
Nota: este artículo es parte de una extensa serie enviada por el foro Perú foro Paulo Freire (envío firmado por José Rouillon) titulada "El capital internacional se apodera de las mejores tierras sudamericanas" en la que también aparece el caso de las "ciudades modelo" en Honduras. Sin duda, Islandia ha dado un histórico ejemplo al resto del mundo.

Islandia, el país del cual nadie quiere hablar
Noviembre de 2012 / 13:55 Diego Castro Parnin - Clarín
Mientras
la crisis económica sigue empeorando enel mundo desarrollado, existe un
país que está logrando salir de ella a través de un método alternativo a
la austeridad, Islandia. Islandia fue considerada durante muchos años
un ejemplo entre los países europeos al tener una baja tasa de desempleo
y un fuerte cuidado del medio ambiente, a través del uso de fuentes de
energía renovables como las geotérmicas que representan el 85% de la
generación de energía en la isla.
Los logros económicos de Islandia
fueron tales que eran candidatos a entrar en la Unión Europea. Pero esos
buenos números no se debían tanto a la economía islandesa como a los
flujos financieros especulativos que llegaron a la isla en los últimos
10 años.
En
2001 los bancos fueron desregulados, marcando así el destino que
esperaría Islandia. Rápidamente los bancos islandeses empezaron a atraer
las inversiones extranjeras.
Olvidando, error bastante común en el
sistema neoliberal, que el crédito barato sigue siendo deuda. Fue así
como este pequeño país empezó a comprar propiedades lujosas en
Inglaterra, incluso el club de futbol West Ham United. Eso hizo que los
bancos elevaran rápidamente su deuda en pocos años, llegando al 900% del
PIB en 2007.
Una
de las técnicas usadas por los inversionistas para crear ese nivel de
deuda fue el “Carry Trade”. El carry trade consiste en comprar divisas
con una tasa de interés baja, por ejemplo el franco suizo o el yen, para
invertir ese dinero en otra divisa que se apreciara en relación a la
divisa de financiación. De esta manera los especuladores que apuestan en
Forex, el mercado mundial de divisas, pueden generar rápidamente
ganancias.
Pero esa inversión no corresponde a la confianza que se tiene
en un país, creando una burbuja al desincronizar el valor de los
inmuebles o de los bonos con la deuda. Esa técnica fuertemente
especulativa solo funciona vendiendo rápidamente, “en corto”, antes de
que los precios suban y disminuyan los niveles de ganancias o incluso
que se generen perdidas. Esos ataques a la economía
islandesa sólo fueron posibles gracias a la complicidad de los grandes
bancos, que en vez de aumentar el precio de la deuda o la tasa de
interés frente al alto nivel de demanda de deuda islandesa mantuvieron o
disminuyeron los requisitos para pedir dinero.
Esa
situación era insostenible y el sistema financiero islandés colapsó
como consecuencia de la crisis subprime norteamericana. Islandia que era
considerado un país con una economía solida, caía rápidamente en la
misma situación que países como Irlanda o Grecia. Incluso, debido al
tamaño de la economía real de Islandia, la crisis bancaria que vivió fue
la más grave de la historia mundial. A mediados de 2008, su deuda se
elevaba a 50 000 millones de euros de la cual un 80% correspondía a la
deuda de sus bancos. Las instituciones internacionales como el FMI y los
países cuyos bancos eran dueño de la deuda islandesa, como el Reino
Unido, presionaron para que Islandia rescatara sus bancos y respondiera
por las deudas de sus bancos, guion utilizado en todos los países que
están actualmente en crisis en
Europa.
Frente
a la fuerte recesión, con una economía que se redujo en un 6,7% en
2009, las manifestaciones no tardaron a hacerse presentes, hecho
totalmente anormal en un país como Islandia. Eso llevó incluso las
fuerzas policiales a usar por primera vez gases lacrimógenos contra sus
compatriotas desde las manifestaciones en contra del ingreso del país en
la OTAN en 1949. Pero esas tendencias violentas fueron rápidamente
remplazadas por un movimiento civil pacifista que empezó a recurrir a
los cacerolazos para demostrar su descontento.
La presión creada por las
constantes manifestaciones que exigían elecciones anticipadas logró la
renuncia del gobierno de derecha y la elección de un nuevo gobierno de
izquierda cercano a las demandas civiles.
El
nuevo gobierno, entendiendo que los cambios a realizar no podrían ser
hechos sin el acuerdo del pueblo, decidió que los islandeses debían
elegir ellos mismo el destino de su país. Materializándose a través de
tres medidas claves, el enjuiciamiento de las personas que habían creado
la crisis, un referéndum para decidir si los islandeses pagarían la
deuda de los bancos en quiebra y la creación de una nueva Constitución.
A
diferencia del resto de los países afectados por la crisis financiera
en el mundo, desde Estados Unidos a Grecia, Islandia fue el único país
que decidió llevar a tribunales los encargados de los tres grandes
bancos que habían creado la deuda islandesa y al Primer Ministro de la
época, bajo el cargo de omisión de deberes. Además, se realizó un primer
referéndum en 2011 donde el 93% de los votantes decidió que los
habitantes no pagarían la deuda de sus bancos, que costaría
aproximadamente 100 euros por mes a cada islandés durante 15 años. En un
segundo referéndum en 2011 los islandeses rechazaron de nuevo, con un
60% de los votos, cargar con la deuda externa de los bancos. A esos
referendos hay que agregar que el gobierno islandés tomo algunas
decisiones, que ningún otro país afectado por la crisis ha tomado,
como cancelar todos los créditos con tasas variables superiores al 110%
del valor de los bienes inmobiliarios o declarar ilegales los prestamos
basados en monedas extranjeras entregados a particulares.
El
negarse a los planes del FMI, que consistían en el rescate de los
bancos y una fuerte austeridad, permitió que después de dos años de
fuerte recesión Islandia volviera a tener una economía en crecimiento,
en un 2,9% en 2010 y un 2,4% en 2011, números muy superiores al resto de
los países de la Unión Europea o Estados Unidos.
Pero
la “Revolución Islandesa” no se detiene ahí ya que el país está
actualmente en pleno proceso de crear una nueva Constitución. De la
misma manera que su respuesta a la crisis económica fue única, su manera
de realizar una Asamblea Constituyente también lo es.
La
Constitución Islandesa está siendo escrita, en su mayor parte,
directamente por los ciudadanos y no por representantes de partidos
políticos. Durante el primer Fórum Nacional en el cual participaron 1500
islandeses, solo 300 fueron elegidos entre representantes de compañías,
instituciones u otras agrupaciones. La gran mayoría de los
participantes, 1200, fueron elegidos al azar entre los ciudadanos. Con
la aprobación de esa primera Acta por parte del Parlamente, se llamo a
un segundo foro, esta vez supervisado por 7 personas designadas por el
Parlamento, compuesto por 950 personas elegidas aleatoriamente entre los
islandeses, para representar de manera igualitaria, dentro de lo
posible, cada región del país y ambos géneros. Ese segundo foro, en el
cual todos los islandeses podían participar a través de Internet, es
el que escribiría el proyecto de las modificaciones constitucionales
que deberían ser realizadas, después de ser ratificados a través de un
referendo, en una Asamblea Constituyente.
Esa
pequeña isla de apenas 330 000 habitantes llamada Islandia ha marcado
un referente poderoso para el resto de los países que siguen inmersos en
la crisis. Crisis que sigue empeorando, como en Grecia y España, y que
se está contagiando poco a poco a otros países europeos, como Italia y
Francia. Pero el camino que ha tomado el pueblo islandés es peligroso
para los intereses económicos de las grandes instituciones financieras. Y
es por eso que los grandes medias, propiedad de bancos y magnates, no
quieren hablar de esta solución opuesta a la austeridad propuesta por la
Troika. Correrían el riesgo de que los ciudadanos griegos, españoles,
portugueses o irlandeses decidan tomar el mismo camino que Islandia.
Fotos tomadas de: http://lamatrixholografica.wordpress.com
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