Por:Carlos Zelaya Herrera
La
declaración unilateral de independencia de Cataluña, este viernes 27 de
octubre es, a mi criterio, el acontecimiento político más trascendental
en Europa desde la desintegración de Yugoeslavia, la caída del Muro de
Berlín y la desaparición de la Unión de Repúblicas Soviéticas
Socialistas, con respecto a la configuración del mapa político en el
Viejo Continente.
Sus
repercusiones adquieren las dimensiones de un mapa sísmico, en el
contexto político, ya que podría reflejarse en realidades tan distantes
como disímiles pero que todas en ebullición como realidades fuera de
contexto, aunque todas en un mismo origen, la búsqueda de identidad como
patrimonio normativo de la humanidad.
Es
así como en la actualidad trascienden con mucho ruido mediático de
actualidad la lucha de movimientos de independencia en Escocia, en donde
la consulta popular secesionista tiene pasos avanzados; en Estados
Unidos, en donde con el ejemplo catalán recién florece una nueva
corriente independentista; sin embargo, esto se conoce como una
“maldición” que hoy recorre el mundo.
Una
idea meridiana es el hecho que hoy en el mundo existen más de 60
movimientos separatistas, unos por la vía pacífica y otros por la
violenta, y que se desparraman en escenarios tan disímiles como Asia,
América y África, en donde está gran parte de su origen.
Y
por qué esto debe de llamarnos la atención, pues porque precisamente
aquí en nuestro país se están sembrando las semillas de un posible
conflicto de similares y graves repercusiones a las de otros países y
regiones que en su momento dañarían la integridad territorial de
Honduras.
La
Ley y el reglamento que dan vida y ponen en marcha al proyecto de las
Zonas Especiales de Desarrollo, (ZEDE’s) o Ciudades Modelo, como
habitualmente se les conoce, forma parte de las propuestas económicas y
sociales del régimen en la actual campaña presidencial.
De
éste el cerco mediático, obedeciendo al concierto gubernamental para
controlar a la sociedad, solo destaca la generación de empleo y ocultan
las serias repercusiones jurídico, políticas y sociales que conlleva
implementar y desarrollar a escala un esquema tal y como las ZEDES’s
fueron concebidas en el Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo, estando
el actual mandatario al frente de cada uno de esos poderes del Estado.
Lea también Las ZEDES, un modelo de privatización y la construcción de una ilusión: economista del Fosdeh (Vídeo)
Las
ZEDE’s generan los ingredientes de autonomía política que eventualmente
podría fecundar en la cuarta o quinta generación de los habitantes
dentro del área geográfica de uno de los más nefastos esperpentos
experimentales del modelo neoliberal en nuestro país.
Una
proyección a varias generaciones en el futuro, en la mente de un
ciudadano de ese tipo, le permitirían cuestionar las limitaciones
originales de la ley que restringen su capacidad de decidir y disponer
sobre condiciones de libertad e independencia y, en función de esos
“derechos”, exigirle al Estado hondureño su separación política.
Nota relacionada El reglamento de las ciudades modelo y su símil en la carta Rolston
Elementos
estos que también dan elementos críticos como para no sacar
conclusiones generalizadas de hechos que como el de Cataluña despiertan
simpatías, sin pensar que fuera de ese contexto el separatismo nacido de
las entrañas de un esquema neoliberal sería un acto más de traición a
esta tierra que tanto queremos.
No
se trata de criticar lo que podría ser bueno, se trata de que la forma
en que esto se haga no signifique la venta de nuestro territorio y la
pérdida de la dignidad como divisa de un pueblo que tiene claro sus
principios y valores morales.
http://criterio.hn/2017/10/28/37929/
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