El sacerdote Bernardo Font, culpa a Rodríguez por haber perdido su patrimonio y dice que ha entablado una demanda por daños y perjuicios a su persona y a sus bienes, en los tribunales de justicia de Honduras.
A través de la demanda pide que se le devuelvan todos los bienes materiales que ha perdido desde su expulsión hasta el día de hoy, y su reintegro a su servicio pastoral.
Por: Redacción CRITERIO
Septiembre,7,2018 / redaccion@criterio.hn
Tegucigalpa.-El
sacerdote, Bernardo Font Ribot, envió la misiva al Papa Francisco el
pasado 5 de julio y en ella denuncia que ha quedado en la quiebra por
poner a la orden del cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, sus
bienes patrimoniales heredados por su familia y que luego, cuando ya no
tenía nada, el jerarca de la iglesia católica hondureña lo desechó,
suspendiéndolo del sacerdocio, tras 50 años de servicio pastoral.
Font
Ribot, de origen español y con residencia en el municipio de Amapala,
departamento de Valle, Honduras, pone en conocimiento a Francisco que
conoció a Rodríguez Maradiaga a través del padre Marco Renieri y del
padre Juan Pablo Peluquín, en la parroquia de la colonia Miraflores de
Tegucigalpa.
En
la misiva el religioso dice que luego de ponerse al servicio del
Cardenal Rodríguez Maradiaga, éste lo nombró como Secretario Ejecutivo
de los Medios de Comunicación de la Iglesia Católica, donde puso a
disposición su patrimonio heredado de sus padres, consistente en varias
empresas de bienes y raíces, acciones en compañías aéreas y otras, tanto
en Honduras como en Puerto Rico.
Font
insiste en la carta que ayudó a Rodríguez Maradiaga a conformar los
medios de comunicación de la iglesia católica y además de ello,
contribuyó en el Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa, y en la
parroquia Miraflores, en manos del padre Marco Renieri, y en la
Arquidiócesis Metropolitana de Tegucigalpa.
Font
dice en el escrito que desde un inició fue muy claro con Rodríguez
Maradiaga sobre sus actividades empresariales, e incluso lo invitó que
investigara sus negocios en Puerto Rico, a lo que el religioso le
respondió: “No abandone sus negocios, mejor ayúdenos”.
Cuenta
que continuó con sus trabajos empresariales, porque consideraba que de
esa fuente podría ayudar más a la iglesia local. Pero que un día
inesperadamente, fue víctima de calumnias por parte del abogado Jorge
Alberto Madariaga, quien lo sorprendió con un contrato de compra-venta
de un bien inmueble (un terreno), lo que después se solucionó de manera
pacífica y a conformidad con las partes.
Posterior
a este episodio, cuenta que el cardenal Rodríguez Maradiaga, junto con
sus dos asistentes en la arquidiócesis, el ex obispo el auxiliar Juan
José Pineda Fasquelle y el padre Carlo Magno Núñez, en una acción
deliberada, el 9 de febrero de 2005, lo suspendió del sacerdocio, sin la
menor oportunidad de explicación y defensa a la que mínimamente podría
aspirar.
Font
sigue contando que el año 2015 le envió una carta a Rodríguez Maradiaga
pidiéndole una explicación sobre su suspensión, pero lastimosamente,
hoy a tres años no ha recibido una respuesta.
Al no
tener respuesta, el religioso se pregunta si fue desechado por el
Cardenal porque ahora ya no tiene recursos económicos o si fue víctima
de hermanos religiosos que deseaban ascender a una posición de mayor
poder en la Arquidiócesis o por venganza del exobispo auxiliar, Juan
José Pineda Fasquelle.
Font
dice que a raíz de la situación en la que se encuentra actualmente, ha
sido marginado y afectado económica, moral y sicológicamente, que se ha
visto obligado a tomar tratamientos médicos prescritos contra la
profunda depresión emocional en la que ha caído.
El
sacerdote pide justicia y que algún día se le reintegre al servicio
pastoral del que fue “usado y tirado, después de que di lo mejor de mi
vida y mis recursos para apoyar las acciones de un arzobispo que hoy
está henchido de poder y soberbia”.
Mediante
la carta, el religioso informa al Papa Francisco que ha procedido a
entablar una demanda por daños y perjuicios a su persona y a sus bienes,
proceso que está activo en los tribunales de justicia de Honduras,
“cuyos resultados aspiro sean a mi favor. De no ser así procederé a las
instancias internacionales de acuerdo a los tratados judiciales,
comerciales, penales y de derechos humanos suscritos entre la República
de Honduras y los demás países firmantes”, advierte.
Descargue aquí: Carta del sacerdote Bernardo Font enviada al Papa Francisco
CRISIS DE LA IGLESIA
Mediante
la misiva el padre Font le dice al pontífice que en la iglesia católica
hondureña hay atropellos contra muchos sacerdotes y una “crisis
dramática”, en temas tan delicados como la “crisis de homosexualismo en
el Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa, y por cierto, dicha crisis
está relacionada con el Obispo Auxiliar Juan José Pineda Fasquelle”.
También
apunta que existe descuido del clero hondureño, marginación y
persecución de aquellos clérigos que no son afines al gobierno, pues
penosamente la jerarquía, con pocas excepciones, está en demasiada
evidencia en complicidad con el sistema dictatorial y corrupto”, e
incluso informa a Francisco que el cardenal Óscar Andrés Rodríguez
Maradiaga, ha sido señalado por la sociedad hondureña de ser cómplice de
lo antes señalado.
https://criterio.hn/2018/09/07/sacerdote-dice-en-carta-enviada-al-papa-que-el-cardenal-rodriguez-es-complice-del-sistema-dictatorial-y-corrupto-de-honduras/
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sión hasta el día de hoy, y su reintegro a su servicio pastoral.
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