
Sin mayores cambios el anteproyecto presentado en el hemiciclo por el actual mandatario Juan Orlando Hernández, será publicado el día de hoy en la Gaceta Nacional.
El actual gobierno demuestra una vez más su tendencia a subastar el país, como ya intentaron con las fracasadas ciudades modelo, las que tratan de resucitar a través del Programa Honduras 2020.
La LFT incluye además
de los incentivos fiscales, y la subasta de los territorios indígenas,
la entrega entre otros de las áreas protegidas, parques nacionales,
refugios de vida silvestre, parques arqueológicos, en las cuales
empresarios del rubro podrán efectuar “inversiones puntuales”.
Según lo manifestado
por los diputados, las leyes nacionales contemplan la Expropiación
Forzosa, lo cual indica que las obras de “utilidad y necesidad pública”
puedan dar lugar a expropiaciones, tal como lo señala el artículo 2 de
la Ley Expropiación Forzosa (1913).
La comunidad Garífuna
de Río Negro, Trujillo, fue demolida entre el 2009 al 2010, amenazando a
la población de utilizar la vetusta ley, para que el Rey del Porno
canadiense, construyera un centro de recepción de un muelle de Cruceros,
bautizado como el Banana Coast.
Con la aprobación del
LFT pretenden solidificar la nueva estrategia de la actual
administración Honduras 2020, la que aparentemente cuenta con el apoyo
del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y promueve entre otras la
supuesta creación de más de medio millón de puestos de trabajo, en un
país con una tasa de desempleo según del FOSDEH del 49 % y una decrépita inversión extranjera directa que ha decaído estrepitosamente después del golpe de estado.
Organismo financieros y la disolución de de la propiedad comunitaria
Desde el año 2004, cuando fue emitida la Ley de propiedad auspiciada por el Banco Mundial, las lumbreras encargadas de elaborar la ley, convenientemente redactaron el artículo100 del Capitulo III, con el cual se da inicio al proceso de diluir la propiedad comunitaria, la que ha permitido resguardar los exiguos territorios de las comunidades Garífunas.
Desde el año 2004, cuando fue emitida la Ley de propiedad auspiciada por el Banco Mundial, las lumbreras encargadas de elaborar la ley, convenientemente redactaron el artículo100 del Capitulo III, con el cual se da inicio al proceso de diluir la propiedad comunitaria, la que ha permitido resguardar los exiguos territorios de las comunidades Garífunas.
El Banco Mundial (BM)
de la misma manera que el BID han promovido la disolución de la
propiedad comunitaria en todo el orbe, a través de los programas de
administración de tierras, que han tenido un severo impacto sobre todo
en Africa, situación que ha dado lugar a millones de indígenas desplazados como resultados de las políticas del BM.
Con el advenimiento de
la dictadura en el 2009, las agresiones contra los territorios de las
comunidades Garífunas se intensificaron, hasta el punto que entre el
20090 al 2010, la comunidad de Río Negro fue demolida. Los habitantes de
Río Negro -uno de los primeros asentamientos garifuna en Honduras-
fueron amenazados de expropiación forzosa, y ante el enrarecido ambiente
que prevaleció en Honduras como resultado del golpe, además de la
ausencia de un estado de ley en el país, muchos de los presionados
procedieron a vender sus casas a precio de gallo muerto. El efecto
dominó de la demolición de Río Negro, se expandió por toda la Bahía de
Trujillo, a pesar que se habían presentado las denuncias pertinentes al
Ministerio Público, los proyectos inmobiliarios propiedad de extranjeros
se apoderaron de buena parte de la bahía, hasta el punto que hoy se le
conoce como “Little Canada”.
Existen casos probados
de desmembramientos de las comunidades a través de patronatos falsos o
impuestos por las municipalidades, tal como el caso de Laguna Negra en
Triunfo de la Cruz y las usurpación es ilegales de tierras en la bahía
de Trujillo.
Estado y Crimen Organizado.
La costa norte de Honduras es parte esencial del Honduras 2020, especialmente las comunidades Garífunas, que desde hace más de dos décadas, son objetivo de especulación inmobiliaria por parte de empresarios nacionales y extranjeros, ademas del crimen organizado el que viene controlando bastos sectores del país y maneja hasta la fecha municipalidades y juzgados.
La costa norte de Honduras es parte esencial del Honduras 2020, especialmente las comunidades Garífunas, que desde hace más de dos décadas, son objetivo de especulación inmobiliaria por parte de empresarios nacionales y extranjeros, ademas del crimen organizado el que viene controlando bastos sectores del país y maneja hasta la fecha municipalidades y juzgados.
La Consultora Mckinsey
parece ser que en sus análisis ha descartado el trasfondo del fracaso
del turismo en Honduras, rubro que crece en un porcentaje mucho menor al
de los países vecinos, los que a pesar de presentar características
similares en cuanto a pobreza y violencia, han tenido un crecimiento
sostenido del rubro. La clave radica en que la putrefacción estatal no
llega al nivel de Honduras. donde parte de la élite política del país es
reclamada por la Fiscalía de Nueva York como cómplices en el
narcotráfico.
El informe de la Carnegie Endowment for International Peace intitulado “Cuando la corrupción es el sistema operativo: el caso de Honduras”,
saca a flote una de las razones primordiales del escaso crecimiento
económico del país. Las medidas recomendadas por la cuestionada
Consultora Mckiney, afectarán enormemente a los pueblos indígenas que
habitamos en Honduras, los que nos veremos expuestos a una
intensificación de lo despojos, persecución y encarcelamiento de líderes
opositores a los planes de “desarrollo”.
La bahía de Trujillo y
los despojos cometidos en contra de la población Garífuna han sido
apadrinados por un serie de personajes macabros asociados a los partidos
políticos en el país. Sí bien han sido mencionados en las audiencias
efectuadas en los juzgados de Nueva York, el Ministerio Público en
Honduras aparentemente descarta emprender acción alguna en contra de los
caciques que han dominado la bahía de Trujillo.
Areas protegidas en subasta
El artículo 3 de la LFT es muy preciso en indicar que las 91 áreas protegidas que existen en Honduras, pueden ser objeto de intervenciones promovidas por la industria turística. Por supuesto que los proyectos serán disfrazados como turismo sostenible.
El artículo 3 de la LFT es muy preciso en indicar que las 91 áreas protegidas que existen en Honduras, pueden ser objeto de intervenciones promovidas por la industria turística. Por supuesto que los proyectos serán disfrazados como turismo sostenible.
Buena parte de las
áreas protegidas existentes se encuentran dentro de los territorios de
los pueblos indígenas, a los que no se nos ha reconocido la tenencia de
dichos territorios justificándose el estado la inacción en nombre de la
conservación.
De las 47 comunidades
Garífunas que existen en honduras 28 de ellas encuentran dentro de las
zonas núcleos o de amortiguamiento de las áreas protegidas. Tenemos
presente como se han dado desplazamientos silentes de comunidades ante
la implementación de planes de manejo inconsultos. Basta recordar el
caso de las comunidades Garífunas de Cuero y Salado, expulsadas de su
hábitat a inicios de la década de los años 90. Situación que trataron de
replica en el año 1994, cuando el Instituto Smithsiniano firmó un
contrato para el manejo del Parque Nacional Cayos Cochinos, donde el
magnate de los asbestos y director de la supuesta fundación ecológica
AVINA, el Sr. Stephan Schmidheiny había adquirido una serie de islotes.
En el caso de cayos Cochinos
– el que se encuentra a punto de llegar a la Corte Interamericana de
Derechos Humanos- se puede vislumbrar lo que sucederá con las
poblaciones indígenas que se encuentran dentro de las áreas protegidas a
subastar. Desde hace más de una década se viene dando una oleada de
turismo en el archipiélago donde encuentran ubicadas tres comunidades
Garífunas, Los constantes tours, ademas de los realities shows
televisivos, poco o nada aportan económicamente a las comunidades garífunas.
El Honduras 2020 además
de no haber sido consultado con los pueblos indígenas y exponer nuestro
territorios a ser expropiados, nos están convirtiendo en mercancía bajo
el rótulo de culturas vivas. La capacidad de distorsión de la actual
administración ha llegado al extremo que el Sr Emilio Silvestri,
Director del Instituto Hondureño de Turismo aseveró en una entrevista
que “la ley no solo es de incentivos fiscales, sino que viene a
configurar varios elementos necesarios para impulsar la industria, como
la protección de los diferentes grupos étnicos del país”. Silvestri
asegura que las culturas de los pueblos indígenas, a las que denomina
cultura vivas – probablemente en contraposición con la cultura
dominante, la que se encuentra muerta- forma parte de las mercancías que
ofrecerá el país en su acelerada subasta a los empresarios el turismo.
Con la aprobación de la
LFT, el Estado violó no solamente el Convenio 169 de la OIT, en
relación a no haber efectuado consulta previa alguna; además de
transgredir el Convenio de Diversidad Biológica, al colocar las áreas
protegidas como lugares disponibles a la inversión turística.
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH.
No hay comentarios:
Publicar un comentario