Cuando un líder se ubica en el frente de la lucha social y tira adelante su propia vida, el pueblo se identifica, lo sigue y le retribuye respeto; Manuel Zelaya, le ha enseñado a este pueblo una verdad irreversible, a no temer, eso alarma los retorcidos cerebros de ciertos parásitos “poderosos” que, a solas y brindando con su cártel preguntan con nervios asesinos, ¿por qué no matan a “Mel”?
Salvador
Nasralla también estuvo ahí en la calle, sin miedo, frente a los
militares irracionales y represivos, y la gente lo abrazó; Luis Zelaya
contestó con la dignidad de un Presidente por alusión a Honduras en
palabras de Trump: “políticos y presidentes de mierda, eso es lo que
hemos tenido en el país”.
En
tanto, Juan Hernández, se esconde en un estadio a gritar que ganará en
el 2022, sin medios de comunicación, en secreto lanza a los militares a
la ciudadanía, sin pueblo, solo él y los generales. Señor presidente
renuncié…
Reflexión
EL LIBERTADOR /
Gira
el pomo de la puerta y se encuentra al empresario en su silla mullida,
reclinado, la decoración como es habitual, una foto de la familia, otra
del Papa y la del Che o Fidel, acumuladas de cuando fue joven; en el
reflejo de los lentes se capta el momento que Manuel Zelaya Rosales es
empujado por un militar –¿Por qué no matan a Mel?, pregunta aquel hombre
pálido, de estructura física débil y mirada dura; luego autoafirma
–“Así se acaba el problema”. La voz de quien acaba de entrar responde
–Señor, eso se puede hacer, pero ¿Está dispuesto a seguir matando
después de eso?
Solo
las risas de las hienas que se revuelcan en sus porquerías desde las
entrañas de la prensa tradicional suenan en el televisor… A la derecha e
izquierda caen las bombas lacrimógenas en Tegucigalpa, esto fue ayer
frente a la abandonada Casa Presidencial; los jóvenes están adelante
“¡No se detengan!”, levantan láminas como barricadas, el monstruo verde
devorador de vidas esta al fondo y no dejan de disparar salvas, bombas y
piedras –Unos vándalos extremistas de verdad-; de repente todo se
calma, el pecho agitado de los manifestantes late fuerte, “Alto, alto”
gritan del frente de la movilización, “Mel” va a ir a hablar.
Camina
hacia adelante, ahí está el simbólico sombrero, con el que se
identifican miles de campesinos de un país desdentado por las
injusticias, avanza, avanza, los militares están asustados, los ojos
rojos por el gas –supongamos—, va de frente el hombre de carne y hueso,
disparan una lacrimógena cerca, él sigue avanzando levantando las manos
como símbolo de paz, otra bomba, otro paso adelante, el ambiente se
llena de humo, está enfrente, intenta hablar de derechos, el analfabeta
militar lo empuja, la manada y las armas lo hacen sentirse fuerte, casi
héroe nacional. La negociación fracasó, volvió la lluvia de piedras.
Manuel Zelaya Rosales es hoy el último dique de una sociedad harta y un sistema en agonía, conectado a la máquina artificial, ya no vive un día sin pulmón externo. Es el único político capaz de mover masas que fueron rezagadas por décadas y que hoy tienen casi diez años en las calles, golpe de Estado, Fraude 2013, marcha de las Antorchas y Fraude 2017. El pueblo con su millón de ojos se está moviendo de formas que alarman a los analistas, mientras el comunicador penco a cambio de la paga mensual, se burla de manera morbosa que golpeen a Mel, los intelectuales lo ven con precaución y temor. ¡Claro! se necesita educación para entenderlo, después de todo, el dinero no piensa por Usted, tampoco le da virtud de entendimiento.
Piense
rápido, si la propuesta de Salvador Nasralla es bajar el Impuesto Sobre
Venta de 12 a 15 por ciento, que significa que la población tendría
mayor poder adquisitivo, es decir, que puede comprar más productos, cosa
mejor para los empresarios, ¿Por qué un grupo de ellos apoyan a Juan
Orlando Hernández?, ¿A qué se dedican sus empresas, que funcionan con
consumidores sin dinero en la bolsa?
Durante
estos años de lucha, el pueblo va identificando quiénes no están con
él, los que son abusivos y quiénes son los lideres, los acumuladores de
riqueza también aprendieron que si aguantan un poco, el gobierno nos
colmará de riquezas, dos o tres veces de las que tienen hoy, véase los
negocios después del golpe de Estado, entonces dejan de ser un grupo
empresarial, para convertirse en una mafia y los grandes criminales
saben que para hacer buenos negocios debe haber paz, menos los verde
olivo que florecen en tiempos de guerra, ellos ganan siempre con la
crisis.
La
irracionalidad del poder, “Si yo quiebro, quiebra toda la banca
nacional”, dijo el amenazante, Miguel Facussé y es aquí donde todo se
torna peligroso. Manuel Zelaya tiene un peso histórico sobre su espalda,
tomó la decisión de llevar la lucha por la avenida pacífica, para
evitar derrame de sangre de un pueblo sufrido y humillado; sin embargo
hay sangre en las calles y mucha. Lo que pasó ayer es simbólico, frente a
miles de personas, a un hombre sin armas, con las manos arriba y que
pedía la paz el militar respondió con un golpe en el pecho, no a Mel, a
la gente que reclama un cambio; otro presidente para iniciar un nuevo
camino, alejarse de la mierda y de políticos mierderos que producen
traición y miseria en el parlamento.
El
general Romeo Vásquez Velásquez, repite que salvó la vida al Presidente
Zelaya, que la orden era asesinarlo, nunca dijo quién tiene semejante
potestad en Honduras para ordenar a la máxima autoridad militar que
asesine un Presidente. Sin duda, los nombres con ese poder en este
territorio, no son muchos. Un día, esos que no son hondureños, pero
ahora actúan como dueños de Honduras, entenderán –por las malas, muy
malas, y ya no con gente que sólo resiste— que el mejor amigo del
capital en nuestras tierras ha sido el hombre del bigote y el sombrero.
Si
ayer o mañana una bala, “por error”, fuera disparada por un asustado
soldadito de plomo y matara a ese hombre, las manifestaciones se
detendrían, tienen razón en eso, se paparían porque morirá con él la
ilusión para el pueblo de cambiar el país con un “Fuera JOH”, entonces
en el siguiente enfrentamiento se le probaría la fe a los golilleros de
hoy, a los fraudulentos y a los envalentonados.
Lean un poco acerca de qué le pasó a un dictador genuino como “Tacho” y aquellos tiranos que lo rodeaban ahí cerca en Nicaragua, varias veces preguntaron hasta que lo hicieron ¿Y por qué no matan a Pedro Joaquín Chamorro? Vayan a preguntar qué pasó con esos que eran más poderosos que cualquier rico de este país, están a tres horas en carro de Tegucigalpa a Managua.
Si
un loco toca a “Mel”, la orquídea blanca caerá al suelo y el rojo
carmesí la bañará, entonces no solo en los barrios marginales se
llorarán los muertos, en Coyolito se colgará el chonguito negro de luto
también y en TSI será permanente el listón por los amigos ya idos de
Frente a Frente. Se puede evitar, ningún buen hondureño desea la muerte,
aunque el luto tiene plato servido en la casa del pobre desde hace
décadas.
Cuando
un líder se ubica en el frente de batalla contra la tiranía y pone su
vida en la balanza del destino por amor a su pueblo y su propia
indignación, el pueblo se identifica, lo acompaña hasta el final y le
retribuye respeto. Manuel Zelaya, le ha enseñado a este pueblo a no
temer, y eso para el poder es peligroso. Salvador Nasralla también está
en la calle, ayer la gente lo abrazó.
Luis
Zelaya contestó con la dignidad de un Presidente, “gobernantes de
Mierda”, es lo que hemos tenido en el país, en respuesta a declaraciones
de Trump. En tanto, Juan Orlando Hernández, se esconde a provocar en un
estadio, grita que ganará en el 2022, sin medios de comunicación, sin
pueblo, solo él y los militares. Señor presidente renuncié… Váyase, no
atrase más nuestro viaje como pueblo, no podemos parar más nuestro
desarrollo por una persona. Ni juegos ni caprichos, ya perdimos 500
años.
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/2646-honduras-por-que-no-matan-a-mel
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