Marzo 17, 2017 / Criterio.hn
Por: Rodolfo Pastor Fasquelle
Que se aclaren las dudas, que se anulen las actas de los beneficiados con el fraude y vamos a dar el siguiente paso. Que no es una cuestión de egos solo, que también, ni de votos solo.
Hay
resistencias internas y obstáculos externos. En la política las alianzas
siempre son difíciles, porque suponen renuncias y concesiones
sustanciales entre las partes… y por eso, casi nunca se logran si no hay
una necesidad absoluta, imperativa.
También son difíciles porque los
poderosos adversarios se fijan en ellas, entienden su reto potencial
mejor que los beneficiarios y hacen lo imposible para sabotearlas.
Finalmente, son difíciles porque exigen negociaciones complicadas de
corto mediano y largo alcance y en países como el nuestro la gente no
sabe negociar, siempre sale con que es todo o nada, con que la unidad
soy yo.
En
Honduras hoy hay varias alianzas planteadas. La mentada es la que han
iniciado PAC LIBRE y PINU con el fin de detener el gobierno dictatorial
de JOH. Inicialmente, a los libres les costó apoyarla, porque pervive
cierto triunfalismo aun desmentido y se quiere insistir en las
diferencias ideológicas como si, cuando llegáramos a ganar solos, no
íbamos a tener que negociar también con las minorías poderosas. Pero la
Asamblea de Libre catalizo la voluntad del partido en ese sentido
irreversible y hace tiempo que los líderes de PAC y PINU han manifestado
su apertura ante una alianza entre ellos y con el Partido Liberal, si
quisiera, con el fin de retomar la democracia, aunque no han recibido
más que fintas de parte del ahora cabeza de ese redivivo, que es el Sr.
Luis Zelaya.
En
efecto, hemos visto como por un lado el PN subvierte al PAC para
quitarle el piso debajo de los pies a Nasrala. Y por otro lado circulan
informaciones, rumores y maledicencias para prevenir la alianza de los
liberales. Estos por supuesto son los más cotizados del momento, se
piensa que tienen en sus votos menos 10% el fiel de la balanza. Y se
percibe con claridad que hoy los apoya el gringo. Luis Zelaya tendrá sin
embargo problemas para aceptar la invitación de los aliados para
integrarse contra JOH.
La otra
alianza posible es la que han estado mencionando bajo la mesa,
y aludiendo algunos dizques analistas políticos tarifados como Edgardo
Rodríguez, la alianza que podría estar buscando el Partido Nacional.
JOH, para construir un escenario futuro en que todo cambie para que no
cambie nada. Una alianza que ya no sería con la UD y la DC, que sirven
poco si no también y fundamentalmente con ese PL resucitado, como un
retorno al secular entendimiento del bipartidismo, últimamente
lastimado, una alianza blanda, de acuerdo a la cual se resguarda
siempre una proporción de posiciones para el derrotado pero reconociendo
el control del victorioso, la que precisamente dice Luis que a él no le interesa
una alianza tan sutil y con tan pocas firmas que los mismos partidarios
ya no saben la diferencia entre el Partido Liberal y el bipartidismo.
El claro
apoyo de EUA para Luis Zelaya pareciera dar pie a ese escenario. Aunque
el candidato liberal sacó mucho menos votos que Xiomara en las
primarias y no podría ganarle a JOH por si solo. ¿Acaso esa es la meta?
Aun
conscientes de ese cálculo, los caudillos locales del PL no tienen que
creer en un triunfo de su Partido si no solo de sus candidaturas. No
tienen una visión del país. Les interesan sus territorios (Santa Bárbara
o Copan, Choluteca o Valle) cotos de caza política electoral. Y
entonces le cantan a su nuevo líder cantos de sirena. Aunque sus
posiciones quedarían resguardadas en un frente opositor en que la unidad
en una sola fórmula presidencial, son conservadores al fin y
tienen miedo de una innovación, de un terreno desconocido. Otros
prefieren restaurar.
Hay
lideres liberales nacionales Carlos Flores Facussé y el mismo
Mauricio Villeda que al menos del diente al labio adversa toda alianza,
pero Flores al menos ha estado siempre en intima comunicación con JOH y
le ha ayudado (con sus votos en el Congreso) a resistir la presión por
un cambio y a promulgar muchas ya que no todas sus barrabasadas. Ahora
sueñan -dice Jari Dixon- con el retorno del bipartidismo disfrazado de oveja morada
y podrían exigirle a JOH cuando lo tuvieran contra las sogas del
cuadrilátero, controlado por el árbitro con sombrero de copa rayado, que
les entregue el ejecutivo con la promesa de protección.
Aunque Juan los
aventaja en cálculo y astucia. ¿Eso podría ser ya lo que le conviene?
Lo imperioso para ambos es detener a la alianza opositora.
Entonces
no está claro cuáles van a ser los siguientes capítulos. Pero lo que yo
veo aquí puede parecer nebuloso a algunos de los nuevos (bienvenidos)
ciudadanos ingenuos, que nos ha traído la crisis de los últimos años,
pero lo entienden bien los capos. Con o sin la ulterior firma del Piche,
que quizás tampoco ha firmado con JOH la alianza opositora planteada
hoy no será en Noviembre la mera sumatoria de los votos de los tres
partidos hoy firmantes, mas sus simpatizantes pasivos, que no participan
en las primarias… sino además será la captadora de un enojo masivo de
la población, incluyendo ese 20% de cachurecos que dejaron de marcar o
anularon su voto con insultos y que –en el secreto de la elección
general– favorecerán los números de Xiomara o Salvador, así como de
cientos de miles de independientes, que van a dar un voto de castigo,
tan importante siempre así como otros tantos ciudadanos que no han sido
electores antes, pero se van activar contra JOH.
Pero esa
sumatoria triunfante no servirá de nada si los partidos de la oposición
aliada no tienen representación en el Registro y el Tribunal Supremo
Electoral. Peor si hay un entendimiento entre los tribunos nacionalista
y liberal que controlan los resultados. Ya paso antes. Y ahí es donde
la mula botó a Genaro. Nuestros partidos no deben ir a las urnas en
Noviembre sin una representación que garantice el resultado.
Al fin y
al cabo, aunque a veces pienso que no lo entienden los políticos
hondureños en general, no solo de elecciones está hecha la historia. Y
más allá de todos esos escenarios posibles y probables y medibles, el
futuro es realmente incognoscible. Cada nueva arbitrariedad y recurso
perverso del sistema despierta más gente y nunca antes en ningún tiempo y
lugar por más aliados que tenga, externos e internos se ha sostenido la
dictadura contra la determinación final de un pueblo despierto, Libre.
http://criterio.hn/2017/03/17/la-alianza-va-la-otra-insospechada/
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