Congresistas de EE. UU. Piden a Trump restauración del orden constitucional en Bolivia // Otras informaciones en Criterio.hn
Por: Redacción CRITERIO Noviembre 24,2019 / redaccion@criterio.hn
Secretario de Estado Departamento de Estado de EE. UU. 2201 C Street NW Washington D.C. 20520
Secretario Pompeo, Nos preocupa profundamente que las
recientes declaraciones y acciones de altos funcionarios del Gobierno
del presidente Donald Trump estén contribuyendo al incremento de una
crisis política y de derechos humanos en el Estado Plurinacional de
Bolivia, luego de las controvertidas elecciones celebradas el 20 de
octubre de 2019. El 10 de noviembre, el presidente
democráticamente electo de Bolivia, Evo Morales, anunció que dimitía
después de que el comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia le
pidiera que renunciara. En una transmisión televisiva en vivo, Morales
declaró que se estaba produciendo un golpe de Estado y que renunciaba
para evitar más derramamiento de sangre y mayores disturbios. Le
siguieron otras renuncias de altos funcionarios, lo que resultó en un
peligroso vacío de poder constitucional. El 12 de noviembre, la senadora
opositora, Jeanine Añez, se declaró presidenta de Bolivia, en violación
de la Constitución boliviana. Recibió el apoyo inmediato del alto mando
de las Fuerzas Armadas del país.
Durante la última semana,
simpatizantes de Morales han sufrido ataques y amenazas, y protestas han
sido violentamente reprimidas por las fuerzas de seguridad, lo que ha
resultado en numerosas muertes y heridos, según la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos. Las autoridades de facto de Bolivia
han emitido un decreto que exime a los militares de ser procesados por
su participación en la represión violenta contra las manifestaciones.
Mientras tanto, Morales recibió asilo en México, y legisladores y
periodistas pro-Morales han sido amenazados con ser arrestados por
“sedición”.
Dado este contexto, nos preocupan las
declaraciones de funcionarios del Gobierno, incluido el presidente
Donald Trump, acogiendo con beneplácito estos acontecimientos en Bolivia
que encarnan las características de un golpe de Estado militar. El 11
de noviembre, la Casa Blanca emitió un comunicado expresando que “la
partida de Morales preserva la democracia” y que “ahora estamos un paso
más cerca de tener un hemisferio occidental completamente democrático,
próspero y libre”. El 12 de noviembre, el subsecretario del hemisferio
occidental, Michael G. Kozack, reconoció a la senadora Añez como la
“presidenta constitucional interina de Bolivia”. Altos funcionarios del
Gobierno de Trump han fallado en denunciar los ataques violentos de las
fuerzas de seguridad, incluso cuando manifestaciones conformadas
principalmente por indígenas bolivianos han sido disparadas con munición
real.
Le instamos a considerar un cambio
inmediato en el curso de estas acciones y a tomar medidas para apoyar a
la democracia y a los derechos humanos en Bolivia. Si bien existe un
legítimo debate en torno a la decisión de Morales de postularse a un
cuarto periodo presidencial, simplemente no es aceptable que el Gobierno
de EE. UU. acoja con satisfacción la destitución forzada de un líder
elegido democráticamente antes del final de su mandato. Nuestro Gobierno
debería pedir la pronta restauración del orden constitucional y el fin
inmediato de toda persecución y ataques a líderes políticos y
simpatizantes de Evo Morales y de su partido. Además, solicitamos la adopción de medidas de protección para quienes enfrentan amenazas.
Este Gobierno debería apoyar los
llamados al diálogo con una mediación liderada por las Naciones Unidas y
otros organismos internacionales. También debe apoyar nuevas elecciones
y trabajar con otros países de la región para asegurar condiciones
adecuadas que garanticen que cada votante y cada candidato puedan
participar de manera segura y libre en la próxima campaña y proceso
electoral.
La legitimidad del Gobierno de Bolivia
dependerá de si el partido del expresidente Morales, que sigue siendo
apoyado por millones de bolivianos, pueda o no participar plenamente en
las próximas elecciones.
También deseamos expresar nuestra
preocupación por las declaraciones hechas por funcionarios de la
Organización de Estados Americanos (OEA), una organización multilateral
que recibe la mayoría de sus fondos del Gobierno de Estados Unidos.
En
particular, nos preocupan las declaraciones infundadas y engañosas
vertidas por la misión electoral de la OEA en Bolivia el 21 de octubre,
de las que posteriormente el Departamento de Estado se hizo eco,
contribuyendo a una mayor polarización en un momento en el que ocurrían
incidentes violentos por motivos políticos en todo el país. Los
funcionarios de Estados Unidos deben actuar con mayor precaución y
evaluar los fundamentos de las afirmaciones de los funcionarios de la
Organización de los Estados Americanos antes de repetirlas,
particularmente cuando existen álgidas tensiones postelectorales.
Finalmente, estamos profundamente
consternados por que este Gobierno no haya condenado los ataques
racistas contra las comunidades indígenas de Bolivia y contra sus
símbolos, como la bandera panindígena Wiphala, que es una de las
banderas oficiales del país. Evo Morales fue el primer presidente
indígena de Bolivia y la Constitución de 2009 de Bolivia consagra
derechos y protecciones que benefician a los pueblos indígenas que por
siglos han sido oprimidos y discriminados de manera racista. La
autoproclamada presidenta interina, Jeanine Áñez, tiene un historial de
declaraciones deplorables acerca de los pueblos indígenas, incluidos
comentarios en Twitter refiriéndose a los rituales religiosos indígenas
como “satánicos”; mientras que luego de suplantar al expresidente
Morales, declaró que “la Biblia vuelve al Palacio”. El Ejecutivo
estadounidense debería criticar públicamente los ataques y los discursos
racistas de odio contra miembros de las comunidades indígenas y exigir
que se respeten los derechos constitucionales de los pueblos de Bolivia.
La creciente crisis de Bolivia amenaza
con convertirse en un violento conflicto interno. El enfoque actual del
Gobierno estadounidense está peligrosamente equivocado y bien podría
contribuir a un mayor colapso del estado de derecho en Bolivia y a una
emergencia humanitaria en toda regla, con grandes éxodos de migrantes.
Le recomendamos encarecidamente que revise este enfoque y apoye la
pronta restauración del orden constitucional, el diálogo entre los
grupos políticos opuestos, unas elecciones justas e inclusivas y el
respeto a los derechos humanos y culturales de todos los bolivianos.
Atentamente,
Rep. Hank Johnson
Rep. Ilhan Omar
Rep. Susan Wild
Rep. Raul Grijalva
Rep. Jan Schakowsky
Rep. Jared Huffman
Rep. Deb Haaland
Rep. Alexandria Ocasio-Cortez
Rep. James McGovern
Rep. Jesus G. “Chuy” Garcia
Rep. Bobby L. Rush
Rep. Ayanna Pressley
Rep. Alan Lowenthal
Rep. Eleanor Holmes Norton
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