Consuelo Soto, indígena tolupán, perteneciente a la tribu San
Francisco de Locomapa, en el departamento de Yoro, quien goza de medidas
cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH), es la ganadora del premio nacional Carlos Escaleras en su
segunda edición.
La premiación, que se desarrolló en el marco de conmemoración de los
20 años del asesinato del líder ambiental del Bajo Aguán, se llevó a
cabo en la ciudad de Tocoa, departamento de Colón.
Para esta segunda edición del premio Carlos Escaleras estaban
nominados Pedro Landa, Pedro Canales, Esly Banegas, Betty Vásquez,
Orbelina Flores, Gaspar Sánchez, Osman Orellana y Dilma Consuelo Soto,
quien fue la que recibió el galardón en reconocimiento a su labor en
defensa de los bienes naturales y los territorios del pueblo Tolupan.
El premio es impulsado por la Fundación San Alonso Rodríguez (FSAR),
el Centro de Derechos de Mujeres (CDM) y el Equipo de Reflexión,
Investigación y Comunicación (ERIC), financiando por Diakonia y la Unión
Europea, bajo el lema “Defendiendo a quienes defienden la madre tierra y
los recursos naturales en Honduras”.
El premio nacional Carlos Escaleras busca rescatar la memoria
histórica de los defensores y defensoras de los derechos humanos,
pretende denunciar las agresiones en su contra, visibilizar el trabajo
por la defensa de la vida a través de los territorios y bienes comunes, y
reconocer su labor en la defensa de los derechos humanos.
La ganadora de este año nació en la comunidad San Francisco de
Locomapa, Yoro, y se desempeña como vice coordinadora de la Coordinadora
Nacional de Mujeres Indígenas y Negras de Honduras y es miembra del
Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ).
Dilma Consuelo Soto desde hace un poco más de una década inició su
labor en defensa del bosque, ante las intenciones de deforestación y la
instalación de una mina de antimonio. Su liderazgo y capacidad de
diálogo la hicieron destacar ante las comunidades tolupanas que viven en
medio de la pobreza y exclusión.
23 comunidades indígenas tolupanas situadas en las montañas del
departamento de Yoro, son beneficiadas con su labor de manera directa.
Pero su lucha tiene un impacto directo en la situación nacional que
viven las comunidades indígenas y garífunas en Honduras que están en
lucha de los bienes naturales y territorios.
Soto junto a un grupo de habitantes de Locomapa realizaron tomas y
denuncias nacionales ante las intenciones de instalar una mina de
antimonio. Su perseverancia y compromiso comunitario hizo que la
instalación de la minera se detuviera, pero las amenazas,
criminalización y muertes no cesan.
En el 2003 sus compañeros de lucha fueron asesinados y en el 2015 su
esposo también fue asesinado con saña, un mensaje directo al trabajo que
Consuelo realiza. Al asesinar a su esposo pensaron que su lucha se
detendría, ella continúa a pesar del peligro que significa vivir en la
zona y denunciar las intenciones de despojo de los bienes y territorios.
En la actualidad Consuelo Soto goza de medidas cautelares otorgadas
por la CIDH, a raíz de amenazas de muerte y el ambiente de inseguridad y
conflictividad social que hay en la zona, ocasionados por la imposición
de proyectos extractivos que, de forma abusiva, se han apoderado de los
bienes comunes de las comunidades indígenas.
El jurado estuvo compuesto por la líder ambientalista Piedad Córdoba
de Colombia; Gloria Cano de Perú; Lottie Cunningham de Nicaragua; Waldo
Albarrancìn de Bolivia y Mery Agurcia de Honduras, quienes hicieron sus
valoraciones para la entrega del galardón.
Carlos Escaleras fue un destacado líder popular con un amplio
recorrido en la defensa de los derechos humanos. Siendo estudiante de
educación media se integró en el Frente Estudiantil Revolucionario (FER)
a mediados de los años 70, fue asesinado el 18 de octubre de 1997 en su
negocio en la ciudad de Tocoa.
Tocoa, Colón.
Su muerte se produjo por defender los recursos naturales de la tierra
que lo vio nacer, que quiso y defendió con gran amor y valentía. El 18
de octubre de 1997 el ambientalista y candidato a alcalde para ese
entonces por el partido Unificación Democrática, Carlos Escaleras, fue
asesinado por tres sicarios cuando se encontraba en su negocio en el
barrio Los Laureles, Tocoa, Colón.
Tras su muerte muchas organizaciones ambientalistas, de derechos
humanos a nivel nacional e internacional, así como partidos políticos,
se manifestaron repudiando el hecho y exigiendo el esclarecimiento de
ese crimen y la captura de los actores materiales e intelectuales.
Hoy se cumplen 20 años de su crimen y en su ciudad natal se realizan
varios actos, donde el Gobierno después de un arreglo amistoso con la
familia inauguró una Plaza que lleva el nombre del líder ambiental y
popular, y además se entregará el premio ambientalista del año, donde
participan por el galardón ocho destacados ambientalistas de todo el
país.
En los actos de conmemoración el ministro de la Secretaría de
Derechos Humanos, Justicia, Gobernación y Descentralización, Leonel
Ayala, pidió perdón en nombre del gobierno por la muerte del líder
ambiental y popular el 18 de octubre de 1997.
Luego se procedió a la develación del busto del señor Carlos
Escaleras Mejía en la remodela plaza de los “Mártires o de las
Banderas’, llamada ahora Plaza “Carlos Alfonso Escaleras”, en honor al
ambientalista. El busto es obra realizada por el pintor y escultor de
Tocoa Kensil Jared Hernández.
La Plaza tiene un área verde en forma de triángulo, se encuentra
ubicada en el barrio el Centro, al inicio de la calle del Comercio,
sobre la carretera que conduce de Tocoa a Trujillo, espacio que
comprende 228 metros cuadrados.
La remodelación fue aprobada por la Corporación Municipal de Tocoa
en el año 2011 y contempla un diseño inspirado en paisajes modernos, con
plantas, grama y piedras.
Las actividades de conmemoración de los 20 años del crimen del
ambientalista y líder popular del Bajo Aguán, continuará con la entrega
del premio ambientalista del año, donde han sido nominados ocho
ambientalistas del país.
Los nominados al reconocimiento son: Dilma Consuelo Soto, Esly
Emperatriz Banegas, Osman Omar Orellana, Gaspar Sánchez, Orbelina
Flores, Bety Vásquez, Pedro Canales y Pedro Landa.
Esta es la segunda entrega que se realiza en Honduras a fin de resaltar el trabajo de los defensores del ambiente.
El año anterior, en la primera edición, el premio fue entregado a la lideresa garífuna, Miriam Miranda.
Los Defensores ambientalistas en muchos países, son frecuentemente
objeto de actos de hostigamientos, amenazas, persecuciones e inclusive
asesinatos, por defender a las comunidades de proyectos que dañaban el
medio ambiente, como en el caso de Carlos Escaleras, de Berta Cáceres,
de Carlos Luna, de Janeth Kawas, Margarita Murillo, entre otros.
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