Agosto 2,2020 / web.ellibertador
El
informe del departamento de derechos humanos habla de ejecuciones
extrajudiciales, tortura, detención arbitraria, violencia contra
indígenas y garífunas hondureños; en octubre un tribunal federal
estadounidense ha dicho que el presidente Juan Orlando Hernández estaba
implicado como co-conspirador en el tráfico generalizado de drogas y el
lavado de dinero.
—Sí señor —alcanza balbucear.
—Y
hay grandes informes de corrupción sistémica y abusos de los derechos
humanos en el contexto de todo esto, es hora de revaluar nuestra
relación, que ha sido bastante acogedora con el presidente de Honduras,
recrimina a Pompeo el senador Jeff Merkley.
Reflexión
EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. En
una esquina del mundo, una delicada mariposa agita sus alas y de
súbito, en la lejanía se produce un maremoto. Ese es el efecto mariposa.
¿Le parece exagerado? Bueno… En China, en un mercado de Wuhan, un
ciudadano se sienta a degustar un plato de sopa de murciélago y Usted
lleva cuatro meses sin salir de casa por el confinamiento: es el mismo
fenómeno. Así, un niño hondureño macilento en Gracias, Lempira, come
mango pespire y se limpia con la camisita chorreada de sopa de frijoles,
y hoy pone en riesgo la reelección de un gobernante imperial. Ese es el
efecto mariposa jugando, perversamente, otra vez.
A
través de la transparente ventanilla, un hombre rogordete,
aparentemente serio, hace anotaciones y, de pronto, ¡boom! In your
face!, el senador estadounidense Jeff Merkley le dice:
—El informe del departamento de derechos humanos habla de ejecuciones
extrajudiciales, tortura, detención arbitraria, violencia contra
indígenas hondureños, contra las comunidades LGBT, además, en octubre un
tribunal federal estadounidense ha dicho que el presidente Juan Orlando
Hernández estaba implicado como co-conspirador en el tráfico
generalizado de drogas y el lavado de dinero. —Sí
señor —alcanza balbucear. —Y hay grandes informes de corrupción
sistémica y abusos de los derechos humanos en el contexto de todo esto,
es hora de revaluar nuestra relación, que ha sido bastante acogedora con
el presidente de Honduras.
Entonces
la corbata hace juego con las facciones del rostro del poderoso chele,
frota las manos como para hacer que aparezca mágicamente una respuesta
lógica, silencio en la sala, mirada fija y responde “…esteee, ehhh,
somos, somos muy conscientes de lo que está sucediendo… no hemos tenido
los resultados deseados, estamos trabajando en ello”.
Queridos
y queridas lectoras, ese gringo no es cualquiera, no es el haraposo que
vemos en estas tierras, en chancletas o una encargada de compras
greñuda de poca monta, no: es Mike Pompeo, un republicano influyente,
mano derecha de Donald Trump y además Secretario de Estado, la cara de
sorpresa es inevitable, no esperaba que el gobernante de una “República
Bananera” –desprecio acuñado por gobiernos basuras— sea usado, por
demócratas, para dañar la imagen del Gobierno de Estados Unidos y
utilizarlo en contra de la incierta reelección de Trump, porque señores,
debemos contextualizar que las elecciones serán en tan sólo tres meses.
¡Pueblo hondureño, lo hemos logrado! “TH” (Te quiero Honduras, dirán
los tradicionales que significa), es Marca País.
Y
van a venir esos intelectuales como cotorras a decir que Mike Pompeo es
sucio, que aprendamos geopolítica, que no van hacer nada y bla, bla,
bla, por aburridos nadie los lee. ¡Claro que Pompeo es eso y más!, pero
es que tampoco el asunto termina ahí: 12 congresistas demócratas
enviaron una carta donde le piden explicar las violaciones a los
Derechos Humanos y en el último contexto de la situación con los
hermanos garífunas: “Escribimos para expresar nuestra profunda
preocupación por el deterioro de las protecciones de los derechos
humanos y la creciente cultura de impunidad bajo la administración del
presidente hondureño, Juan Orlando Hernández”. Han pasado 14 días desde
su desaparición forzada y el gobierno no da respuestas concluyentes.
Seamos
claros, no se trata de que a unos o a otros les importen los
hondureños, no, sin embargo, nuestro Reycito sol se ha convertido en uno
de los puntos débiles de Trump, es decir, Juancito hoy es enemigo
público de nueve millones de hondureños, de los republicanos,
demócratas, empresarios, iglesias, mi abuela y la tuya. Juancito no
reaccionó a los cientos y cientos de hondureños muertos, ni a los barcos
fantasmas que traían hospitales imaginarios, ni tampoco a la
destrucción de la economía hondureña, pero ¿adivinen a qué sí?
¡Correcto! Ahí mandaron a la hija de votos rurales a escribirle un
“Tweet”, que combate la corrupción y el narcotráfico… (Suspiro profundo)
Pobre muchacha, ¡tan cara que nos ha salido!, porque esa educación la
pagamos nosotros y, cariño, si te mantienen los hondureños sos nuestra
mandadera, política básica honey, ¿y que tus únicos frutos sean traducir
mensajes para Juancito?, más allá de lo ridículo y patético, sonreímos.
Menos Juan, no está para risitas.
— Presidente, presidente, ¡presidente! —
grita Ebalcito al entrar al Altar Q. Sobre la mesa: una botella
consumida en tres cuartos del mágico y adormecedor elíxir, una dorada
pluma Cross se aferra a la temblorosa mano que, inútilmente, intenta
hacer espirales en la hoja en blanco, los párpados hinchados, fuego en
la garganta, ¿tristeza?, ¿llanto?, ¿cansancio? —Señor presidente, respóndame, tenemos problemas, insiste realmente preocupado el copero del Reycito sol.
Entonces
la comida no tiene sabor, no hay color ni luz en el mundo, la felicidad
indigna y uno se vuelve cómodamente insensible, uno a uno se alejaron
los amigos, las amantes; los potros abandonados allá en las inmensas
haciendas hechas con fondos públicos, los aviones, ni lo que queda de la
familia despierta emoción, solo un infernal “tic, tac”… “tic tac”
imparable, violento, inexorable…
—Anita, diremos que es Covid y lo internamos con los militares, no hay de otra, dice el fiel sirviente, pues sabe que sobre él también pende una espada de Damocles.
Mientras
Honduras simula un “Silent Hill”, horrorosa, espectral, filas
interminables en los centros médicos, donde cada uno tenemos algún ser
querido enfermo o muerto, los médicos agotados, sin insumos y
sucumbiendo también, las empresas despidiendo o suspendiendo, garífunas
desaparecidos, familias discutiendo por comida, las cortinas de las
tiendas chillan vacías, los “neocorruptos” (los chiquitos, hijos de
toros corruptos) salieron como cucarachas cuando les levantan la tabla,
en una noche del demonio a robar todo lo que pudieron, hartarse lo que
queda de las finanzas públicas, sin hospitales, sin medicinas; en ese
contexto un Juancito, en ese estado hipnótico, ignorando la realidad no
porque quiere, sino porque su mente ya no está entre nosotros, con un
militar a su espalda grita: “¿Quién dijo miedo?”. “He construido mi
organización sobre el miedo”, dijo alguna vez Al Capone.
¡Y
vuelve el efecto mariposa! ¿Quién pensaría que por apoyar el golpe de
Estado hace 11 años, hoy los empresarios serían humillados? ¡Cuál
“Americana”!, ¡Cuál botamos presidentes! ¡cuáles estudios en EEUU! Ese
muchacho que pasa la mitad del tiempo en este mundo y la otra en otro
tiempo, los oprime cada vez que le da la gana, allá estaban presionando
por una apertura inteligente y gritaban indignados y coléricos, y
Juancito hablando que si quién era mejor: ¿Messi, Cristiano o Zlatan?
¿De qué ha servido dañar tanto a un pueblo para que alguien los trate
así? Como dice un amigo empresario cuando se refiere a la función más
humilde del cuerpo.
Qué
feo… me da como penita ajena… tener tanto y no valer nada, eso es
miseria. Juancito ni siquiera es consciente del 90 por ciento de lo que
pasa y con ese poquito, son abochornados en cadena nacional. Queridos,
quiéranse un poquito, “amor propio”, le dicen a eso ¡Por favor!
recuerden y canten conmigo aquella canción de Barney y sus Amigos:
“Somos especiales, todos, de alguna manera, cada quien con su forma de
ser...”.
Muy
distinta la actitud del grupito de Ustedes a la de la mayoría de
hondureños, con garbo salieron los encapuchados, pidiendo salud y
educación como si fuera un mensaje de premonición, y lo fue, ¿qué
hicieron los demás? ¡Vándalos! ¡Vagos! ¡Quieren destruir el país! ¿Pero
quién lo destruyó al final? Juancito deambula por esta hondonada, un
zombie sin cuerpo que en seis meses será destituido, sin militares, sin
poder, sin apoyo, solo y profundamente solo… pero la gente sabe que
tenemos país para rato; los Olanchitos han desnudado el fracaso del
gobierno, secretarios y demás gatos y le han demostrado a todas las
demás comunidades del país que dejen de esperar lo que no vendrá como
dice nuestro Roberto Sosa, que si quieren pueden hacerlo. ¡Olanchitos,
son un éxito, desde EL LIBERTADOR enviamos un abrazo! ¡Avanti! Mayo es
el camino, ahí nació la huelga de 1954.
Y
cuando llegue el día, porque llegará, las calles desbordarán el
encuentro de amigos y familia y todos a vitorear, el cielo se iluminará y
los hondureños estarán felices y, aunque sea sólo una alegría
momentánea, porque el país después de Juancito tendremos que
construirlo, nadie va a detener ese megacarnaval, un día importante en
el calendario de todos. Ese día celebraremos y luego a trabajar. Y en el
Altar Q sólo una gorrita militar quedará en el suelo, manchada, abatida
y rota, como ejemplo de humillación y de que un día todo se hizo mal. Y
que no se repita jamás, jamás.
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/avance/2145-honduras-los-ultimos-dias-de-juancito-efecto-mariposa-y-great-again
No hay comentarios:
Publicar un comentario