Por: OFRANEH
Las declaraciones
vertidas por Julieta Castellanos, actual rectora de la Universidad
Nacional “Autónoma” de Honduras, a los medios de comunicación, en las
cuales señala que “algunas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs),
están detrás de los movimientos estudiantiles que se toman los edificios
de ciudad universitaria”.
A la
rectora desafortunadamente se le olvida la condición de pública que
tiene la universidad, además de ser el alma mater, de integrantes de la
sociedad civil que acompañamos al movimiento estudiantil. Nuestra
preocupación va más allá de nuestros quehaceres cotidianos, y como
ciudadanos nos encontramos preocupados por el proceso de privatización
de la educación superior disfrazada de reforma universitaria impulsada
por los organismos financieros internacionales.
Como
buena parte de la derecha del país, la Sra. Castellanos se encuentra
anclada en la guerra fría, y alude a la participación del Comité de
Solidaridad con el Movimiento Estudiantil, como si fuera una estrategia
para efectuar un asalto a las instituciones estatales, según ella
“siguiendo la gesta histórica de la Revolución Cubana”.
Las
elucubraciones “políticas” efectuadas por la rectora, no es más que una
apología al status quo, y a la dictadura civil existente en el país, la
cual defiende de forma vehemente, a pesar de las políticas de
violaciones a los derechos humanos del pueblo hondureño, que ella misma
ha sufrido en carne propia, pero lo cual olvida para perpetuarse en su
cargo como rectora.
La marcha
del estudiantado universitario efectuada el día jueves 29 de junio,
desvaneció las afirmaciones de funcionarios estatales que minimizaban
los reclamos de los estudiantes, los que han sido reprimidos y
judicializados por defender sus derechos. La multitud que marchó el día
jueves 29, exigiendo cese a la criminazalización de los estudiantes, el
respeto a la autonomía y la renuncia de la rectora, demostraron que no
eran un grupúsculo y reafirmaron el poder con que cuenta el movimiento
estudiantil universitario, motor de cambios políticos además de ser el
presente y futuro del país.
A ocho
años de haberse dado el golpe de estado, el colapso del país es
evidente. El narcoestado imperante, y la violencia imparable -a pesar
del maquillaje de las estadísticas- Honduras comienza a despertar del
letargo inducido en que vivimos.
Por eso “ Si nos organizamos, podemos todo”
http://criterio.hn/2017/07/01/julieta-castellanos-elude-responsabilidad-la-crisis-universitaria-acusa-al-movimiento-social/
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