Tegucigalpa- Que
si la mataron con una piedra, que si su cuerpo fue desmembrado y
esparcido por una playa, que si los celos lo llevaron a asesinar a su ex
pareja frente a sus hijos, así van los relatos sobre las muertes
violentas de mujeres en Honduras, mismos que son ya tan cotidianos que
una más parece no importar.
De
ahí que un grupo de feministas de diversas organizaciones rompieran los
esquemas en Honduras, paseándose semidesnudas por los principales
bulevares capitalinos en protesta por el repunte de los femicidios y el
silencio.
Su
acción causó extrañeza hasta en los medios de comunicación que
cubrieron el suceso, pero ellas señalaron que la intención fue demostrar
que la mujer no es un simple cuerpo desnudo, sino un ser humano
generador de vida y que las están matando en medio de una indiferencia
ciudadana preocupante.
También
para demandar el respeto a las víctimas que al ser asesinadas y
presentados sus cuerpos a la opinión pública, casi siempre las sacan
desnudas o ensangrentadas como para evidenciar la fuerza y saña con que
fueron asesinadas. Las mujeres, en especial, pero las víctimas de la
violencia en general, tienen derecho a que se respete su imagen y su
dignidad, dijeron las protestantes.
La
violencia doméstica e intrafamiliar encabezan las estadísticas. Las
organizaciones de mujeres señalan que cada 14 horas una mujer pierde la
vida violentamente en este país centroamericano.
Departamentos
como Francisco Morazán y Cortés son las zonas donde más muertes
violentas se registran, pero en los últimos tres meses zonas como
Intibucá, Choluteca y La Ceiba han sido escenarios de crímenes violentos
y con saña.
Fresco está en la memoria el asesinato de una fémina frente a sus hijos por su ex pareja,
que celoso, se saltó la cerca de sus ex suegros donde vivía la madre de
sus hijos para ingresar a su cuarto y matarla frente a ellos. Luego él
se suicidó. A esta historia le siguen el desmembramiento de otra joven
mujer en la ciudad de La Ceiba, cuyos restos fueron esparcidos en una de
las playas de la zona.
En
medio de esos crímenes cargados de odio y saña, se encuentran las
muertes de jovencitas en la capital hondureña, una de ellas jugadora de
fútbol, que se asegura, era una promesa en la rama femenina de ese
deporte.
Historias de momento
El asombro continúa con la violación y posterior asesinato de una anciana en una comunidad de Choluteca. Todos esos relatos seguidos de otros de jóvenes profesionales como la de una abogada o de una joven odontóloga.
Las
historias mediáticas se centran en el momento, en el velatorio y en el
entierro. Pocas veces aparecen buscando el por qué de tanta indiferencia
social, el por qué de tanta impunidad. Las respuestas oficiales rondan
generalmente alrededor de hipótesis pasionales, crimen organizado, en
especial narcotráfico, o ajuste de cuentas.
En
esas líneas investigativas se mueven la mayoría de las conjeturas que
en muchos casos se archivan al ser superadas por otros hechos de
violencia.
Para
el Centro de Derechos de la Mujer (CDM), en sociedades como la
hondureña, los asesinatos de mujeres son el último eslabón de una cadena
de continuas violaciones a los derechos humanos de las mujeres: son
muertes que no deberían producirse, el ser mujer no debería de ser una
razón o justificación para ser asesinada. Este tipo de violencia por
razones de género ha sido definida como femicidio.
De
esta suerte, el CDM señala en sus reportes que en Honduras las mujeres
también están inseguras en sus “propios hogares donde son víctimas de un
proceso continuado y creciente de discriminación y violencia que en
muchos casos conduce a la muerte”.
Ciudades como
Choloma, Comayagüela, El Negrito, La Ceiba, Ocotepeque, Peña Blanca,
San Pedro Sula y Tegucigalpa, han marcado en lo que va del 2017, los
femicidios en este país. Las masacres múltiples entran también en estos
hechos violentos.
Más de 200 crímenes
El
tipo de armas que más se utilizan contra las mujeres son arma blanca y
de fuego, pero también se registran crímenes por asfixia o golpes. Las
edades de las féminas asesinadas oscilan entre 1 y 34 años, con una
fuerte tendencia en los últimos meses hacia menores y jóvenes
adolescentes.
En
lo que va de este primer semestre en el país, se registra un poco más
de 200 crímenes, una cifra que tiene consternadas a las organizaciones
feministas y de derechos humanos, que amenazan con seguir desfilando
semidesnudas por las calles y ciudades del país sino obtienen
respuestas.
Según
el Observatorio de la Violencia de la estatal Universidad Nacional
Autónoma de Honduras (UNAH), en el 2016 se registraron cerca de 388
muertes violentas contra mujeres.
Las
cifras del Observatorio y la de las organizaciones de mujeres indican
que los femicidios cobran cada vez carta de ciudadanía y no importa
estrato social, profesión, raza o religión, porque igual las matan.
http://www.proceso.hn/portadas/10-portada/impunidad-e-irrespeto-mediatico-marcan-crimenes-contra-mujeres.html
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