Publicado en defensores / Por: Sandra Rodríguez
Tutule, La Paz.– Tiene 16 años, en su regazo carga una
niña de año y medio, su mirada se pierde en el horizonte, narrando la
dantesca escena que la dejó sin casa y sin alimentos.
Eran un montón de policías, casi no se miraba por el humo de las
bombas, a una señora le costaba respirar, hasta se desmayó, relató la
joven madre a procuradoras de derechos humanos del Comité de Familiares
de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), que visitaron la zona.
En la comunidad de Lepaguare, municipio de San Pedro de Tutule,
departamento de La Paz, está la empresa campesina “Fuerzas Unidas”, que
desde hace siete meses inició un proceso de recuperación de tierras, y
es parte de la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC).
Poco a poco fueron apareciendo más personas. Dos niños aún con la
mirada temerosa, contaron cómo una bala de arma de fuego dejó herido a
un señor, que después se lo llevaron para curar, pero no sabían su
destino.
Empezaron a llamar a los campesinos, todos de la etnia Lenca, cómo el
90 por ciento de la población en ese departamento, para que se
acercarán al predio donde sólo quedan rastros de madera carbonizada y
plantas de guineo y plátano en el suelo.
A lo lejos se avizoraba el resplandor de los machetes, la única
herramienta de trabajo de los defensores de la tierra. Todos hombres
jóvenes, que sólo desean donde cultivar el alimento diario, entre ellos
el esposo de la jovencita y padre de ma bebé.
Son trece familias las desalojadas por elementos de la policía
nacional, quienes incendiaron las pequeñas “covachas”, esto ya sucedió
en otras ocasiones, pero hoy fue peor.
A tempranas horas, Martín Gómez, sub coordinandor del Movimiento
Indígena Independiente de La Paz- Honduras (MILPAH), denunció que, en el
desalojo participaban policías preventivos, militares, cobras y el
comisario Molina, de La Paz.
No hubo oposición de parte de los campesinos, quienes fueron
acompañados por defensores y defensoras de derechos humanos, a quienes
les fue imposible negociar con las autoridades.
Es indignante como tratan al pueblo indígena, denunció Víctor
Vasquez, presidente del Consejo Indígena Lenca de Simpinula, municipio
de Santa María. En enero pasado el líder indígena fue herido de bala en
un desalojo en la empresa campesina ” 09 de Julio” en Las Huertas,
Tutule.
El compañero herido de bala, tiene el plomo en su tobillo derecho. Al
atardecer no había sido posible brindarle atención médica, ya que según
denunció Sebastián Reyes, secretario regional de la CNTC- La Paz, había
una patrulla dando vigilancia y se teme que lo capturen.
Más de 700 campesinos e indígenas en La Paz, tienen procesos penales
por estar recuperaciones de tierras, y más del 300 mil familias
campesinas hondureñas no tienen acceso a tierra.
Al filo de las seis de la tarde, la luz del día se apagó con un breve
pero fuerte lluvia. Lo único que tenían los campesinos para cubrirse
era un papel plástico, bajo ese improvisado techo ninguno se mojó.
Sin embargo, uno de los miembros de la empresa campesina susurró: que desgracia, siempre que nos llueve fuego, cae una tormenta…
http://defensoresenlinea.com/indigenas-bajo-fuego-y-agua/
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