Embajada de los Estados Unidos de América en Honduras.
Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Honduras.
Organización de los Estados Americanos (OEA).
La Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH)
Prensa Internacional y Nacional.
Relatoría Especial de la libertad de expresión de las Naciones Unidas.
Relator especial de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos
Amnistía Internacional.
Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).
Embajada de la Unión Europea en Honduras.
Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH)
Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH)
Comité por la Libertad de Expresión en Honduras (C-LIBRE).
El Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CIPRODEH)
La Asociación para una Ciudadanía Participativa (ACI PARTICIPA)
Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Víctimas de la Tortura (CPTRT).
Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Víctimas de la Tortura (CPTRT).
Comisión Interamericana de Prensa (SIP)
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras (CONADEH)
Secretaria de Derechos Humanos en Honduras.
Reciban
un fraterno saludo, deseándoles el mejor de los éxitos en tan
importantes funciones que realizan en pro del mejoramiento y respeto de
la humanidad en el mundo y Honduras.
A continuación, paso a describir lo siguiente:
Yo,
Ronnie Ezequiel Huete Salgado, licenciado en periodismo, graduado en la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), y con posgrado en
Cooperación al Desarrollo, graduado en la Universidad Politécnica de
Valencia, España y con número de colegiación periodística C-1342 emitida
por el Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), ciudadano de Honduras,
comparezco ante los organismos internacionales y nacionales, que
mantienen un fuerte vinculo diplomático y económico en Honduras, y sobre
todo porque están al tanto del respeto de los derechos humanos en este
país centroamericano, que como será de su conocimiento, hay un fuerte
debilitamiento del respeto a la vida y por ende a los derechos humanos.
He
trabajado en el ejercicio del periodismo durante los últimos 17 años, y
me he desempeñado como catedrático universitario en la Escuela de
Periodismo de la UNAH entre otras universidades privadas, así mismo he
sido testigo de violaciones a los derechos humanos en Honduras, y de las
que me he encargado de denunciar en su debido momento, en pro de la
defensa de la vida.
Este
trabajo periodístico que realizo como corresponsal internacional, me ha
costado amenazas a muerte en 2009, exilio en 2010 y ahora estuve a
punto de perder mi vida al brindar cobertura periodística en la noche
del 24 de mayo de 2017, hasta la madrugada del 25 de mayo, día del
periodista en Honduras.
Esta
cobertura periodística la realice en la Universidad Nacional Autónoma
de Honduras (UNAH), específicamente en el edificio administrativo en
donde un grupo de 19 estudiantes realizaban una toma pacifica de este
predio, utilizando el derecho universal de la protesta, tal y cual lo
establece la carta universal de los derechos humanos.
Desde
hace 7 años, brindo cobertura periodística en la UNAH, y a la vez
realizo observación en el respeto de los derechos humanos, puesto que,
en la UNAH, en los últimos meses se han violentado estos derechos.
Yo,
recibí una llamada anónima, de que se efectuaba una toma en la UNAH, y
que había peligro del irrespeto a la vida, inmediatamente como
periodista y defensor de derechos humanos, me hice presente en las
instalaciones del Alma Mater.
Al
llegar, no comprendía exactamente lo que estaba ocurriendo, y al
observar a los alrededores del edificio administrativo de la UNAH,
observe a un grupo de guardias de la seguridad privada de la UNAH, cuya
compañía privada es conocida como ESPA.
Como
periodista internacional, les pregunte a ellos que estaba ocurriendo,
sin embargo, me respondieron que no estaban autorizados a brindar
declaraciones, por lo que me desplace a los alrededores del edificio
administrativo y vi a un grupo de personas que cubrían su rostro y se
identificaron como estudiantes, quienes accedieron a dar declaraciones
en vivo para el medio al cual trabajo.
Comencé
hacer mi labor periodística, a grabar los hechos, a explicar al mundo
lo que estaba pasando, esa noche del 24 de mayo de 2017 en la UNAH.
Seguí
con mi trabajo periodístico indagando sobre lo que ocurría, me desplace
al estacionamiento de la planta baja del edificio administrativo, en
donde observe que los estudiantes y un grupo de personas, encapuchadas y
con palos en sus manos, estaban discutiendo con los estudiantes,
quienes también se cubrían el rostro; la escena me dictaba a mi persona,
que podría haber pérdidas humanas, por lo que me dispuse a seguir
grabando con mi herramienta de trabajo periodístico, un celular que me
permitía transmitir en vivo, para la página oficial para el medio de
comunicación para el cual realizo corresponsalía internacional hasta la
República Federativa de Brasil con cobertura por internet al mundo.
Al
ver que el peligro era latente hice el llamado a la prensa nacional e
internacional, así como a mi familiar más cercano, mi papá. Comenzó una
fuerte discusión entre ambas partes, por lo que intente mediar para que
primara la paz, pero ya era tarde, los sujetos encapuchados con una
camisa blanca y algunos hasta dejaron al descubierto su dorso, se
lanzaron de la planta baja del edificio hasta el estacionamiento, para
dar persecución a los estudiantes.
Estos
sujetos al bajar, comenzaron a golpear con sus palos una de las puertas
que conduce a la recepción del edificio y luego se abalanzaron hacía mi
persona, rociándome con gas pimienta directamente a mi rostro. Este
toxico que es prohibido por convenios internacionales.
Luego
de haberme rociado me identifiqué como periodista, les mostré mi
credencial como corresponsal internacional y defensor de derechos
humanos, sin embargo, ellos procedieron a quitarme mi celular y carnet
de periodista internacional, acto seguido comenzaron a golpearme con los
palos que sujetaban en sus manos, y con fuertes patadas me tiraron al
suelo.
Les
repetí constantemente que estaba trabajando en mis funciones como
periodista, sin embargo, no me escuchaban y sus respuestas solo eran
golpes contra mi persona, les implore por mi vida, pensé que moriría en
ese momento.
Uno
de esos sujetos quien portaba un pantalón negro con rayas verdes, y su
dorso desnudo, les dijo que pararan, procedieron a levantarme del suelo
de ese estacionamiento, para decirme que no me moviera, les volví a
repetir que era periodista, pero se limitaron a decirme que me callara o
procederían a golpearme nuevamente, estaba privado de mi libertad por
sujetos encapuchados, cuyo pantalón negro era delineado por una raya
verde.
En
mi vista y manos sentía fuego, como producto del gas pimienta que me
habían rociado, sentía dolor en mi mano derecha por la contusión de la
que fui víctima, y el mismo dolor se fue desplazando en varias partes de
mi cuerpo, fui víctima de tratos crueles, inhumanos o degradantes, fui
torturado en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
Nunca en la historia de la UNAH, un periodista había sido torturado por cumplir sus funciones como corresponde.
Seguido
de esto, después de un tiempo de estar tirado en el suelo suplicando
por mi vida, los sujetos torturadores me vigilaban, para que no saliera
del lugar, ocupaba asistencia médica de inmediato, pero a ellos, no les
importo.
No
recuerdo el tiempo exacto que estuve allí, pero sí del fuego en mi
rostro y manos como producto del gas lacrimógeno, me puse de pie como
pude, para pedir auxilio, ya un defensor de derechos humanos estaba
presente, escuché su vos, por lo que me dispuse a moverme con el temor
de que los sujetos torturadores me torturan nuevamente.
Logré
salir del estacionamiento, para desplazarme hacía la recepción del
edificio administrativo, en donde se encontraba mi papá y el defensor de
derechos humanos, les dije a los sujetos torturadores que me regresaran
mi celular y mi credencial como periodista internacional, pero mi
conversación fue en vano, nunca me regresaron mi herramienta de trabajo,
ni tampoco mi credencial.
Seguido
de esto, el defensor de derechos humanos, me dijo que necesitaba
urgentemente asistencia médica, por lo que me desplace con él y mi papá
hacia la planta baja del estacionamiento para poder salir.
Al
salir del edificio se encontraba un contingente de la Policía Nacional,
quienes nos preguntaron hacía donde íbamos, por lo que el defensor de
derechos humanos, le respondió que aun hospital para asistir a mí
persona, sin embargo, respondieron que tenían la orden de detener a todo
el que saliera del edificio.
Rápidamente
mostramos las credenciales, yo tenía una acreditación del Colegio de
Periodistas de Honduras (CPH), guardada en mi cartera de bolsillo, a la
que no tuvieron acceso los sujetos torturadores, se la mostré al policía
que coordinaba el operativo, sin embargo, obvio mi credencial y
procedió a detenerme.
Luego,
fui trasladado a una posta policial, en donde se me privo de mi
libertad por aproximadamente 36 horas, la tortura de la que fui víctima
en la UNAH, seguía en los centros de detención, ya que dormí en el
suelo, olores nauseabundos primaban en el lugar, y el acceso al agua y
comida se había limitado.
Esposado
de pies y manos en los juzgados de la granja, se me trato como un
delincuente común, por el hecho de estar ejerciendo mi profesión como
periodista.
Parte
de estos hechos narrados, fue la experiencia que viví como torturado,
por lo que hago de conocimiento internacional y nacional de que mi vida
corre peligro en Honduras, me siento vulnerable y aún con fuertes
traumas psicológicos, como producto de la tortura que se me propició en
el Alma Mater de Honduras.
Alzo
mi vos ante el mundo, pidiendo el auxilio internacional, ya que mi vida
está en constante peligro después de estos hechos, me avoco hacía
ustedes como instancia internacional veedora de los derechos humanos en
Honduras, para solicitar la protección correspondiente, tal y cual lo
establece la carta universal de los derechos humanos.
Pese
a ser una víctima de tortura, se me imputan cargos judiciales en mi
contra, y actualmente estoy con medidas cautelares, ya que los
denunciantes aducen que yo fui parte de esa toma, lo cual es totalmente
falso, puesto que me desempeñaba en mis funciones como corresponsal
internacional, cumpliendo con mi labor de informar al mundo como
periodista, lo que considero una acción violatoria al libre ejercicio
del periodismo en Honduras, ya que fui víctima de tortura, en el lugar
de los hechos ya descritos.
Comparezco
ante ustedes muy respetuosamente, para que tomen en consideración mi
testimonio, ya que mi vida corre peligro después de este hecho y mi
derecho a la libertad tiende hacer irrespetado por la denuncia que pesa
sobre mí. Denuncia que considero injusta, ya que como he descrito solo
estaba cumpliendo con mi labor periodística.
A los 30 días del mes de mayo de 2017.
Atentamente.
Msc. Ronnie Ezequiel Huete Salgado
Periodista y Defensor de Derechos Humanos.
A continuación comparto parte de los enlaces de lo ocurrido el día de mi detención.
[goog_864067601]
https://www.youtube.com/watch?v=6hSGqO2hg6I&feature=youtu.be
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