La crisis política que transita Honduras está pasando a un nuevo escenario. Por ahora y como siempre en las constantes crisis, se desarrolla una campaña a través de la prensa tradicional que naufraga en el intento de mostrar a propios y extranjeros que en el país todo está normal, tras la toma de posesión del cuestionado presidente Juan Hernández.
Este
análisis, elaborado por Radio Progreso y el ERIC, con título “El
gobierno de JOH”, advierte que Hernández podrá ser el mandatario de sus
funcionarios y de algunos de sus seguidores, podrá ser el presidente de
la Honduras que lo acompañó en “el Nacional”, pero no de la otra
Honduras, donde está la mayoría de la población que lo rechaza.
El gobierno de JOH
La
crisis política que vive Honduras está pasando a un nuevo escenario.
Hay una campaña mediática en el país por hacer ver que todo está normal
tras la toma de posesión del cuestionado presidente Juan Orlando
Hernández. Y efectivamente en el país pareciera que todo está normal,
pero basta con interiorizar un poco para darse cuenta que el rechazo
hacia el fruto de la ilegal reelección presidencial de Juan Orlando
Hernández, es alto y generalizado.
Además
la persecución y criminalización de algunas caras visibles de la
protesta social no ha cesado dejando ya a varios presos políticos.
Además nunca será momento para olvidar a los caídos en esta crisis, a
esas personas que se opusieron a ser gobernadas por la ilegalidad.
Juan
Hernández podrá ser el mandatario del país pero no podrá ganarse el
respeto y la legitimidad de la gente, será el mandatario de sus
funcionarios y de algunos de sus seguidores, es decir podrá ser el
presidente de la Honduras que lo acompañó en el estadio nacional pero no
de la otra Honduras que lo rechaza.
Sin
duda que su gobierno no será un gobierno que tendrá las facilidades
para poder gobernar porque para hacerlo deberá comprar muchas
voluntades, que bien lo puede hacer, pero esas voluntades son escasas y
no alcanzaría para ganar la gobernabilidad que necesita. Le conviene
seguir cumpliendo a cabalidad las directrices que se emanen de la
política de los Estados Unidos.
Hernández
es el presidente más deslegitimado de la historia y para sostenerse en
el poder necesita de las armas, el chantaje y el soborno. Frente a él
tendrá a una ciudadanía indignada, que se siente defraudada y robada.
Esa indignación podrá sentirse en cualquier momento y en cualquier
circunstancia.
Hay,
cada vez más, una opinión generalizada de que este gobierno no podrá
terminar sus cuatro años porque una dictadura, como la de Honduras,
tiene patas cortas y no podrá llegar tan lejos como los sectores
oficiales desearían.
El
diálogo es la salida a cualquier conflicto. Pero debe ser un diálogo
franco y sincero, con objetivos claros y con mucha voluntad política
para implementar los frutos de esos diálogos, los acuerdos, deberán
cumplirse para superar esta crisis.
La crisis política que transita Honduras está pasando a un nuevo escenario. Por ahora y como siempre en las constantes crisis, se desarrolla una campaña a través de la prensa tradicional que naufraga en el intento de mostrar a propios y extranjeros que en el país todo está normal, tras la toma de posesión del cuestionado presidente Juan Hernández.
Este
análisis, elaborado por Radio Progreso y el ERIC, con título “El
gobierno de JOH”, advierte que Hernández podrá ser el mandatario de sus
funcionarios y de algunos de sus seguidores, podrá ser el presidente de
la Honduras que lo acompañó en “el Nacional”, pero no de la otra
Honduras, donde está la mayoría de la población que lo rechaza.
El gobierno de JOH
La
crisis política que vive Honduras está pasando a un nuevo escenario.
Hay una campaña mediática en el país por hacer ver que todo está normal
tras la toma de posesión del cuestionado presidente Juan Orlando
Hernández. Y efectivamente en el país pareciera que todo está normal,
pero basta con interiorizar un poco para darse cuenta que el rechazo
hacia el fruto de la ilegal reelección presidencial de Juan Orlando
Hernández, es alto y generalizado.
Además
la persecución y criminalización de algunas caras visibles de la
protesta social no ha cesado dejando ya a varios presos políticos.
Además nunca será momento para olvidar a los caídos en esta crisis, a
esas personas que se opusieron a ser gobernadas por la ilegalidad.
Juan
Hernández podrá ser el mandatario del país pero no podrá ganarse el
respeto y la legitimidad de la gente, será el mandatario de sus
funcionarios y de algunos de sus seguidores, es decir podrá ser el
presidente de la Honduras que lo acompañó en el estadio nacional pero no
de la otra Honduras que lo rechaza.
Sin
duda que su gobierno no será un gobierno que tendrá las facilidades
para poder gobernar porque para hacerlo deberá comprar muchas
voluntades, que bien lo puede hacer, pero esas voluntades son escasas y
no alcanzaría para ganar la gobernabilidad que necesita. Le conviene
seguir cumpliendo a cabalidad las directrices que se emanen de la
política de los Estados Unidos.
Hernández
es el presidente más deslegitimado de la historia y para sostenerse en
el poder necesita de las armas, el chantaje y el soborno. Frente a él
tendrá a una ciudadanía indignada, que se siente defraudada y robada.
Esa indignación podrá sentirse en cualquier momento y en cualquier
circunstancia.
Hay,
cada vez más, una opinión generalizada de que este gobierno no podrá
terminar sus cuatro años porque una dictadura, como la de Honduras,
tiene patas cortas y no podrá llegar tan lejos como los sectores
oficiales desearían.
El
diálogo es la salida a cualquier conflicto. Pero debe ser un diálogo
franco y sincero, con objetivos claros y con mucha voluntad política
para implementar los frutos de esos diálogos, los acuerdos, deberán
cumplirse para superar esta crisis.
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