Honduras: Organizaciones campesinas exigen títulos de propiedad en el INA / La elección de la CSJ en medio de un complejo escenario legislativo
Por:Proceso Digital,Tegucigalpa– Representantes de organizaciones
campesinas de distintas partes del país se han presentado a las
instalaciones del Instituto Nacional Agrario (INA), exigiendo títulos de
propiedad. Algunos de los manifestantes dieron a conocer que se
trata de campesinos de distintas partes del país, quienes se movilizaron
a las instalaciones del INA en Tegucigalpa para exigir títulos de
propiedad para poder trabajar la tierra.
Los quejosos mantienen tomadas las instalaciones del INA, en Tegucigalpa en un planton pacifico.
Son al menos unas 27 empresas de la plataforma agraria de El Progreso, y exigen unos 600 titulos de propiedad.
Representantes de empresas campesinas exigen titulos de propiedad en el INA.
Añadieron
que además de una reunión con los directivos de la institución, exigen
que les atienda el coordinador del Partido Libertad y Refundación
(LIBRE), Manuel Zelaya Rosales.
Los quejosos apuntan que tienen
derechos que les permiten ser dueños de las tierras y por ello exigen
sus títulos de propiedad y añadieron que los plantones continuarán si no
son atendidos y se pueden extender las tomas a nivel nacional. LB
La elección de la CSJ en medio de un complejo escenario legislativo
La Junta Nominadora, responsable de la selección de al
menos 45 aspirantes a la Corte Suprema de Justicia, cuya elección recae
en manos del Congreso Nacional de la nómina que le envíen, ha iniciado
su trabajo de organización interna y definición de las reglas del juego
para los postulantes.
Han sido aprobados el reglamento interno, el perfil de los aspirantes, la matriz con que serán evaluados y se halanzado la convocatoria para
empezar a recibir sus hojas de vida para entrar al proceso de
selección. El 31 de octubre es la fecha límite que tienen los
postulantes para entregar su documentación.
Los nominadores dicen
que no han recibido ninguna postulación pues recién acaban de hacer la
convocatoria y difundir los requisitos, pero extraoficialmente se conoce
que ya existen un poco más de 60 abogados y notarios que han expresado
interés en postularse solicitando constancias y otros requisitos.
Asimismo, los cabildeos se han intensificado entre dirigentes de algunos
partidos políticos en el poder y en la oposición.
Pero mientras
la Junta Nominadora realiza su trabajo, sorteando incluso obstáculos
internos de protagonismo y presupuesto, en el Congreso Nacional el
ambiente que precede una de las decisiones más trascendentales para la
democracia y del estado de derecho, como es el nuevo Poder Judicial,
está lleno de intolerancias, confrontaciones y carencia de tacto
político, que pueden complicar la gobernanza a lo interno de ese poder
del Estado.
Se suma a ello, el más reciente comunicado de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH)que
pide a la Sala de lo Constitucional resolver el caso de la legitimidad o
ilegitimidad de la actual directiva del Congreso Nacional, a fin de
cesar la incertidumbre que al respecto prevalece entre la sociedad y la
comunidad internacional.
La exhortativa de la CEH
El llamado
de la Conferencia Episcopal incomodó de inmediato al oficialismo en el
Congreso Nacional, donde varios parlamentarios de Libertad y
Refundación, iniciaron una campaña de descrédito contra la Conferencia
Episcopal que se cayó a medida que salía a luz pública sus comunicados
en el pasado en torno a los problemas del país: reelección, corrupción, democracia, justicia, derechos humanos, pobreza, entre otros.
El propio presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, intentó minimizar el
comunicado de los obispos indicando que él se reunía con varios de
ellos, que le aconsejaban y que se iba a acercar nuevamente para
explicarles la legitimidad de su elección. Redondo incluso dijo que la
Corte Suprema de Justicia (en este caso la Sala Constitucional) no tenía
nada que resolver porque su elección fue legal.
El debate sobre
la legitimidad o no de la actual directiva del Congreso Nacional salió
nuevamente a la palestra pública, y el diputado y jefe de bancada del
partido Nacional, Tomás Zambrano, pidió a Redondo “legalizar” su
situación, tras advertir que su partido podría no acompañarlo en la toma
de decisiones trascendentes para el país si eso no era “corregido”. Una
de esas decisiones de fondo, es la elección de la próxima Corte Suprema
de Justicia, elevando así la escala de crispación a medida que se
acercan los plazos y avanzan los procesos.
Al tema de la legalidad
o ilegalidad de la directiva del Congreso Nacional, se suman otros
hechos que polarizan el ambiente en ese poder del Estado: la
confrontación abierta entre los diputados del oficialismo representados
en Libre con los legisladores del partido Nacional, pero más aún con sus
hasta ahora aliados representados en el Partido Salvador de Honduras
(PSH).
Los agrios debates que se suscitan en las sesiones
legislativas, hacen que las mismas se vuelvan largas y tediosas, que los
decretos que se aprueban sean premiaciones, contratos enviados por el
ejecutivo, pero reformas torales relacionadas con el fortalecimiento de
la justicia para el combate a la corrupción se van dejando de lado, sin
pintar claramente los compromisos del legislativo vinculados a la lucha
contra la corrupción y el fortalecimiento de la justicia.
Manuel Zelaya, ha dado por rota la alianza bicentenario suscrita con PSH
Una “guerra” de ataques
Una de las
últimas polémicas fue el encontronazo entre parlamentarias del Partido
Nacional y una empleada del legislativo, por expresiones soeces y falta
de respeto. Las diputadas nacionalistas denunciaron que se ha instalado
en el hemiciclo un discurso de apología al odio hacia ellas y su
partido, pero desde Libre, las mujeres diputadas dicen que son ellas y
su partido, las víctimas del nacionalismo.
En medio del debate,
los diputados del PSH, atacados por no acompañar a Libre en la
aprobación de una polémica ley del Consejo Nacional de Defensa y
Seguridad y de las Mesas Ciudadanas para dar el tiro de gracia al Foro
Nacional de Convergencia (FONAC) y abrir la puerta para intervenir
organizaciones de la sociedad civil que combaten la corrupción, ha
demandado respeto por parte de Libertad y Refundación, tras las
agresiones y campañas de descrédito montadas en su contra desde las
redes sociales.
La bancada del PSH ha indicado que ellos
acompañarán a Libre en aquellos proyectos que beneficien al país, que
éstos deben ser socializados, pero que no están dispuestos a seguir
pagando caro acciones con las que no están de acuerdo, como los
proyectos de leyes arriba citados. El coordinador de Libre y asesor
presidencial, Manuel Zelaya, ha dado por rota la alianza bicentenario suscrita con PSH, sumando un nuevo ingrediente a las desavenencias que se harán sentir en el Parlamento.
Desavenencias
que no solo están entre Libre y PSH, sino también entre el mismo
Libertad y Refundación, donde algunos de sus parlamentarios que fueron
parte de la disidencia que apoyó a Jorge Cálix para la presidencia del
Congreso Nacional, denuncian marginamiento e imposición de criterios,
además de incumplimiento de acuerdos e incluso presuntos hechos de
corrupción. Este grupo de parlamentarios cedió la candidatura de Cálix,
tras presiones que les recordaban que debían cumplir el acuerdo
bicentenario de otorgar al PSH la presidencia del Congreso.
Actualmente
Libre tiene abiertos enfrentamientos con dos de las principales
bancadas en el Congreso, pero tampoco tiene contenta a la bancada
liberal y más grave aún a lo interno de su propia bancada legislativa no
logran aunar criterios y cada vez se generan mayores confrontaciones
intestinas.
Las reformas que no llegan
La Mesa Ciudadana
alerta sobre la necesidad de reformas penales para una correcta
aplicación de la ley en la lucha contra la corrupción y la impunidad.
Mientras
estas confrontaciones se avivan y evidencian una ausencia de tacto
político en el manejo de las relaciones con los congresistas, desde la
sociedad y la ciudadanía, sectores recuerdan las otras reformas que
Honduras amerita para dar la “batalla por la justicia”.
Uno de
esos sectores, es la Mesa Ciudadana, integrada por personas de la
academia, intelectuales y otros profesionales y ciudadanos, que alertan
sobre la necesidad de reformas penales necesarias para que la nueva
Corte Suprema de Justicia tenga elementos sustentados para una correcta
aplicación de la ley en la lucha contra la corrupción y la impunidad.
Dentro
de esas reformas destacan la tipificación de los delitos relacionados
con corrupción e impunidad, pues actualmente, la penalización de los
mismos favorece de manera inequitativa a quienes sean enjuiciados por
tales ilícitos penales.
Figuras delictivas relacionadas con el
contrabando y delitos contra la hacienda pública y la seguridad social,
delitos contra la administración de justicia, delitos contra el abuso de
autoridad, entre otros, deben ser objeto de reformas penales urgentes,
sostiene en un comunicado la Mesa Ciudadana. Pero en el Parlamento,
estos temas no son de momento una prioridad sustantiva, la polarización y
el desgaste prevalecen, complicando así los escenarios de cara a la
elección del nuevo Poder Judicial.
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