Hace un tiempo el ex presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica (2010-2015), envió hace unos días una carta a quien nombró como canciller de su gobierno, Luis Almagro, ahora secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) y declarado enemigo de la integración en América Latina.
Luis:
Sabes
que siempre te apoyé y promoví. Sabes, que tácitamente respaldé tu
candidatura para la OEA. Lamento que los hechos reiteradamente me
demuestren que estaba equivocado. No puedo comprender tus silencios
sobre Haití, Guatemala y Asunción, al mismo tiempo publicas carta en
respuesta a Venezuela.
Entiendo que sin decírmelo, me dijiste "adiós".
Cuando
te pedí que no concurrieras a la frontera convulsionada de Venezuela y
Colombia, no era capricho ni menos no querer ver la realidad. *La
preocupación mía no es como nos ven o entienden los medios de prensa o
los políticos. No, la línea de preocupación es cómo incidir algo a favor
de la gran mayoría de los venezolanos. Es la misma actitud asumida en
el conflicto Estados Unidos-Cuba, o con la paz de Colombia.
Lo
central no es cómo nos ven sino ser útil o no a la mayoría de la gente
corriente. Creo que en algún momento habrá que servir de puente para que
Venezuela toda pueda manejar con solvencia su autodeterminación y no
deberíamos divorciarnos de ese rumbo.
Todos
sabemos que Venezuela es reserva petrolera para los próximos 300 años.
Allí radica su riqueza y su desgracia, porque Estados Unidos es adicto
al petróleo y sus intereses presionan y cómo.*También esto hizo posible
la deformación sociológica de acostumbrarse a vivir de la renta petrolera y terminar importando hasta lo elemental, el grueso de la comida.
La
revolución bolivariana no pudo escapar con voluntarismo de esa realidad
aunque derramó recursos y reservas a favor de los eternos postergados.
En mucho fueron años a favor de la equidad social. No se logró revertir
la dependencia del petróleo y de las importaciones de alimentos, y con
la caída de precios, padece hoy un cúmulo de tensiones que hasta
enturbian la democracia.
Venezuela
necesita paz interior, es decir convivencia en primer término, y
deberíamos trabajar para ello. Necesita no reducir la idea de socialismo
a estatización y precisa coyuntura de NEP para su economía y sus
desequilibrios monetarios. Esto parece imprescindible para viabilizar
reparto, estabilidad y democracia.
Venezuela
nos necesita como albañiles y no como jueces, la presión exterior solo
crea paranoia y esto no colabora hacia condiciones internas en esa
sociedad.
Repito:
la verdadera solidaridad es contribuir a que los venezolanos se puedan
autodeterminar respetando sus diferencias pero esto implica clima que lo
posibilite.
Es muy difícil hoy, pero toda otra alternativa puede tener fines trágicos para la democracia real.
Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido.
Pepe
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/internacionales/2192-carta-de-mujica-a-luis-almagro-te-digo-adios
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