La
crisis de valores en que se encuentra el mundo “globalizado”, pero
sobre todo la mal llamada sociedad “americana”, mejor denominada
estadounidense, nos lleva a la conclusión que el imperialismo, con
Estados Unidos a la cabeza, no sólo comenzó a desaparecer, sino que la
sociedad está atrapada en la propia telaraña del mal que crearon,
llevándolos a su autodestrucción.
Son
7 las potencias nucleares que tienen de rodillas y quieren supeditar al
resto de los países del orbe y se ufanan en ser los poderosos del mundo:
Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia, Israel, India y China.
Cualquier otro país que lo intente tratan de someterlo, como sucede
actualmente con Irán que, bajo supervisión de la OIEA (ONU), ésta usando
uranio para generadores termoeléctricos y no uranio enriquecido, que estas potencias usan para armas guerreristas nucleares.
La
situación demencial que vive la sociedad estadounidense es lamentable.
Todo, producto de la actitud guerrerista y expansionista de este país.
Vivimos y estudiamos en los años 92-93 en Estados Unidos y su pueblo, su
gente, en términos generales nos parece noble y digna. Merecedores de
algo mejor. Tenemos allá muy buenos amigos. Pero sus diferentes
gobiernos, demócratas y republicanos, que son la misma cosa, son una
catástrofe por sus altos niveles de esquizofrenia, paranoia, avaricia y
poder hegemónico.
Las masacres norteamericanas no son cosa reciente, ni novedosa. En esto hay fundamentalismo político y religioso; ambiciones financieras de las grandes corporaciones; pero sobre todo desviaciones mentales enfermizas.
En
agosto de 1966 un joven de la Universidad de Texas en Austin, Estados
Unidos, asesinó a su esposa, su madre y 19 estudiantes universitarios.
En
abril de 1993 en Waco, Texas, agentes del gobierno de los Estados
Unidos, siendo presidente Bill Clinton, asesinaron a más de un centenar
de miembros de la iglesia Davidiana, dirigida por David Koresh.
En abril de 1999 en Colorado, Estados Unidos, dos jóvenes asesinaron a 15 estudiantes y después se suicidaron.
En
abril del 2007 en una masacre perpetrada en Virginia Tech University
(VTU) en Virginia, Estados Unidos, fueron masacrados por un enloquecido
joven, que después se suicidó, 32 jóvenes universitarios. Lamenté mucho
esta desgracia porque precisamente en esta universidad estudié y conocí
personas honorables y agradables.
La
más reciente de las masacres, diciembre 2012, es la sucedida en
Connecticut, Estados Unidos, donde 28 personas murieron asesinadas,
incluyendo al hechor, matando entre ellos a 20 niños y 7 adultos.
En todos estos casos hubo además centenares de heridos, algunos de los cuales murieron después.
La
locura armamentista de los Estados Unidos es tal, que el país tiene 300
millones de habitantes, sin embargo, circulan por el país 350 millones
de armas registradas oficialmente. ¿Qué necesidad tiene una sociedad
supuestamente civilizada y avanzada de tantas armas? La conclusión es,
que a los gobiernos de Estados Unidos, burros o elefantes, lo que menos
le importan son los niños, las niñas, los jóvenes. Mucho menos el dolor
de los padres y familiares. A ellos sólo les importa el negocio de las
armas, el narcotráfico, los negocios sucios, el atraco de los bienes
naturales continentales de los países “débiles”, porque eso es lo que
deja buenos dividendos al capitalismo salvaje imperial.
Pero
esta psicopatía tiene un origen de grandes proporciones: la carrera
armamentista inhumana, hegemónica y expansionista que Estados Unidos ha
practicado en los últimos 100 años. Sino recordemos los genocidios en
Hiroshima, Nagasaki, Vietnam, Camboya, Irak, Afganistán, Pakistán,
Libia, Egipto, Irán y actualmente en Siria, entre tantos. Según la
agencia noticiosa RT, sólo en Irak los norteamericanos asesinaron por
bombardeos durante la invasión a aquel país más de 500 mil niños y
niñas. Entonces, ¿con qué cara Barack Obama ahora muestra pesar por la
muerte de niños escolares en Estados Unidos generada por su demencial,
voraz y ambiciosa política internacional? Esto no es doble moral, porque
este concepto no existe, es simplemente inmoralidad pura y descarada.
Burda hipocresía.
Lamentablemente
ante esta perniciosa herencia de sus malos gobiernos la juventud y la
niñez estadounidense está mental y emocionalmente socavada. De ahí que
los suicidios, las masacres, la excesiva drogadicción entre la juventud,
horrendos crímenes, depravación, los más de 2 millones de privados de
libertad, tiene como único génesis LA DEMENCIA DE LOS GOBIERNOS
ESTADOUNIDENSES.
29 de diciembre 2012.
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