Foto G. Trucchi | Rel-UITA
Tres candidatos principales, tres programas, mucha tensión y un futuro
incierto. Para los sectores tradicionalmente excluidos, el 26 de
noviembre representa la ocasión para volver a plantear su propia agenda y
la necesidad de refundar el país
Publicado en defensores -
Este 26 de noviembre, el pueblo hondureño está convocado a ejercer
nuevamente su derecho al voto para elegir al presidente, 128 diputados
al Congreso de Honduras, 20 diputados al Parlacen (Parlamento
centroamericano) y 298 alcaldes y vicealcaldes.
Por primera vez en la historia democrática del país, un presidente
buscará reelegirse por un segundo período, y esto a pesar de que la
Carta Magna de Honduras lo prohiba tajantemente.
En 2015, la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia
emitió dos fallos declarando la inaplicabilidad del artículo 239 de la
Constitución, que prohíbe la reelección presidencial.
Un año después, cumpliendo las sentencias del máximo poder judicial,
el TSE (Tribunal Supremo Electoral) aceptó la inscripción de la
candidatura del actual mandatario Juan Orlando Hernández.
Los mismos magistrados electorales rechazaron sucesivamente un
recurso presentado por la Convergencia contra el Continuismo, instancia
conformada por diferentes organizaciones y sectores sociales, populares,
sindicales y estudiantiles que considera dicha candidatura
inconstitucional e ilegal.
Es así que este domingo, mientras el ambiente se vuelve cada vez más
tenso, se multiplican los asesinatos políticos, se cercena el derecho a
informar de varios medios internacionales y el partido de gobierno lanza
una cacería de brujas contra la supuesta injerencia del gobierno de
Venezuela y de “agentes internacionales” para generar el caos en el
país, los tres principales candidatos -de un total de nueve- buscarán la
presidencia para el período 2018-2022.
Candidatos
Juan Orlando Hernández, candidato del oficialista Partido Nacional,
se presenta con una propuesta electoral muy sencilla: continuar por
cuatro años más el camino ya emprendido durante su gobierno, cosechar lo
que ha sembrado y profundizar las medidas económicas y de seguridad.
En su propuesta de gobierno, Hernández refuerza los ejes temáticos de
su primer mandato: generación de empleo (precario), estabilidad
macroeconómica, apertura al capital nacional y transnacional con la
promoción de las zonas de empleo y desarrollo económico (Zede o ciudad
modelo), concesión de bienes comunes y territorios, programas sociales
para los sectores más pobres -que en Honduras siguen representando a más
del 60% de la población-, control férreo de las instituciones públicas,
seguridad, defensa y militarización del territorio.
Sin duda alguna, el actual mandatario es el candidato que, a pesar de
roces y tensiones, más representa los intereses del gran capital
nacional e transnacionales, así como de los “grupos fácticos” que
controlan la política y la economía hondureña y de la actual
administración norteamericana.
Su principal contrincante será Salvador Nasralla, histriónico
conductor de televisión y candidato de la Alianza de Oposición contra la
Dictadura que reúne al Partido Libertad y Refundación (Libre), al
Partido Innovación y Unidad (Pinu) y a una parte de la base del Partido
Anticorrupción (Pac).
En su programa, Nasralla recoge buena parte de las propuestas
políticas y sociales que surgen desde los sectores que en su momento se
opusieron al golpe de Estado del 2009.
Salud y educación universal y gratuita, viviendas dignas, plan de
seguridad comunitaria enfocada en la prevención del delito, lucha contra
la corrupción y la impunidad, servicios básicos sometidos a control
público, acceso al credito para pequeños y medianos productores, reforma
agraria integral, derogación de las leyes que precarizan el trabajo,
cercenan derechos de la ciudadanía y ponen en venta bienes comunes y
territorios.
Además, se propone velar por el respeto a la igualdad irrestricta de
género, impulsar un nuevo pacto fiscal, reducir el costo de los
combustibles, indexar el salario mínimo al costo de la canasta básica.
El candidato del Partido Liberal es Luis Zelaya. Con muy pocas
posibilidades de ganar la contienda electoral en cuanto no controla el
aparato del partido y arrastra las consecuencias de la división interna
originada a raíz del golpe de 2009, Zelaya propone fortalecer la
institucionalidad, una lucha férrea contra la corrupción y la impunidad,
reactivación económica y generación de empleo a través de parques
agroindustriales, inversión en educación y salud, entre otros.
Mucho más que un voto
Para aquellos sectores de la sociedad hondureña que han sido
constantemente y sistemáticamente excluidos y olvidados, la del 26 de
noviembre es mucho más que un simple elección de nuevas autoridades
públicas.
“El actual gobierno ha venido violentando derechos, cercenando
territorios, empobreciendo a la población. Para la Plataforma del
Movimiento Social y Popular en Honduras este proceso electoral no
significa una votación más, sino que se está definiendo el futuro del
pueblo hondureño. De ganar el actual mandatario y candidato ilegal e
inconstitucional Juan Orlando Hernández se profundizaría la dictadura
que se ha venido instalando durante su mandato, y que ha sido apoyada
por los grupos fácticos y por los militares”, dijo Miriam Miranda,
miembro de la Plataforma.
Para la dirigente garífuna es fundamental que cualquier agenda electoral ponga como eje principal el cambio de modelo económico.
“El modelo neoliberal y extractivista que ha implementado el actual
gobierno ha venido arrebatando y saqueando bienes comunes. Ahora
quieren profundizar el mismo modelo con la implementación de las Zede,
subastando territorios donde justamente están radicados los pueblos
indígenas y las comunidades campesinas. Como Plataforma nos sumamos al
llamamiento hecho desde la Convergencia contra el Continuismo para que
la gente razone su voto y no contribuya a la continuidad de la
dictadura”, aseveró Miranda.
La también coordinadora de la Organización Fraternal Negra Hondureña
(Ofraneh) dijo que, independientemente de quien será el ganador de esta
contienda electoral, la Plataforma del Movimiento Social y Popular en
Honduras continuará impulsando una agenda que prevé cambios
estructurales a través de la instalación de una asamblea nacional
constituyente popular, democrática, incluyente e originaria.
“Vamos a seguir respaldando las luchas territoriales para generar una
sociedad diferente. Las comunidades deben seguir preparándose para
defender los territorios de este modelo destructivo y avasallante que
acaba con la vida de los bienes comunes y las personas. También vamos a
seguir exigiendo el cese de la criminalización, persecución e impunidad.
Vamos a exigir justicia para nuestra hermana Berta Cáceres y para todas
las defensoras y defensores asesinados.
Decimos NO a este proyecto de muerte. Gane quien gane esta es la
agenda que vamos a proponer desde los territorios, articulándonos con
todos los movimientos sociales que hay en Honduras como el movimiento
estudiantil, obrero, campesino, la comunidad LGTBI, las mujeres”,
concluyó Miranda.
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