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Por Edgar Soriano Ortiz
La consolidación del bipartidismo
“liberal-nacionalista” tras la guerra
civil de 1924 generó grandes campañas mediáticas, por prensa escrita, radio y
luego televisión, con el objetivo de mantener el liderazgo caudillista de
personalidades encargada de dirigir a las masas poblacionales en su eufórico
partidismo de colores y odio.
Tiburcio Caría Andino llegó al poder impulsado
mediáticamente por el periodista Paulino Valladares y aprovechando la división
del partido liberal entre los caudillos regionales y la dirigencia urbana de
Tegucigalpa, una vez en la presidencia Carías Andino persiguió a la oposición
en impuso la “paz”, sus allegados trabajaron para crear el mito del general,
poniéndolo como hombre honesto y de mano dura contra el crimen, ignorando los crímenes,
la marginación poblacional y los actos de corrupción de funcionarios del
régimen autoritario.
El partido Liberal no se quedaría atrás en el tema
de consolidar mediáticamente sus liderazgos, que tras la muerte de los dos
principales caudillos regionales: Vicente Tosta (1930) y Gregorio Ferrera (1931),
el partido quedo en manos de la dirigencia urbana de Vicente Mejía Colindres,
pasando por Ángel Zúñiga Huete y llegando a Ramón Villeda Morales, quienes se
encargaron mediáticamente de controlar
las contradicciones internas del partido. Ramón Villeda Morales tuvo la
coyuntura del desgaste de la dictadura “nacionalista” (cariísta, galvista,
lozanista) y la fuerte lucha obrera, que con la gran huelga general de 1954
presionaron la salida del nacionalismo y obligaron a los liberales a emitir
reformas político-sociales. Morales asumió el poder mediante una negociación
con las Fuerzas Armadas (dándoles la autonomía)
y de esa manera controlar la
asamblea constituyente que lo nombraría Presidente en 1957. Su gobierno emitió
reformas porque el contexto lo ameritaba ante la amenaza insurreccional, sin
embargo su posición frente a las tendencias socialista era muy evidente,
demostrando la visión de las elites burguesas, que desde décadas atrás odiaban a muerte a los
llamados “comunistas”, el anticomunismo de Villeda Morales estaba claro frente
a lo que consideraban el peligro cubano –enfoque tomado por la burguesía
iberoamericana tras la revolución de 1959- y por ello en ningún momento apoyó a sectores con
tendencia revolucionaria dentro del partido Liberal.
Villeda Morales fue mencionado en el brutal hecho de la
masacre de los Laureles en 1961, crimen perpetuado por las FFAA y finalmente en
su pacto secreto en el golpe de Estado del 3 de octubre de 1963 (donde murieron
centenares de personas, de la guardia civil y de la población), contra su mismo
gobierno, que en realidad era el camino a la destrucción del movimiento obrero
y campesino, era la lógica de las elites conservadoras y militares –con el
beneplácito de Washington- para evitar el ascenso de un presidente liberal
populista, representado en el virtual ganador de las elecciones que se iban a
realizar el 13 de mismo mes de octubre, Modesto Rodas Alvarado.
El poder mediático del partido Liberal de derecha
utilizó en las décadas siguientes el mito del “presidente democrático” Villeda
Morales para mantener la tradición del voto “colorado”, aun en el contexto
actual los liberales siguen la tradicional lógica manipulativa, su hijo
Mauricio Villeda Bermúdez, fiel representante de los grupos facticos y de la
tradición familiar de su padre, enemigos de la lucha popular –utilizando la
sobra de del símbolo del pajarito, demuestra el letargo histórico de la derecha
liberal hondureña-, trabajan respaldados mediáticamente para seguir el camino
de las grandes mentiras, que por siglos han oprimido al pueblo hondureño. Su
poder mediático y las ventajas de la democracia burguesa son el soporte de este
poco carismático político conservador en medio
de un partido Liberal destrozado después del golpe de Estado
civil-militar de 2009…
Bueno, con el supremo respeto. Su texto es una opinión medular de sus ideas, de su criterio. Pero, dejeme decirle ningún gobernante en ninguna región del mundo, hace algo por su pueblo por que su corazón lo amerite. El garbo y la altura del presidente Ramón Villeda Morales, es ineludible. "La falacia de creer que se prestoo para el golpe a su gobierno? es muy burda y campeante. "Ya dijesen muchos de sus fieles hombres, luego de no poder evitar las hordas militares golpistas de OlA... "Ni 10 presidentes, valen la vida de 1 ciudadano Hondureño. Ni personas locuaces podrán matar el servicio humano, cálido y político de ese personaje. Su facilidad para leer la realidad nacional, y su disposición de entregar constantemente a su pueblo beneficios, ? Es una verdad inocultable. Su trascendencia como líder liberal y un interlocutor social, lo llevó a ser respetado e incluso admirado y seguido, por verdaderos lideres comunistas o de Izquierda " de aquel entonces. Ramón Villeda Morales, ha sido el único gran estadista que las entrañas de esta patria pariera. Nadie supero su visión,Si hubiesen seguido 10 Villeda Morales, este país, hubiese obtenido grandisos resultados.
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