expusieron sus vidas para
cuidar los símbolos de las revoluciones del continente.
El golpe de estado del 2009 nos puso a prueba.
Tuvimos
que salir a las calles una vez más y ahí quedarnos, como parte del
pueblo en resistencia que cambió la historia de rebeldía de Honduras,
haciendo uno de los ejercicios más impresionantes de poder popular.
Días
y días estuvimos en las calles, recibimos gases, palos. Fuimos presos y
presas. Fuimos perseguidos y perseguidas. Hubo quienes tuvieron que
dejar el país. Vimos cómo se instalan nuevas bases militares. Cómo se
pierden conquistas ganadas en grandes luchas. Vimos cómo morían
compañeras y compañeros queridos. Vimos cómo muchos otros y otras
tomaban sus banderas y las multiplicaban.
Aprendimos una vez más la fuerza de nuestro pueblo.
Aprendimos a creer en nuestra organización y en nuestra imaginación.
Aprendimos
que no se trata sólo de resistir, sino que tenemos por delante la tarea
de refundar Honduras sobre nuevas bases, que permitan terminar con
todas las huellas del coloniaje.
Hicimos ejercicios colectivos para imaginar la refundación de Honduras.
Entendimos que
había que avanzar en un camino anticapitalista, antipatriarcal y
anticolonial, que se uniera a los muchos caminos de los pueblos
mesoamericanos y de toda Nuestra América.
La
fuerza de la Resistencia, su diversidad, su impacto en la política
nacional e internacional, nos desafió a pensar nuestros esfuerzos. Nos
integramos en ese torrente de pueblo que invadió las calles, las rutas,
las oficinas públicas, quitando poder al golpismo. Deslegitimando sus
órdenes. Junto al resto del pueblo hondureño, les dijimos que no tenemos
miedo. Y nos tuvieron miedo.
Aprendimos
que en esa resistencia, con todo lo heroica que es, conviven muy
diversos proyectos. Nos encontramos y nos desencontramos con ellos en
distintas oportunidades.
Dialogamos,
debatimos caminos, nos apasionamos en la búsqueda de una alternativa
popular, que no significara volver a los senderos conocidos de las
políticas electoreras.
Nos
dolió cuando los Acuerdos de Cartagenas legitimaron la farsa electoral,
y permitieron el reingreso de Honduras a los organismos
internacionales. Criticamos esos acuerdos, y supimos que se había creado
otra situación, otra relación de fuerzas, que desgastaba las políticas
insurgentes y refundacionales, para llevar a Honduras a una rápida
institucionalización, funcional a los intereses del capital
transnacional.
No
nos hicimos parte del proceso electoral, y optamos por seguir
impulsando la Refundación de Honduras, desde el corazón de las
resistencias históricas de nuestros pueblos.
En
eso hemos estado y continuamos. Movilizadas y movilizados para detener
los megaproyectos hidroeléctricos, las concesiones mineras. Luchando
contra la privatización del agua. Contra los megaproyectos turísticos
que agreden a nuestras comunidades indígenas y negras. Enfrentando a la
política de creación de Ciudades Modelo, y los proyectos de Reducción de
Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal, que no son otra
cosas que el comercio destructor e irracional que privatiza nuestros
bienes naturales. Defendemos los bosques, los ríos, las sierras. Somos
guardianes y guardianas de la biodiversidad, de la soberanía, del
territorio.
Al mismo tiempo, luchamos por modificar las relaciones de poder patriarcales, cuidando el lugar de las mujeres, nuestros cuerpos, el derecho a decidir con libertad sobre nuestras vidas, nuestra sexualidad, nuestros sueños y deseos.
Rechazamos la violencia machista, la homofobia, todas las maneras que asume el patriarcado.
Rechazamos el racismo y la xenofobia.
Rechazamos el maltrato hacia niños y niñas, adolescentes y jóvenes.
Queremos crear relaciones y vínculos comunitarios basados en la solidaridad, la confianza, el amor, y la libertad.
No
aceptamos que nos impongan bases militares en nuestros territorios, ni
que se establezcan guardias armadas de los terratenientes, con sus
sicarios, sus paramilitares, sus narcos, transformando a Honduras en una
de las regiones más violentas del mundo.
Queremos que se respete nuestra cultura y nuestra espiritualidad. Nuestras maneras comunitarias de vida.
Defenderemos una
ley de radiocomunicación que garantice espacios de libertad para los
medios comunitarios. Para terminar con el monopolio golpista en los
grandes medios hegemónicos.
Si
bien no compartimos las decisiones de algunos sectores de la
Resistencia en seguir únicamente bajo un proceso electoral, nos
sentimos comprometidas y comprometidos en derrotar las muchas maniobras
de los golpistas y oligarcas, que buscan cuidar sus negocios a cualquier
costo, interrumpiendo los procesos políticos, amenazando a los y las
militantes de izquierda, creando una sensación de permanente inseguridad
para nuestro pueblo. A todos los compañeros y compañeras amenazadas y
amenazados, agredidos, presos, les expresamos nuestra más completa
solidaridad. Pueden contar con el COPINH!
En
este camino, además de participar de diferentes acciones de la
Resistencia, hemos creado espacios de formación, de construcción de la
Utopía, participamos en diversidad de espacios de articulación donde
COPINH da sus aportes. La educación, la comunicación, son centrales en
la política de COPINH, porque somos parte de la batalla de ideas, y en
ella están nuestros mayores esfuerzos.
Tenemos nuevos sueños para compartir. Nuevas propuestas para realizar.
No nos vamos a detener. No nos van a detener.
Llevamos en nuestra sangre el espíritu de Lempira, de Iselaca, de Etempica.
Somos guerreras y guerreros de la unidad del pueblo, contra el imperialismo y el colonialismo.
Somos guerreras y
guerreros de la creación del pueblo, de la unidad del continente, de la
defensa del socialismo cubano y de la revolución bolivariana.
La memoria de quienes sembraron nuestras tierras con su sangre, está viva en nosotras y nosotros.
El pueblo lenca está de pie.
Memoria. Dignidad. Resistencia.
Hacia la Refundación de Honduras.
A 20 años de nuestro primer nacimiento, COPINH sigue naciendo cada día.
http://giss.tv:8000/guarajambala.mp3.m3u
web: copinh.org
blog: copinhonduras.blogspot.com
fb: Copinh Intibucá
twitter:
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