Jesús Gellida
Este 2012 ha sido un
año donde han sido aplicadas toda una serie de medidas regresivas en
los derechos sociales, laborales y democráticos.
Así, tenemos que en
este periodo de shock en el que se
encuentra la mayoría de la población, por las carencias y necesidades
que sufre, los poderes financieros y empresariales imponen a gran
velocidad a través de sus gobiernos un programa de destrucción
sistemática de los servicios públicos y de los derechos laborales que,
al menos, aseguraban un mínimo de protección social.
Durante todo el
año, tanto a nivel estatal como autonómico, han sido impuestas en base a
decretos-leyes y otras normativas una serie de políticas públicas para
controlar el déficit y pagar la deuda. Una deuda pública que se ha
incrementado por la socialización de las pérdidas del sector privado,
sobre todo del bancario, y por unos intereses altísimos que el mismo
sector bancario aplica a la administración pública. En este sentido hace
falta una auditoría de la deuda y no pagar la deuda ilegítima. Pero,
volviendo a las medidas para “superar” la crisis y reducir el déficit,
estas han seguido las clásicas fórmulas de una posición ideológica muy
concreta, la neoliberal: recortar en el gasto público y en el gasto
público social; aumentar la recaudación mediante una reforma fiscal
regresiva que sube los gravámenes generales, pero evitando impuestos
especiales a las grandes riquezas o a las transacciones especulativas;
flexibilizar y precarizar el mercado laboral; abrir la puerta a
privatizar los pilares del estado de bienestar (sistemas de pensiones,
educación, sanidad, servicios sociales, etc.); y continuación de la
desregulación de los mercados financieros.
Estas medidas
impuestas contra la voluntad de la mayoría de la sociedad y que no
estaban en ningún programa electoral conforman un plan de ajustamiento
estructural que redistribuye la riqueza desde el mundo del trabajo hacia
el capital, haciendo pagar así los costes de la crisis a las clases
populares y trabajadoras, y beneficiando a una clase social muy concreta
y minoritaria.
Así pues, durante todo el 2012 estas reformas
han supuesto la eliminación de derechos laborales y sindicales y el
abaratamiento del despido (1), la imposición del repago sanitario, el
desmantelamiento progresivo de la enseñanza, la sanidad pública y los
servicios sociales, la entrega a la banca de recursos financieros
públicos a través del primer rescate (2), la concesión para los
defraudadores de una amnistía fiscal, el aumento del IVA y de las tasas
judiciales. Todo esto acompañado de un aumento de la coartación de la
pluralidad informativa y de la profundización en la criminalización de
los movimientos sociales y de la contestación popular.
Como
consecuencia de estas medidas cerraremos este año 2012 con un paro del
25% (3) de la población (casi 6 millones de personas paradas), con más
de dos millones de parados registrados que no reciben ninguna prestación
o subsidio de desocupación, con más del 50% de jóvenes menores de 25
años sin trabajo, con un 22% de personas bajo el umbral de la pobreza y
un 25% en situación de riesgo (4), con cerca de 180.000 desahucios y con
unos servicios públicos con miles de profesionales y recursos menos.
Pero también este 2012 ha sido un año donde las resistencias a estos
brutales ataques se han ido incrementando y coordinando. Así pues,
durante el 2012 las luchas sociales se han dado sectorialmente con las
diferentes mareas en defensa de los derechos públicos, pero también han
confluido en movilizaciones generales como las dos últimas huelgas
generales. Respecto a estas últimas hay que decir que han sido mucho más
importantes que la del 2010, a pesar de que no han paralizado del todo
el Estado sí que lo han movilizado y han elevado el nivel de conciencia y
de la necesidad de la lucha social para revertir los recortes y superar
este injusta situación. Así mismo, no hay que olvidar que en este año
se llevó a cabo la constante y contundente lucha por los derechos
laborales que nos ofrecieron los mineros y sus familias, así como las
movilizaciones multitudinarias como la del 15S. También en este año se
ha abierto en Cataluña una puerta para hacer realidad el derecho a la
autodeterminación después de una manifestación histórica con más de un
millón y medio de personas. También 2012 ha sido el año de la primavera
valenciana dónde miles de personas hacían frente a la represión que
sufrieron los y las jóvenes estudiantes valencianos. Tampoco nos podemos
olvidar del aniversario del 15M donde volvieron a haber ocupaciones de
las plazas o de las caceroladas frente a la Caixa y otros bancos o de
las manifestaciones frente al Congreso de miles de personas convocadas
por la coordinadora 25S para exigir una democracia real, a la vez que
para mostrar la repulsa a unos presupuestos antisociales. Así mismo,
2012 también ha sido el año en que el 15M ha llevado a juicio a Rodrigo
Rato y donde las diversas Plataformas de Afectados por la Hipoteca y los
movimientos vecinales han conseguido parar centenares de desahucios.
Todo esto demuestra que si se lucha se puede.
Es por eso que,
todo y los brutales ataques de los poderes económicos y financieros
llevados a cabo por sus gobiernos títeres, tenemos que plantar cara y
dar una respuesta todavía más contundente, son ellos o nosotros. No
tenemos que tener miedo porque es lo que quieren, que nos callemos y nos
quedemos en casa. ¡Pues no! Hay que organizarse y tomar partido, nadie
ha dicho que sería fácil más bien al contrario ya que tal vez nos pasen
por encima, pero si no hacemos nada, si no luchamos ya estamos perdidos.
Es por dignidad.
Ahora hace falta pues para el 2013 continuar
haciendo mucha pedagogía política a pie de calle para que las clases
populares tomen conciencia de la situación actual y se impliquen en los
procesos de transformación radical de la sociedad, así como impulsar un
proceso de movilización sostenido en el tiempo lo más masivo posible.
Finalmente comentar que además de estas luchas en la calle hay la
necesidad de organizarse en cada barrio y en cada centro de trabajo a la
vez que, allá donde se pueda, utilizar las instituciones parlamentarías
de altavoz del malestar de la población y de las alternativas que
tenemos.
Blog del autor y fuente del texto: http://jgellida.blogspot.com/
Ver el artículo: “La última reforma laboral: un ataque frontal a la clase trabajadora”
Ver el artículo: “El gobierno de Rajoy miente y nos lleva a la ruina”
Ver el artículo: “Hacia los seis millones de personas paradas”
Ver el artículo: “El empobrecimiento continuado de la mayoría de la sociedad”
Ver el artículo: “La solidaridad es el camino”
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