
Publicado: 22 Diciembre 2018
Sin duda, transitamos una noche que ha durado casi diez años. Nuestra gente está cansada, enferma de duda y harta del cinismo oficial. Esa percepción viene de empresarios, de amas de casa, de obreros, de mujeres y de hombres de a pie y de familias acomodadas.
EDITORIAL
Carta en el camino de 2018
Hemos
llegado al final del año, y nadie que tenga consciencia lo creía.-
EL
LIBERTADOR quisiera decir ¡Feliz Navidad!, créalo, pero a solas la razón
nos invita a meditar si Usted sentiría que jugamos con la dura realidad
material y tristeza espiritual de millones de hondureños. Durante 2018
intentamos poner en sus manos la mejor información de Honduras y del
mundo, con sentido crítico, cada minuto, nos esforzamos con el deseo que
leyera los ángulos noticiosos que otros medios de comunicación escoden o
disfrazan o alteran. A cambio nunca tienen apuro económico, su confort
abunda, ni su labor provoca tensión y peligro.
No
hemos estado aquí 15 años para compararnos con otra empresa
informativa, nuestro acuerdo es con el Periodismo, siendo francos con el
pueblo hondureño, no somos “los perros guardianes”, “ni la voz de los
sin voz”, somos trabajadores sociales y somos la compañía incondicional
en los proyectos que forje y ame nuestra Nación, soñamos el bien
nacional.
Sin
duda, transitamos una noche que ha durado casi diez años. Nuestra gente
está cansada, enferma de duda y harta del cinismo oficial. Esa
percepción viene de empresarios, de amas de casa, de obreros, de mujeres
y de hombres de a pie y de familias acomodadas.
Muchos,
hasta 2009, no teníamos la más remota idea de qué era un golpe de
Estado, ni de la mortal reacción en cadena. ¡Murió el Estado¡ ¡Terminó
el gobierno constitucional! ¡Empezaron las masacres, los encostalados;
en menos de diez años van más de 70 mil asesinatos! Desde entonces vemos
lo insólito, jamás vimos que una funcionaria extranjera de mediano
rango contara votos de una elección hondureña ¡increíble!, no extraña la
cuenta abusiva de Fulton, sino un Batson que aceptó tal fango frente a
toda la población ¿Qué mujer y qué hijo pueden respetar un hombre y un
padre así?, o que un Juan bajara a la tumba del desprecio social y
miseria moral, tomando el triunfo de la Alianza.
Nuestra
postura como auditor social no se justifica en estar contra un gobierno
o una persona, entendemos qué es un sistema y así actuamos; descansa en
que hacemos nuestro el derecho a la paz y desarrollo de toda la
sociedad y abrazamos esa metamorfosis de salir algún día del lastimero
país que tenemos hoy hasta que seamos contados como República y luego
como orgullosa Patria, con sentido y contenido de identidad nacional y
cultural. Hoy cualquier extranjero asume que vale más que uno nuestro.
¿No han oído que los mexicanos corren al éxodo? El Gobierno cuando ve al
forastero baja la cabeza y le ofrenda “souvenir”, pero se cuadra
soberbio y reprime con perversión a quien le paga, a su pueblo.
Este
político cipayo, traidor, este hondureño por accidente, debe morir y
morirá. Este año el hondureño en todo lado pregunta ¿cuándo se va Juan
Orlando?, así llegamos a diciembre y creemos que será enero. Tomemos el
control. Lo difícil es la impotencia para aliviar esa ansiedad. Mientras
agobia la impaciencia, el Congreso, sin pedir cuentas y sin debatir que
salud y educación importa más que militares, aprobó un fabuloso
presupuesto que pidió Juan para gastar en 2019. Son más de 260 mil
millones, que repartidos a los nueve millones de habitantes, se daría
150 mil lempiras a cada familia del campo y ciudad, a cada bebé le
tocaría 30 mil lempiras.
La
verdad es otra, 1.3 millón de niños entre 3 y 17 años no estudia, y un
funcionario jura que el gobierno no puede darle salud al hondureño. El
país ya no puede, cada 40 minutos matan un hombre y cada 22 horas una
mujer. Esta tierra feudal pasará, será historia.
El Director
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/3141-editorial-y-portada-el-libertador-impreso-dic-2018-carta-en-el-camino-de-2018
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