Hace once años nació el otro 15 de septiembre, tras el golpe de Estado en 2009, surgió en los hondureños una necesidad de conmemorar la muerte del “paladín centroamericano”, Francisco Morazán y al tiempo, reclamar a la élite del gobernante Partido Nacional por las miles de muertes a causa de la inseguridad, la miseria, la corrupción y la falta de una proyección social
El desfile popular, llegó hasta el centro de Tegucigalpa y se desarticuló por un nuevo episodio de represión de parte de los oficiales de Policía; según trascendió, hay un joven herido de gravedad en el Hospital Escuela Universitario.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El 15 de septiembre de 1842 fue fusilado en San José, Costa Rica, José Francisco Morazán Quezada, quien momentos antes de morir dijo a un temeroso Vicente Villaseñor: “Querido amigo, la posteridad nos hará justicia”. Y en su testamento el prócer hondureño dejó un legado a las futuras generaciones: “Excito a la juventud que es llamada a dar vida a este país que dejo con sentimiento por quedar anarquizado”.
“Y
deseo que imiten mi ejemplo de morir con firmeza antes que dejarlo
abandonado al desorden en que desgraciadamente hoy se encuentra”. El
documento, redactado en “desorden” según el propio prócer dejó a los
hondureños un sentimiento angustioso por “haber causado algunos males a
mi país, aunque con el justo deseo de procurarle su bien”.
No
obstante, hace once años nació en Honduras “el otro 15 de septiembre”,
una fecha que rememora la caída de uno de los hombres más ilustres que
ha visto nacer el mundo, exaltado en poemas, libros de historia y hasta
manuales de cómo gobernar, y también inmortaliza el sentimiento rebelde
del hondureño que todos estos años ha estado en las calles protestando
por fraudes electorales, privatización de servicios públicos, desempleo,
asesinatos y más.
La
actual Honduras no gusta, pero el legado morazánico sigue vivo y es
intacto, en este 2020 a pesar del coronavirus (Covid-19), retumban en el
bulevar Morazán de la capital hondureña los gritos de indignación que
hacen eco en toda la ciudad. El hartazgo del pueblo es más grande que el
miedo al virus.
Salió
el sol y la gente comenzó a llegar a la “plaza Tigo” al final del
bulevar, como es costumbre no faltaron las banderas sindicales, los
rótulos de consignas libertarias, “Fuera JOH” y se agregó el nuevo
grito: “¿Dónde está el dinero?”, que inmortalizará la corrupción de la
pandemia que ha sido factor en las más de 2,000 muertes registradas
hasta anoche por la autoridad en Salud.
Así
el pueblo hondureño, por decisión propia, da una lección de
organización a una clase política opositora adormecida y esperanzada a
un proceso electoral, hasta ahora viciado por los fantasmas de David
Matamoros Batson y Arturo Corrales, “magisters” en negar la voluntad
popular.
Y
es que el hondureño común, el que no aspira a un cargo de elección
popular, siempre ha sabido que el camino de libertad está en la calle y
no en los tribunales del Distrito Sur de New York. El pueblo sometido a
la miseria por la élite corrupta y criminal que secuestró la República,
sabe que no existe una “Iniciativa Avengers” que venga desde el norte
cobrando justicia por los más de 70 mil asesinatos de la última década,
los miles de millones de lempiras perdidos por la corrupción, y las
vidas arrebatadas de mano militar por los procesos insurreccionales.
La
multitudinaria movilización llegó, como todos los años, al parque
central de Tegucigalpa, frente a la estatua de Francisco Morazán, a
exigir justicia con un verdadero sentimiento independista y un grito que
cada día se parece más a una declaración de guerra.
No
mucho duró la permanencia del pueblo en ese sector, en instantes la
Policía Nacional desató el caos al bombardear con gases tóxicos a los
manifestantes, que han sido calificados por la prensa tradicional como
“culpables” de empezar la disputa en ese sector, a pesar que no hubo
incidencia en el trayecto.
Entre
el caos, los efectivos antimotines, armados con equipos de última
generación, habrían provocado una herida de gravedad al joven Cristian
Mendoza, quien fue llevado de urgencia hasta el Hospital Escuela
Universitario (HEU).
Un
informe del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras
(Cofadeh), señala que al menos nueve transeúntes y manifestantes fueron
arrestados por los uniformados, confirmados a esta hora: Mariel García,
Dariel Rivas, Haslin Rodríguez, Cesar Juarez, Humberto Cálix, Óscar
García, Luz García, Marco Gonzáles y Daniel Macoy.
Y
mientras tanto, sigue el reclamo académico del historiador morazánico,
Miguel Cálix Suazo, quien ha hecho público que Costa Rica debe pedir
perdón a los hondureños por asesinar a un genio, “uno de esos que nace
cada 5,000 años”.
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/2244-protesta-y-represion-otra-vez-por-11-anos-celebran-distinto-las-dos-honduras
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