Publicado en defensores por Rel UITA
El 31 de mayo, la gigantesca movilización de la Plataforma por la
Defensa de la Salud y la Educación fue brutalmente reprimida por
militares y policías. Pese a la difícil situación, la embajada de
Estados Unidos en Tegucigalpa lucía sin la acostumbrada y nutrida
protección policial. Todo estaba listo para que un nuevo “falso
positivo” sirviera a criminalizar la protesta pacífica y mandar un
mensaje de terror a las y los jóvenes.
El joven maestro Rommel Baldemar Herrera Portillo, de 23 años,
acompañaba la protesta de la Plataforma. Al pasar por la embajada de
Estados Unidos vio que alguien iniciaba la quema de llantas en el portón
principal.
Rommel agarró un par de llantas y la lanzó al fuego. Luego se fue. A
los pocos minutos fue rodeado por policías, capturado y acusado por el
Ministerio Público de los delitos de daños e incendio agravado.
El
1 de junio se realizó la audiencia de Declaración de Imputado donde el
juez le dictó prisión preventiva en la cárcel de Tamara, en las afueras
de la capital.
Sin justificación alguna, las autoridades penitenciarias obviaron la
disposición judicial y lo enviaron a la cárcel de máxima seguridad “La
Tolva”, a más de 60 kilómetros de Tegucigalpa.
El 6 de junio se llevó a cabo la audiencia inicial. A pesar de que
los abogados defensores lograran desestimar todas las pruebas
presentadas por la fiscalía, el juez dictó auto de formal procesamiento
con prisión preventiva.
Sus padres Juan Carlos Herrera y Mari Cruz Portillo, ambos
profesores, aseguran que el joven sufrió tortura, maltrato físico y
psicológico y estuvo desaparecido durante 72 horas.
Cofadeh, Conadeh, Conaprev y Cptrt corroboraron los hechos1.
“Nuestro hijo es un preso político más y su encarcelamiento
constituye un claro mensaje al pueblo hondureño que lucha en las calles
reivindicando derechos. Con su detención intentan frenar al movimiento
social y criminalizar la protesta”, escriben los padres de Rommel.
-¿Qué pasó después del 6 de junio?
–JC Herrera: Nos sumimos en un mar de dolor. Lo que
decidió el juez fue profundamente injusto. Lo que más nos preocupa ahora
es que le pueda pasar algo en esta cárcel de alta peligrosidad y máxima
tortura.
Está con otros dos presos políticos (Edwin Espinal y Raúl Álvarez).
Los tres podrían ser objeto de ataques. Sus vidas corren peligro.
-¿Cómo está Rommel?
–MC Portillo: A pesar de lo difícil que es esto y que
las amenazas siempre son latentes, lo vimos fortalecido y menos tenso.
Está reaccionando.
-¿Las autoridades explicaron por qué lo llevaron a La Tolva?
–MCP: La actitud de las autoridades penitenciarias ha
sido lamentable. Primero lo trasladaron a La Tolva desacatando la orden
judicial y desapareciéndolo durante 3 días, luego nos hicieron la vida
imposible para poder visitarlo y ahora nos atacan groseramente.
En un programa de televisión donde estábamos como invitados, el
subdirector del Instituto Nacional Penitenciario (INP), German McNeil,
nos agredió verbalmente y estigmatizó a los tres presos políticos.
Dijo que son vándalos y reos de alta peligrosidad y que por eso los
mandó a La Tolva. Todo esto es absurdo y revela que hay un factor
político detrás de lo que está pasando.
-¿Cómo va a seguir esto?
–JCH: Estamos esperando que la Corte de Apelación
resuelva sobre la impugnación que hicimos del fallo del 6 de junio.
Luego iniciará el juicio.
Él sólo colocó unas llantas donde otras personas habían iniciado la
quema. Queremos que la fiscalía recalifique el delito y que Rommel pueda
defenderse en libertad.
-Ustedes han dicho públicamente que responsabilizan al presidente Hernández por lo que le pueda pasar a Rommel.
–MCP: Encerrarlo en La Tolva es un castigo, un plan de
tortura. No hay seguridad. Hasta nos han dicho que si hay un
amotinamiento, las autoridades no responden por la seguridad de Edwin,
Raúl y Rommel.
Es una clara amenaza, tanto del régimen como del gobierno
estadounidense que lo respalda, prestándose al juego sucio. Están
reprimiendo y criminalizando la protesta y ahora les envían un mensaje
amenazante a los jóvenes que están en las calles.
A Rommel Baldemar le ha tocado vivir este destino histórico y vamos a luchar hasta verlo en libertad.
–JCH: Introducimos varias solicitudes a Rosa Gudiel,
directora del INP, para que reubique a Rommel y a los demás presos
políticos. No nos hizo caso.
Si algo les pasara, Rosa Gudiel, German McNeil y su jefe Juan Orlando Hernández son los responsables.
-¿Y cómo están ustedes?
–JCH: Me siento muy mal física y mentalmente. Rommel es
un cipote noble y muy empático. Me duele tanto saber que está detenido.
Lo que me da fuerza es el deseo de verlo pronto en libertad.
–MCP: Me siento desestructurada. Ya no tengo con
quien pelear (risas). Llevo muy dentro la esperanza de que él salga de
este infierno.
Rommel está luchando, se está reinventando, renovando día tras día aún en este ambiente hostil.
Estoy más fortalecida que nunca y continuaré acompañando esta lucha que es popular y de cara a un futuro mejor.
https://defensoresenlinea.com/lo-queremos-libre/
estudiantes
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