Por: Redacción CRITERIO
Octubre 2,2017 / redaccion@criterio.hn
Tegucigalpa.-En
esta oportunidad CRITERIO te presenta el análisis que el Grupo Asesor
Internacional de Personas Expertas (GAIPE) ha realizado de manera
particular sobre la estrategia maquiavélica que los directivos de la
empresa Desarrollos Energéticos S.A. (DESA) utilizaron para la
construcción del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca y la campaña de
ataque y neutralización contra el COPINH y Berta Cáceres.
Además descubra la trama cómo atacaron y neutralizaron la lucha de Berta Cáceres y el COPINH
El 31 de
octubre el GAIPE presentó el informe: “Represa de violencia, el plan
que asesinó a Berta Cáceres”, el cual reúne y sintetiza el análisis de
más de cuarenta mil páginas de registros telefónicos, así como de chats,
mensajes de texto, GPS, y correos extraídos de algunos de los celulares
incautados en la investigación penal.
A continuación te presentamos la trama que utilizó DESA para la construcción de Agua Zarca, según el análisis de GAIPE:
DESA en
2010 y 2011 no contaba con los recursos económicos para construir el
proyecto Agua Zarca, lo cual, se deduce de las comunicaciones sostenidas
entre socios, directivos y empleados de la empresa. La fortaleza de
DESA radicó siempre en las relaciones de los socios y directivos con
agentes de gobierno en el ámbito local, nacional e internacional. Ese
relacionamiento, le permitió definir la posición del Estado en la
audiencia temática “Consulta Previa y mega proyectos en Honduras”
realizada en el 149 periodo de sesiones el 28 de octubre de 2013, así
como financiar boletos aéreos y estadía de personas delegadas por SERNA
para participar en dicha sesión. Es ilustrativo, también lo manifestado
por un directivo de la empresa, al referirse a una reunión sostenida el
26 de junio de 2013, sobre la cual escribe: “Ey sabes que estuvo muy
bueno ayer que le dijeras a Camif en la meeting que los senior lenders
no los querían que ejecutaran los shares para que no nos saquen de
socios a nosotros por nuestra experiencia y contactos con gobierno”.
Noticia Relacionada: Informe de GAIPE evidencia el vínculo de funcionarios estatales con el crimen de Berta Cáceres
Esta
fortaleza le permitió, a los socios y directivos de DESA, acceder a
financiamiento de entidades internacionales, los cuales, además de ser
empleados en la construcción del proyecto hidroeléctrico, fueron
utilizados para el pago de acciones de control, neutralización, y
castigo de las personas que eran consideradas “enemigas”. También, le
permitió contar con recurso humano proveído por las fuerzas de seguridad
del Estado, las cuales, llegaron a estar bajo la dirección de agentes
de seguridad privada de la empresa y directivos de la misma. De esa
manera, el capital político sobre el que se sustentó DESA fue vital para
la obtención de financiamiento, por parte de entidades internacionales.
Con ese
capital se contrató, entre otros, a un equipo de comunicadores sociales,
abogados, personal de seguridad privada, informantes y sicarios para
ejecutar acciones en contra de las personas que fueran consideradas
“enemigas”, para el avance de la construcción del proyecto. Sin esa
relación, la afectación a las comunidades no hubiera alcanzado las
dimensiones de rompimiento de tejido social que tiene en la actualidad,
ni se habría producido el asesinato de Berta Isabel Cáceres Flores y la
tentativa de asesinato en contra de Gustavo Castro Soto, ejecutado el 2
de marzo de 2016.
La Alianza de DESA con las fuerzas de seguridad del Estado
La
alianza de DESA con las fuerzas de seguridad se sustentó en el
relacionamiento de los directivos y socios con las más altas autoridades
de gobierno, lo cual les permitió, no solamente coordinar, sino
subordinar a los agentes de las fuerzas de seguridad en operativos de
control y represión en contra de personas de la comunidad e integrantes
del COPINH, incluida Berta Isabel Cáceres Flores. El 17 de abril de
2013, un empleado de DESA pregunta a un directivo de DESA sobre el
resultado de una reunión que debía sostener con un alto funcionario del
Estado, en los términos siguientes: “[…] Fíjese que nos acaban de
informar que los Copines van a presidencial… Yo acabo de presentar la
denuncia ante la Fiscalía… Sabe si su tío pudo hablar con el ministro de
Seguridad?”
En el
ámbito local también se ve reflejada esta incidencia, en la comunicación
que remite un empleado a un directivo de DESA, el 22 de abril de 2013,
en el cual indica: “[…] los Copines se acaban de meter al campamento…”.
“[…] Ya […] le hablo al comisionado […] y enviarán unos elementos para
sacarlos… Pero es urgente la seguridad privada efectiva”. El 15 de
julio de 2015, un directivo de DESA comunica en un chat colectivo que:
“El Mayor […] coordina con la Policía Nacional y se reforzó con un
capitán y ocho policías el campamento viejo en Barreal”. El nivel de
influencia política llevó a que en las áreas afectadas por la
construcción del proyecto Agua Zarca se instalaran unidades de la
Policía Preventiva y del Batallón No. 10 de Ingenieros de Siguatepeque
en la Aldea El Barreal y, posteriormente, en San Ramón, a expensas de la
empresa y con la aprobación del Gobierno.
En ese
marco, las fuerzas de seguridad del Estado fueron utilizadas para velar
por las instalaciones de la represa en construcción y la maquinaria,
incumpliendo el deber de protección de la población y de derechos
humanos fundamentales, como la integridad y vida de las personas. La
defensa de los intereses de la empresa por sobre los derechos de las
personas, llevó a que en el marco de una protesta del COPINH, realizada
el 15 de junio de 2013, un soldado del Batallón No. 10 de ingenieros
diera muerte al líder Tomás García y heridos a Allan García y a
Desiderio Méndez
La
defensa penal del soldado fue costeada por la empresa. Ese hecho motivó
un cambio en la dinámica de intervención de la fuerza pública, que dejó
el manejo de los asuntos del COPINH a cargo de la Policía Nacional. La
Policía, por su parte, según las denuncias del COPINH, cumplió tareas
destinadas a la práctica de allanamientos sin orden judicial, desalojos
forzados, detenciones arbitrarias y actos de intimidación como tomas
fotográficas, videos, retenciones de los vehículos de transporte de las
comunidades de Río Blanco que protestaban contra el proyecto
hidroeléctrico para favorecer los intereses de DESA.
La
importancia del relacionamiento con las máximas autoridades de seguridad
del país llevó a la contratación de un consultor local de seguridad,
como se pone de manifiesto en el mensaje dirigido por un directivo de
DESA en un chat colectivo el 8 de agosto de 2015, en el cual indica:
“[…] El próximo día lunes […] preparar estrategia con un consultor local
que será nuestro vocero con el ministro de seguridad”.
La
alianza de las fuerzas de seguridad con DESA, permitió que los
directivos y empleados de dicha empresa, tuvieran información
privilegiada sobre el asesinato de Berta Isabel Cáceres Flores y la
tentativa de asesinato de Gustavo Castro Soto sobre las diligencias de
investigación y orientaran las hipótesis que se manejaron por agentes
del Estado a menos de 24 horas de haberse consumado dichos crímenes.
Ilustra esa relación, el mensaje entre directivos y empleados de DESA,
que circula el 3 de marzo de 2016, a menos de 14 horas de haber ocurrido
el asesinato de Berta Isabel Cáceres Flores, en el cual se comunica:
“[he solicitado el apoyo al Comisionado […] y me trasmite su apoyo. El
(sic) me va informar de los detalles del asesinato, también me recomendó
pronunciar comunicado para desvincularse de este suceso”. Una hora
después a las 17:28 el 3 de marzo de 2016, un empleado de DESA envió a
Sergio Rodríguez un informe aparentemente de origen policial sobre los
hallazgos encontrados en la escena del crimen. El informe empieza “Udep
No. 10”, lo cual parece ser una referencia a la Unidad Departamental de
Policía en La Esperanza, Intibucá, y describe detalles sobre la víctima,
su cadáver, la causa de su muerte y la identidad de personas
sospechosas. El siguiente mensaje del empleado a Rodríguez explica “me
lo mandó el Subcomisionado […]”. A las 17:32:12, Sergio Rodríguez
reenvió el informe a un directivo de DESA. Según el intercambio de
mensajes entre empleados y directivos de DESA, se informó que el crimen
tenía móviles sentimentales. Así, en la comunicación del 8 de marzo de
2016, se afirmaba que el “Ministro de seguridad le dijo hoy a […] q era
‘lío de faldas’”; refiriéndose al móvil del crimen, sostienen que: “[…]
lo que informo el mallor y que es la hipótesis más fuerte. Pasional”.
Ese
patrón en las comunicaciones, muestra que además de tratar de orientar
la investigación a resultados predeterminados –es decir, demostrar que
el asesinato fue un “lío de faldas”, hipótesis que se manejó en los
primeros momentos después del asesinato de Berta Isabel Cáceres Flores–
también condicionó, que se omitiera la práctica de diligencias de
investigación oportunas que permitieran establecer la identificación y
el procesamiento de las personas determinadoras del crimen.
La estrategia de DESA para controlar, neutralizar y atacar a Berta Isabel Cáceres Flores
DESA
desarrolló en torno a Berta Isabel Cáceres Flores un sistema de
vigilancia y seguimiento sustentado, fundamentalmente, en informantes, a
quienes proveía recursos logísticos y pagaba para que les proveyera de
información sobre las actividades personales y públicas de esa lideresa y
personas integrantes de COPINH.
Ese
sistema le permitió a DESA contar con información oportuna para
desplegar acciones de control, neutralización y ataque en contra de
personas del COPINH y de Berta Isabel Cáceres Flores, las cuales fueron
articuladas con agentes del Estado, y, han continuado luego del
asesinato del 2 de marzo de 2016. Ilustra la capacidad de incidencia de
DESA la conversación de directivos y empleados de la empresa para lograr
la captura de Berta Isabel Cáceres, efectuada el 27 de julio de 2013,
en la cual, se indica: “[…] Y lo de Berta? Hoy va salir algo? Estoy
hablando con el abogado […] Ya le aviso Dice que el hoy sale para
Intibucá… Por la tarde nos informa la fecha que le den para la audiencia
de imputado y que está coordinando con el Fiscal para que no se hagan
las citaciones sino que sea una vez se libren las órdenes de captura
[…]”.
La
evidente influencia de los directivos y empleados de DESA, si bien no
concluyó en la captura de Berta Isabel Cáceres Flores, pues el caso
culminó con un sobreseimiento definitivo, pone de manifiesto la
inversión de recursos y esfuerzos desplegados para neutralizarla, lo
cual incluyó la contratación de abogados e incidencia en agentes del
sistema de justicia, para manipular el uso del sistema de justicia
penal. Igualmente, es ilustrativo el mensaje del 21 de febrero de 2016,
en el cual, directivos de la empresa manifiestan: “[…] Hagamos uso de
todas nuestras influencias fiscales y penales para enjuiciar estas
acciones delincuenciales y vandálicas (sic) de personas específicas y de
la organización”. Un mensaje de una empleada de DESA señala: “En mi
opinión habría que publicar fotos del carro que anda Berta, fotos de su
casa e información de todos los lujos que se está permitiendo, incluso
que a sus hijos los tiene estudiando en Argentina. En resumen, que se
está enriqueciendo a costa de los demás”.
Deliberadamente,
DESA magnificaba las acciones de COPINH. Al referirse, por ejemplo, a
las acciones del 20 de febrero de 2016, en San Francisco de Ojuera, un
directivo de la empresa dirigido a los empleados, indicaba que la acción
debía presentarse como nada pacífica, por parte de los indígenas, aún y
cuando, “[…] los daños [eran] insignificantes […]”. En un mensaje del
21 de febrero de 2016 entre empleados y directivos de DESA, se
manifiesta: “Tengo entendido rompieron un cerco, de eso envíennos
evidencia y si hay que hacer reparaciones que se vea más agresiva la
ruptura para poder justificarlo”. Para el desarrollo de la estrategia de
desprestigio, DESA conformó y financió un equipo de expertos y
asesores, incluido el pago a periodistas para difundir la desinformación
y ocultar los procedimientos arbitrarios en contra del COPINH y de
Berta Isabel Cáceres Flores. Desde el año 2013, el COPINH denunció
públicamente la actividad de personas de las comunidades de El Barreal,
La Unión y Valle de Ángeles al servicio de DESA, cuya principal labor
era atacar a líderes, lideresas e integrantes de las comunidades
opuestas al proyecto Agua Zarca.
Otorgamiento de beneficios ilegales e ilegítimos a DESA
El
otorgamiento de concesiones hidroeléctricas se inició formalmente con el
anuncio de licitación internacional, efectuado por la Empresa Nacional
de Energía Eléctrica (ENEE), en noviembre de 2009, para contratar 250 MW
de energía renovable. Como resultado de ese proceso, la ENEE, en 2010,
dispuso la compra de 225 MW a 47 proyectos, entre ellos, a la empresa
DESA.
El
Congreso de la República mediante Decreto Legislativo No. 68-2011,
aprobó a favor de DESA, entre otras, la concesión del río Gualcarque
para la construcción del proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca.
La compra
de energía y concesión otorgada a DESA, sobre territorio Lenca, se
efectuaron sin haber realizado la consulta previa, informada y de buena
fe que dispone el Convenio 169 de la OIT, incorporado al derecho
hondureño en 1995. Dicho instrumento establece en el artículo 6, de
manera imperativa, que: “[…] los gobiernos deberán […]: […] consultar a
los pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados y en
particular a través de sus instituciones representativas, cada vez que
se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de
afectarles directamente”.
Esa
inobservancia, es violatoria de lo previsto por el derecho internacional
y nacional. Según la información proporcionada al GAIPE, la presencia
de DESA en territorio Lenca inició en 2010, año en el cual, la ENEE
dispone la compra de energía a favor de dicha empresa, no obstante, aún
carecía del otorgamiento de los derechos concesionarios para la
explotación del río Gualcarque.
Desde ese año, según se informó al
GAIPE, la presencia de DESA desencadenó en manifestaciones de rechazo
comunitario hacia la construcción del proyecto Agua Zarca. En el año
2011, a pesar del rechazo comunitario y del COPINH, el alcalde municipal
de Intibucá manifestó su agradecimiento “[…] a las comunidades por
haber recapacitado y cambiar su postura de no oponerse al proyecto […]”;
lo cual, es contrario a las manifestaciones de oposición que se han
mantenido hasta la fecha, tornando, no solamente ilegal, sino ilegítima
la construcción del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca.
En julio
de 2011, el COPINH y el Presidente de la República de Honduras, Porfirio
Lobo Sosa, suscribieron un compromiso en el que, el Gobierno accedió a
“no autorizar la construcción de represas en las comunidades lencas sin
la realización de las consultas libres, previas e informadas”.
En 2013,
contrario al marco jurídico aplicable y lo acordado entre el gobierno y
el COPINH, se autoriza la ampliación de la capacidad de generación de la
Hidroeléctrica Agua Zarca, de 14.458 MW, que era la autorización
inicial, a 21.7 MW, y el traslado de la construcción del proyecto
hidroeléctrico, al margen del río Gualcarque, perteneciente al
departamento de Santa Bárbara.
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