En realidad no les preocupa el odio ni la sátira ni los memes sarcásticos. A los políticos tradicionales y a los viejos medios – periódicos, tvc, eu, hch, torre de la maldad y calls centers impulsores de la Ley Pepa – les asusta una nueva realidad: la población general se convirtió en productora activa de información y opinión en tiempo real, en vivo, directo; en reportera de su propia realidad por décadas editada, manipulada o simplemente ignorada; en salta trancas de la “profesionalidad” exigida para comunicar y hacer noticias sobre hechos metidos bajo la alfombra oficial. El internet es sólo el medio.
Pero a las vacas sagradas de la comunicación dominante les preocupa verdaderamente haber perdido el monopolio de “la verdad”, la exclusividad del rentable negocio de producir imaginarios a su gusto, de connotar hechos irrelevantes, de pintarrajear la realidad conveniente y generar tendencias favorables a sus negocios compartidos. Grandes negocios de publicidad y contratos conexos. En la actualidad un alto porcentaje de la población – migrantes tecnológicos y nacidos directamente en el hábitat digital – no dependen de los contenidos hegemónicos de las “fuentes oficiales” (cohep, obispos, pastores, chafas, ministros, opinólogos, portavoces de oficio) ni toman decisiones en base a lp, eh, lt y los demás entes del parque jurásico de los wong, ferrari, canahuati, facussé, maldonado-valladares… Ahora la población que era cautiva de esos pulpos domesticadores del mensaje saltó a su propia plataforma y usa los medios viejos sólo para comparar lo que ella misma sabe; antes, esos bárbaros eran la palabra del señor. Y todo esto ha pasado porque pretendieron encarcelar la libertad, la imaginación, la creación, la poesía, la alegría, y se johdieron.
Felix Molina
CON O SIN FACEBOOK Y TWITER, JOH ES PA’FUERA QUE VAS
En lugar de controlar las redes sociales
¿no sería mejor controlar el nivel de corrupción en el gobierno?
A la bancada ilegal nacionalista en el Congreso Nacional pareciera le
faltan luces para poder presentar proyectos de ley que realmente
favorezcan la solución de los grandes problemas nacionales, sobre todo
los problemas que abaten a los pobres y a quienes se debaten por debajo
del nivel de la pobreza y constituyen la mayoría de la población del
país. Por ahora están más preocupados en defender el fraude electoral,
fraude que no solamente se cometió en las elecciones para presidente de
la República sino también en la escogencia de los diputados y las
corporaciones municipales.
Por los proyectos que han puesto en el tapete de las discusiones -uno ni
siquiera fue discutido y se publicó en la Gaceta una versión diferente
de la que se aprobó, pues se trata de una ley para afianzar la impunidad
frente a la corrupción- se deduce el poco nivel político e intelectual
que poseen los representantes nacionalistas, escogidos más por su
fidelidad lacayuna al mandatario que por sus luces como políticos, y
que, en verdad, no representan los intereses del pueblo sino los del
impostor Juan Orlando Hernández (JOH).
El nivel de sumisión y de sometimiento de la bancada cachureca
retrógrada a las exigencias del salteador de la presidencia es tal que
se han visto impelidos, por mandato del supremo, a presentar mociones
que realmente solo pueden clasificarse como idioteces, totalmente
desligadas del contexto de la realidad, a contrapelo con los compromisos
internacionales que ha suscrito el país y con el sentimiento de un gran
sector de la opinión de grandes grupos de hondureños.
El diputado de los chocoyos, que por su larga estancia en la Cámara
debería tener más sensatez, ha propuesto que el Cristo del Picacho sea
declarado monumento nacional. Esto, por el carácter laico del Estado
hondureño (laicidad proclamada por Francisco Morazán a quien dicen estos
enemigos del pueblo tener como héroe propio), está vedado, pues además
choca con las creencias del gran sector poblacional que no profesa el
catolicismo sino el protestantismo. Todo para agradecer al señor
Cardenal los favores que hace al régimen usurpador al santificar el
fraude, la violación de la Constitución y la represión ejercida por la
tiranía en contra del pueblo en insurrección en el ejercicio de su
derecho a no obedecer a un gobierno ilegítimo, violencia que ha
desembocado en el asesinato de más de cuarenta personas. Estos
asesinatos, siguen escenificándose. Al señor de los chocoyos no le
importa la miseria del pueblo, ni el hambre de las grandes mayorías, ni
la falta de vivienda verdaderamente digna, ni la negativa que reciben
los hondureños al solicitar medicamentos en el IHSS y en los Centro y
Hospitales estatales. Él se desvela por un monumento de cemento, inerte,
en contraposición con las penurias de la mayoría del pueblo que está
vivo pero en miseria. El de los chocoyos ofrece que este problema
supremo del país se resuelva con cincuenta pesos, una bolsa solidaria y
un eco fogón (todo esto envuelto en un manto de corrupción). El humo de
los fogones provoca la destrucción del bosque y expone a las mujeres al
humo que provoca insuficiencia respiratoria (EPOC). En Cuba, que tanto
denigran, nadie cocina con leña, ni en la ruralidad, pues todos tienen
acceso a la electricidad o a la red de gas.
De igual manera, otro diputado, miembro de una familia oligárquica
diputadil en Comayagua, en cumplimiento de las directrices que le llegan
desde casa presidencial, frente a la repulsa que recibe JOH en las
redes sociales, también con los ojos cerrados a la miseria en que se
debate la mayoría del pueblo de su departamento, ha salido, lanza en
ristre, a combatir en contra del facebook, el twiter, el internet y
otros medios de la comunicación de masas modernos, para promover una ley
en la que se prohíbe toda alusión al presidente surgido del fraude
electoral, con la intención de callar las voces de la población que
repudia la violación de la ley y al régimen impopular de JOH, sostenido
con las bayonetas y las balas. Este diputado, incapaz de parir una
moción con una ley que sea trascendente para Honduras, quiere, mediante
artilugios leguleyescos, ponerle un bozal al pueblo, en un acto de
franca violación a la garantía constitucional de libre expresión,
respaldada por la Carta Universal de los Derechos Humanos, de la cual
Honduras es signatario.
El parlamentario comayagüense arguye que en las redes sociales se
fomenta el odio y la discriminación y que tales prácticas constituyen un
peligro para la sociedad. Sin embargo verdadero peligro para la
sociedad no es la opinión de los ciudadanos expresada a su manera en
facebook, en twiter u otros medios de “mass media”. El real peligro de
odio lo constituye el gobierno apuntando con sus fusiles al pueblo que
protesta en contra del fraude electoral y de la violación de la
constitución que prohíbe la reelección. Ese odio no proviene del pueblo,
ciertamente, sino del mandatario ilegal apertrechado detrás de los
rifles del ejército en contra de los manifestantes que no solo apuntan
sino que asesinan.
Lo que no logra entender el diputado de JOH pero no de Comayagua es que
el odio que el régimen ha incubado en el pueblo se debe, entre otras
cosas: al atraco impune al Seguro Social que ha dejado a miles de
hondureños sin acceso a los medicamentos y a una adecuada atención
médica, al abandono casi total en que se encuentran los Centros de Salud
y los Hospitales, a la precariedad del sistema educativo, al
fortalecimiento de una policía militar y unas fuerzas armadas que
apuntan y disparan en contra de los ciudadanos desarmados y asesinan, a
la corrupción campante en el gobierno, al señalamiento de altos
personeros por el gobierno de USA y por la MACCIH como corruptos y como
involucrados en el narcotráfico, al fraude electoral y a la violación de
la Constitución, al tratamiento de los pobres como parias que solo
merecen una limosna y una miserable bolsa que llaman –peyorativamente-
solidaria. Estos son los grandes problemas que debe corregir el diputado
de Comayagua, pero comprendemos, su cacumen no da para eso. Su desvelo
se debe ahora a que el régimen de su Jefecito se derrumba porque el
clamor popular es FUERA JOH y eso pone en precario su sueldo de diputado
inepto que solo funciona como mandadero.
No alcanzará a entender la bancada cachureca e ilegítima en el Congreso
que el pueblo ya decidió no parar su lucha hasta ver fuera al dictador.
Por eso todas las medidas descabelladas no han servido para aplacar ese
clamor. El pueblo salió a las calles a pesar del estado de sitio, el
pueblo seguirá en las calles a pesar de los asesinatos y la represión
ejercida por los militares. El pueblo no abandonará el señalamiento de
los corruptos y de la ilegalidad del mandato de JOH a pesar de todas las
leyes represivas que apruebe el nacionalismo y sus adláteres de los
partidos de maletín.
La decisión del pueblo está tomada: no cejar hasta que JOH vaya para fuera, con facebook, con twiter, con internet o sin ellos.
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