Por: Redacción CRITERIO
Enero 1,2018 / redacción@criterio.hn
Tegucigalpa.-Un hondureño experto en informática habló con el canal de noticias Univision sobre el fraude operado en Honduras el pasado 26 de noviembre cuando le robaron el triunfo a la Alianza de Oposición contra la Dictadura.
El
entrevistado es un ingeniero, autor de un análisis de fraude de 66
páginas realizado por un grupo que se hace llamar Grupo de Amigos en
Norte América en Software (GANAS USA). Sus conclusiones coinciden con el
informe oficial de un equipo de observadores electorales de la OEA que
concluyó que había “irregularidades” que “hacen imposible determinar …
el ganador”.
El ingeniero informático pidió que no se lo identificara
por temor a represalias y porque teme ser asesinado.
Nota relacionada Alianza de Oposición muestra mas pruebas del fraude electoral
Dijo ser un hondureño interesado en conocer la verdad y que está interesado en ayudar a su país en este momento de crisis para encontrar la verdad.https://criterio.hn/2018/01/01/vea-video-donde-experto-hondureno-revela-se-fraude-electoral/
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Elecciones hondureñas: ¿fraude o incompetencia?
La casi ridícula saga electoral hondureña ahora ocupa un lugar en una larga lista de elecciones dudosas en América Latina, desde Venezuela (2017), Haití (2000) y Panamá (1989), y puede haber dañado irreparablemente el papel de la OEA como observador — y preservador — de la democracia en el hemisferio.
Enero 1,2018 / Criterio.hn /
Tomado de Univisión Por: David Adams
El rompecabezas de las elecciones hondureñas: ¿fraude o incompetencia?
El
presidente de Honduras, Juan Hernández, fue declarado ganador de las
elecciones del 26 de noviembre, pero los observadores de la OEA
descalificaron los resultados citando una serie de “irregularidades”.
Univision News habló con expertos de ambas partes para esclarecer los
hechos.
Más de un
mes después de las elecciones hondureñas del 26 de noviembre, el
resultado aún se está cuestionando, y es posible que nunca se conozcan
los verdaderos resultados.
A pesar
de las serias denuncias de posible fraude por parte de un equipo de
observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), el 17 de
diciembre las elecciones dieron como ganador al actual presidente Juan
Hernández por un margen de 1.6%, o aproximadamente 50,000 votos.
Aunque
ahora parece probable que Hernández preste juramento para un segundo
mandato el 27 de enero, su gobierno carece de legitimidad a los ojos de
muchas personas. Una alianza opositora está impugnando los resultados
electorales en la corte, y describe a Hernández como un “impostor” y un
“dictador”.
El debate
sobre lo que sucedió es en gran medida técnico, con respecto a la forma
en que la tabulación de los votos de cada precinto se escaneó y se
transmitió electrónicamente al centro de operaciones electorales en la
capital, Tegucigalpa.
Esto se
vio agravado por la intromisión política y una flagrante falta de
transparencia, dicen los expertos, quienes alegan demoras inexplicables
en la publicación de resultados, así como un mal funcionamiento del
servidor informático en un momento clave en el conteo de votos.
Como
resultado, la OEA se negó a firmar la elección, diciendo que “el proceso
electoral estuvo caracterizado por irregularidades que hacen imposible
determinar con la necesaria certeza al ganador.
La
posición de Hernández se fortaleció enormemente esta semana cuando
varios gobiernos, incluyendo Estados Unidos, Canadá, España y México,
reconocieron los resultados y ofrecieron sus felicitaciones.
¿Incompetencia o fraude?
Algo con
lo que todo el mundo está de acuerdo es que el recuento salió muy mal,
lo cual creó al menos la apariencia de una incompetencia
escandalosa. Pero establecer si hubo algún fraude es mucho más difícil
de probar.
El foco
principal de las acusaciones de fraude se deriva de un giro dramático de
los acontecimientos durante el recuento de votos. Inicialmente, el
candidato de la Alianza opositora, Salvador Nasralla, parecía
encaminarse hacia la victoria con una ventaja saludable de más de
100,000 votos con más de la mitad de los precintos tabulados.
Entonces
sucedió algo raro. Una falla informática, atribuida a una sobrecarga del
sistema, apagó el servidor que estaba transmitiendo los resultados al
sitio web público del tribunal. Para cuando se restauró el sistema,
Hernández estaba cerrando la brecha y eventualmente superó a Nasralla.
“O
hubo una incompetencia olímpica, o hubo fraude”, dijo Carlos Dada, el
galardonado director de El Faro, un sitio web de noticias en el vecino
El Salvador, quien cubrió las elecciones hondureñas.
Los
orígenes de la actual agitación electoral datan de meses atrás, y fueron
la culminación de una serie de maquinaciones políticas altamente
polémicas por parte de Hernández y el gobernante Partido Nacional.
Después
de llenar la Corte Suprema de jueces simpatizantes suyos, Hernández
obtuvo la aprobación para postularse para la reelección, lo cual había
estado prohibido durante décadas debido al historial de corrupción
política y desgobierno autoritario de Honduras.
Luego, a la principal
Alianza opositora se le denegó un escaño en el Tribunal Supremo
Electoral (TSE) de cuatro escaños.
Para empeorar las cosas, David Matamoros, un prestigioso aliado de Hernández, fue designado para dirigir el TSE.
“Incluso aunque no se pueda probar un fraude técnico, hubo fraude político antes de que se emitiera el primer voto”, dijo Dada.
En
septiembre, el contrato adjudicado a una empresa, Mapas Soluciones, para
procesar los resultados electorales fue revocado debido a presuntos
vínculos con el Partido Nacional. Fue sustituida por una compañía poco
conocida, Dale Vukanovich, dirigida por un experto en sistemas
informáticos peruanos, Theodore ‘Teddy’ Dale, que había auditado varias
elecciones previas en Honduras.
El conteo de votos
El primer
indicio de problemas llegó de inmediato, después de que cerraron las
urnas el domingo 26 de noviembre. A medida que los resultados de los
precintos escaneados digitalmente llegaban por vía electrónica de todo
el país, el Tribunal Electoral retrasó su publicación. Aparentemente, la
contienda estaba demasiado cerrada como para definir un claro ganador,
pues el candidato opositor Salvador Nasralla estaba a la par de
Hernández.
“En el
centro de operaciones pudimos ver los primeros resultados, a las 8 p.m.,
9 p.m., estaba muy cerrado, pero luego Nasralla comenzó a adelantarse”,
dijo Dale.
Durante
horas, el Tribunal Electoral se negó a publicar los resultados. Los
testigos acusan a Matamoros de llamar a Hernández para buscar
orientaciones, lo cual viola su papel imparcial. Finalmente, bajo
presión de los observadores internacionales, a la 1.30 de la madrugada —
más de seis horas después del cierre de las urnas — el Tribunal
Electoral anunció los primeros resultados parciales. Con casi el 60% de
las papeletas contadas, Nasralla tenía una ventaja del 5%.
El voto rural
Más de un
tercio de los resultados de los precintos — principalmente en áreas
rurales — no pudieron transmitirse en la noche de las elecciones debido a
la falta de electricidad o cobertura de Internet en los colegios
electorales. En cambio, tuvieron que ser entregados — en bolsas selladas
— en camiones que condujeron toda la noche para llegar a la capital.
Sin duda,
esto no fue una sorpresa para los funcionarios electorales que tenían
plena conciencia de los problemas técnicos en las zonas rurales. Una
gran parte de la población de Honduras, uno de los países más pobres del
hemisferio, de 9.5 millones de habitantes vive en áreas rurales
remotas.
Sin
embargo, creó una vulnerabilidad en la seguridad de las boletas que
alimentó más sospechas, especialmente teniendo en cuenta lo que sucedió
con el conteo oficial de votos en los días posteriores.
Sorprendentemente, pasarían más de 12 horas antes de que comenzaran a actualizarse los nuevos votos.
“Alrededor de las 4 de la tarde comenzamos a recibir los resultados de los precintos rurales”, dijo.
De hecho,
apenas se contaron 80,000 votos ese día, según los datos de Dale. Eso
se compara con los 250,000 votos contados el martes 28 de noviembre y
más de 300,000 el miércoles 29 de noviembre.
Gradualmente,
se redujo la ventaja de Nasralla. Para la tarde del miércoles, con el
82% de las urnas contadas, el tribunal electoral dijo que los dos
candidatos estaban en un empate virtual con Hernández al frente por 40
votos.
El bando
de Nasralla estalló de furia y denunció que las elecciones habían sido
robadas. Estallaron protestas callejeras en todo el país que cobraron
más de 20 vidas en las siguientes dos semanas.
Luego ocurrió otro percance.
El
Tribunal Electoral anunció un error; el servidor informático, utilizado
para cargar el último recuento de votos en un sitio web público alojado
en Amazon, se cerró debido a una sobrecarga del sistema.
En aras
de la transparencia, Dale dijo que los funcionarios electorales
solicitaron el lunes que se acelerara la publicación de los resultados
de cada media hora a cada cinco minutos. “Recargar los resultados cada
cinco minutos implicó un aumento de seis veces en los datos, lo cual
sobrecargó el servidor”, dijo.
“No se apagó por una falla”, agregó. “Yo lo apagué para instalar una expansión (del server)”.
Dale
calificó el evento de totalmente “fortuito” y agregó que les había
advertido a los funcionarios sobre el problema más temprano en el día
después de recibir una alerta de que el sistema se estaba quedando sin
memoria.
Dale dice
que el servidor estuvo inactivo durante seis horas — entre las 6.30 de
la tarde y las 11.30 de la noche — antes de que los resultados pudieran
comenzar a cargarse nuevamente. Agregó que el recuento de votos reales
continuó de forma ininterrumpida ya que el único servidor afectado fue
el que se utilizó para publicar los resultados en Amazon.
Cuando se
reinició, la tendencia continuó cambiando drásticamente a favor de
Hernández, aunque no fue declarado ganador durante los siguientes 18
días.
Dale
indicó que los resultados ya mostraban una tendencia a favor de
Hernández antes de que el servidor se cayera. Compartió varias gráficas
con Univision que parecían mostrar cómo Hernández cerró gradualmente la
brecha durante los días 28 y 29.
El equipo
observador de la OEA dijo en su informe final sobre las elecciones
publicado el miércoles que el servidor comenzó a tener problemas mucho
antes el día 29, comenzando a las 9:47 de esa mañana, y estuvo fuera de
servicio durante casi nueve horas.
Dale
calificó el evento de totalmente “fortuito” y agregó que les había
advertido a los funcionarios sobre el problema más temprano en el día
después de recibir una alerta de que el sistema se estaba quedando sin
memoria.
Dale dice
que el servidor estuvo inactivo durante seis horas — entre las 6.30 de
la tarde y las 11.30 de la noche — antes de que los resultados pudieran
comenzar a cargarse nuevamente. Agregó que el recuento de votos reales
continuó de forma ininterrumpida ya que el único servidor afectado fue
el que se utilizó para publicar los resultados en Amazon.
Cuando se
reinició, la tendencia continuó cambiando drásticamente a favor de
Hernández, aunque no fue declarado ganador durante los siguientes 18
días.
Dale
indicó que los resultados ya mostraban una tendencia a favor de
Hernández antes de que el servidor se cayera. Compartió varias gráficas
con Univision que parecían mostrar cómo Hernández cerró gradualmente la
brecha durante los días 28 y 29.
El equipo
observador de la OEA dijo en su informe final sobre las elecciones
publicado el miércoles que el servidor comenzó a tener problemas mucho
antes el día 29, comenzando a las 9:47 de esa mañana, y estuvo fuera de
servicio durante casi nueve horas.
Cambio improbable
La OEA
también observó la “extrema improbabilidad estadística” del repentino
cambio en la tendencia del voto de Nasralla a Hernández.
Un
análisis oficial de siete páginas de la OEA realizado por el profesor de
la Universidad de Georgetown, Irfan Nooruddin, llegó a la siguiente
conclusión: “Hay un marcado punto de quiebre con aproximadamente el 68%
de los votos contados en las tasas de participación de las estaciones de
votación y los porcentajes de voto concomitantes para el Partido
Nacional y la Alianza opositora”.
Continuó:
“Para que esto sea plausible, tendríamos que creer que no solo las
mesas de votación que reportaron tarde favorecieron al actual
presidente, sino que lo hicieron con márgenes abrumadores”, agregó.
“Coincide con la hipótesis de que se alteraron los votos que se contaron
al final”.
Nooruddin
también encontró que las tasas de participación en promedio en los
primeros dos tercios de las mesas electorales informaron que fue del
56%, y saltó a un promedio de 63% en el tercio final de los datos.
¿Imágenes alteradas?
Al mismo
tiempo, un grupo de ingenieros informáticos estadounidenses notó un gran
aumento en los datos que surgieron después de que se restauró el
sistema. Les preocupó tanto lo que observaron, que escribieron un
análisis detallado de 66 páginas de la elección usando el nombre GANAS
USA (Grupo de Amigos de Norte América de Software). Uno de los
integrantes del grupo habló con Univision, pidiendo permanecer en el
anonimato debido a los temores por su familia en Honduras.
Univision
verificó sus credenciales de ingeniería informática, pero no ha podido
verificar su análisis con otros expertos, incluyendo la OEA o el
tribunal electoral hondureño.
El
informe de GANAS afirmó haber encontrado evidencia de un sofisticado
fraude de software que, según dijo, no era evidente para el ojo
inexperto.
Un examen
más detallado de las imágenes de alta resolución de los conteos de
votación reveló que algunas habían sido digitalmente alteradas. “Toda la
información de fondo se borró, se limpió y, además, se insertaron
imágenes previamente escaneadas”, dijo.
Dale se rio de tales afirmaciones y las calificó como “todo eso cae en la imaginación”.
Se conservaron los registros de la computadora para la base de datos y están disponibles para su inspección, agregó.
Preservación de datos
Sin
embargo, el momento del fallo del sistema ha despertado sospechas en
muchos sectores, incluidos los técnicos de la OEA que observaron el
recuento.
“No es
cierto”, dijo un miembro de la misión de observación de la OEA a
Univision News cuando se le preguntó sobre la preservación de los
registros de la base de datos, y agregó que el incidente se manejó
incorrectamente y los datos se borraron cuando se reinició el servidor.
“Se
alteró la evidencia al reinstalar el software del servidor. Lo apropiado
habría sido preservar en formato forense para un análisis posterior”,
dijo. Como resultado, le fue imposible a la OEA determinar las causas
reales de las fallas y el impacto del servidor que se apagó, concluyó la
OEA.
Aunque la
OEA dijo que “no pudo constatar el origen del problema”, advirtió que
el incidente del servidor fue tan “severo” que “generó un cambio total
de la infraestructura informática”. –
Dale dice
que está desconcertado por la respuesta de la OEA, diciendo que invitó a
la OEA a inspeccionar la base de datos, pero su oferta nunca recibió
respuesta. “Se tomaron todas las acciones necesarias, todas las medidas
para preservar la data, preservar los sistemas, y no tener ningún
problema”, insistió.
Nuevamente,
la OEA no estuvo de acuerdo. “No es cierto. La OEA revisó la base de
datos “, dijo el miembro de la misión de observación, y agregó que la
empresa de Dale instó a los observadores de la OEA a “expresarse a favor
de la integridad de la base de datos”, a pesar de no haber seguido los
protocolos correctos.
Además,
la OEA dijo que el propio documento del tribunal electoral sobre
Políticas de Seguridad “no contiene una política para la preservación de
la evidencia”, dijo.
Esta
semana, en un informe final sobre las elecciones, el equipo de la OEA
citó numerosas preocupaciones sobre la “mala calidad” de todo el sistema
electoral, incluyendo las violaciones del sistema informático, así como
la imposibilidad de asegurar las urnas.
Resaltó
el descubrimiento de sacos de votos abiertos, votos faltantes, así como
boletas recientemente impresas, en una instalación del tribunal
electoral donde se escanearon y se introdujeron al sistema las papeletas
rurales tardías y se guardaron todas las papeletas y los recuentos de
precintos.
El
miércoles, la OEA llegó a alegar que la presión de las autoridades
hondureñas llegó a tal punto que la misión consideró abandonar el país
antes de presentar el informe de 34 páginas.
Chivo expiatorio
Dale negó
tener ningún interés político en el resultado de las elecciones más
allá de su contrato para procesar los resultados, por un valor de 1.8
millones de dólares, según una fuente familiarizada con los detalles.
También
expresó su inquietud por la manera en que el tribunal electoral manejó
la controversia postelectoral, y sugirió que lo convirtieron en un chivo
expiatorio. “Me siento solo en un barco que navega hacia lo
desconocido”, dijo.
Pero
expresó sus críticas más fuertes contra la OEA. “Eso me afecta a mí, a
mi reputación y a mi empresa”, dijo, quejándose de que, debido al
informe de la OEA, había recibido amenazas y se le describió en las
redes sociales como un villano.
Después
de reunirse en Washington con el Secretario General de la OEA, Luis
Almagro, Dale le dijo a Univision que está considerando emprender
acciones legales si la OEA no “rectifica” su informe.
En su
informe, la OEA recomendó que se celebraran nuevas elecciones y solicitó
la designación de un Enviado Especial para comenzar un diálogo con el
gobierno y la oposición.
Con ambas partes en desacuerdo, parece difícil encontrar una salida.
“No
hay verdaderos ganadores en medio de esta confusión y
confrontación”, escribió Jorge Castañeda, el ex secretario de Relaciones
Exteriores de México.
“Probablemente
hubo fraude en unas elecciones injustas y apenas libres, o en el mejor
de los casos, fueron mancilladas hasta el punto en que el resultado no
puede considerarse confiable. Honduras puede ser un país pequeño y
pobre, pero es probable que los efectos de este fracaso sean de gran
alcance”.
https://criterio.hn/2018/01/01/elecciones-hondurenas-fraude-incompetencia/
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