En
esa breve historia de los “Grandes Medios de Comunicación”, ¿dónde está
usted lector hondureño? ¿Se encontró en la empresa privada que llena de
páginas de publicidad a los medios tradicionales o en la Madre
proveedora de esa prensa, el gobierno?, si no pertenece a ese círculo de
relaciones, ¿qué lo hace creer que a la prensa tradicional la interesa
su versión, su historia?
Reflexión
EL LIBERTADOR / Publicado: 31 Diciembre 2017
Los
heraldos fueron los sirvientes del Rey, ellos llevaban los mensajes de
la majestad y sobre la Tribuna le comunicaban al vulgo las encomiendas
imperiales. Nunca funcionó al revés, no servían a los pueblos. Una
historia ya conocida en la hondura de este país. Nada nuevo.
Los
“Grandes Medios de Comunicación”, nacieron hace más de un siglo en
Honduras, ¡sorpresa!, no fueron fundados por los pobres, sus creadores
no eran ricos como hoy sus nietos, se esforzaron en la construcción, no
tienen vínculos hondureños, pero sí con el trabajo en la tarea de
posicionarlos en los públicos de la sociedad hondureña, algunos en sus
orígenes se les vinculó como izquierdistas –Sí, revoltosos-, pero
después se encaminaron o murieron.
Estos
viejos de la comunicación, crecieron entre golpes de Estados,
desapariciones forzadas y el surgimiento de lo que hoy es la gran
empresa privada, crecieron juntos, son hermanos de la misma madre,
tienen cuentos maravillosos de cuando casi morían de hambre y sus
paisanos les dieron capital para seguir con su función. No hay almuerzo
gratis, “Por cierto, ya está listo el almuerzo”.
Y
luego está la Madre, la noble, la gran proveedora de todos sus hijos,
que los alimenta de su seno, para que crezcan robustos –unos llevan más
de cien años en eso-; los gobiernos hondureños liberales, nacionalistas y
juntas militares han alimentado la maquinaria mediática tradicional. Y
cada uno de estos políticos, una vez fuera del poder, sintieron el
terror de lo que nutrieron. “Le roi est mort, vive le roi”.
Estas
empresas de las comunicaciones en su mayoría no son rentables. Pero
pertenecen a consorcios de empresas que las mantienen, son armas; Diario
Tiempo no murió porque el gobierno de Hernández le quitara la pauta
publicitaria, sino que al devastar Banco Continental que conectaba todo
el “holdding”, asesinó la fuente de financiamiento del medio y la razón
de existir. Pero volverá, quizá con otro nombre.
En
esa breve historia de los “Grandes Medios de Comunicación”, ¿dónde está
usted lector? ¿Se encontró en el hermano, la empresa privada que lo
llena de páginas de publicidad o la Madre proveedora, el gobierno?, si
no pertenece a ese círculo familiar, ¿Qué lo hace creer que a la prensa
tradicional le interesa contar su versión, su historia?
La
buena noticia es que eso es pasado. Los medios tradicionales perdieron
para siempre el prestigio, son demasiado pesados, aburridos y con tantos
compromisos que sólo pueden comunicar noticias de farándulas o
ridiculizarse usando fotos falsas en accidentes de helicóptero, llamar
“Sucesión” un golpe de Estado, decirle “Democracia” a un Fraude
Electoral. Lo demás ya lo conocemos, “Semana Santa”, “Día de la Madre”,
“15 de septiembre” y “Navidad”, los títulos ya están escritos.
Más
de 400 mil personas mensuales navegan por las redes de EL LIBERTADOR y
en coyunturas como las elecciones 2017, más de un millón de personas se
nutrieron con nuestros contenidos, en los diferentes canales digitales,
superando por mucho cualquier tiraje de un medio viejo y desfasado que
circula en el mercado de la información nacional, ¿incrédulo?, búsquenlo
en “Alexa Analytics” u otras fuentes.
Los
medios de comunicación alternativos, ganan más espacio y credibilidad,
pero las fuentes de financiamiento son escasas, por lógica deberían ser
los sectores sociales de la población que los cobijará pero no es así,
tampoco es la izquierda de Venezuela o un partido político,
paradójicamente son personas que consideran que deben existir estos
medios, por la salud de un país y los más adelantados porque les
interesa el mercado para sus empresas.
Cuando
Usted se esté informando a través de un medio alternativo, no diga:
“Esto no lo publican los demás”, “Lo que callan los grandes medios”, le
falta el respeto a personas que decidieron tomar una decisión de no
tener una existencia acomodada y donde lo primero que se puso enfrente
fue la vida, ese equipo de trabajo, también tienen familia, sueños e
ideales, también se cansan, pero no pueden irse a dormir cuando
advierten que los intereses del pueblo están siendo amenazados o en
peligro.
Ha
costado 15 años, que empresarios y gobiernos entiendan el lema
“Vendemos un espacio publicitario, no la línea editorial”. Amigo lector,
tenga la seguridad que cuando mira un anuncio en EL LIBERTADOR, el
cliente lo ha pautado por nuestro mercado, porque sabe que por los
canales tradicionales no podría llegar donde Usted. Y eso merece
respeto. Hay que educarse y entender que el gobierno no le pertenece a
una persona, que sí hay publicidad no significa que se vendió el medio.
Un consejo gratis, lea siempre el editorial de un medio de comunicación y
sabrá a quien defiende.
“Si
EL LIBERTADOR llegara a morir, jamás volveremos a hablar de lo que
fuimos o hicimos por nuestro pueblo. Con nadie”, esa es una de las
expresiones de nuestro Director-Fundador. Esta expresión se sienta sobre
la base que hoy estamos aquí, para que los lectores se informen, para
confrontar las injusticias, no para ser “La verdad en sus manos”, sino
para que juntos construyamos la verdad desde su realidad.
La
decisión es suya estimado lector, si puede comprar un ejemplar,
¡hágalo!, si quiere comprar publicidad ¡hágalo!, su disposición es hacer
una donación ¡hágalo!, pero por favor, si su decisión es no hacer nada,
no llore mañana, no le pida a los tradicionales que actúen de forma
distinta por usted como parte de un pueblo que exige una sociedad en paz
y próspera, no fueron creado para eso, hacen su trabajo para sus
dueños, y Usted seguirá lamentándose: “Los grandes medios de
comunicación…”
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/2625-honduras-eso-que-uds-llaman-grandes-medios-de-comunicacion
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