Por Horacio Duque Giraldo
POPAYAN
/ 2012-07-28 / La metodología utilizada por la oligarquía colombiana
para sofocar y decapitar los movimientos populares es viejísima.
La
utilizaron los conquistadores españoles en el siglo XVI con los
aborígenes de todo el territorio, a quienes engañaban con promesas y
artilugios para después asesinarlos y esclavizarlos. El levantamiento de
los comuneros en el Socorro y Santander, al finalizar el siglo XVIII,
recibió igual tratamiento de la aristocracia colonial hispánica, que en
principio simuló condescendencia y una vez desmovilizados los artesanos se les torturó y descuartizó de manera inmisericorde.
A
los indígenas nasa del Cauca que protagonizaron hace pocos días una
movilización por la paz y contra la violencia militar, les están
aplicando el mismo esquema de toda la vida para desmovilizarlos,
confundirlos, derrotarlos y después irlos desapareciendo con los grupos
paramilitares que se organizan para el efecto.
Les
han dicho que se va a negociar, que sus peticiones serán atendidas por
funcionarios muy competentes y comedidos, como algunos de la Presidencia
que hacen parte de las rancias familias tradicionales de Popayán,
especializados en las artes diplomáticas para engrupir a lideres
populares y despacharlos con las manos vacías.
Los
procedimientos impuestos por las comitivas oficiales de Bogotá son
parte de una tecnología política de control y dominación, perfeccionada a
lo largo de años, para aplastar los levantamientos e insurrecciones
populares en nuestro país.
LO PRIMERO QUE HICIERON, en
pleno auge de la rebelión, fue ofrecer de todo. Sin embargo, con los
días han hecho la composición óptima del escenario negociador para
impedir el reconocimiento de las demandas y reivindicaciones de los
Nasa.
Aplazaron
las reuniones, estigmatizaron con los medios, señalaron a los líderes
indígenas, como lo hizo el Ministro de Defensa, de ser infiltrados de la
guerrilla, sembraron la confusión entre la opinión ciudadana para que
desistiera de la solidaridad necesaria en estos procesos, y al tiempo,
fueron apareciendo comunicados terroristas y amenazantes de las Águilas
Negras, una organización paramilitar que supuestamente había sido
desmantelada por Uribe Vélez, pero que recientemente aparece, como por
arte de magia, en el lugar que sea, para intimidar la protesta ciudadana
y las voces opositoras al régimen.
Pues
bien. Hoy sábado 28 de julio de 2012, los indígenas y sus delegados en
las mesas de diálogo y negociación se han declarado en asamblea
permanente en Popayán porque el gobierno de Santos está evadiendo lo
prometido y sus Ministros no comparecen a las sesiones para consolidar
los acuerdos. Solo asisten funcionarios de menor rango y en plan de
dilación para ocasionar el desgaste de las comisiones populares que han
planteado puntos concretos e inmediatos que resuelvan la problemática de
violencia imperante en el Norte del Cauca, bajo el dominio de un atroz
régimen militar que perturba y lesiona la tranquilidad de la zona.
LAS ÁGUILAS NEGRAS SURGEN sorpresivamente
en el transcurso de esta semana para poner su cuota y, mediante
panfletos amenazantes, han ubicado listas públicas de los líderes que
serán asesinados si no abandonan sus viviendas en el menor tiempo
posible. Esta fuerza paramilitar, que ya todo el mundo sabe de donde
viene y que papel cumple, ha ordenado toques de queda, horarios de
reclusión en los hogares, asambleas de advertencia y citaciones a
lugares especiales, en los cerros donde están los batallones del Plan Espada de Honor,
para advertir lo que se viene si los indígenas no renuncian a sus
pliegos y memoriales de peticiones y derechos fundamentales, como el de
la paz, primera preocupación de la mayoría de los pobladores de Corinto,
Miranda, Jambalo, Santander de Quilichao y Tacueyó.
Se
requiere de la solidaridad con los indígenas del Cauca. Lo primero es
denunciar con fuerza lo que está ocurriendo. Que lo sepa el mundo.
---------------------------------------Publicado por ANNCOL para OPINION-ANNCOL el 7/28/2012
ENLACE: http://opinion-anncol.blogspot.com/2012/07/opinion-santos-engana-indigenas.html
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