Por: Edmundo Orellana
El
Presidente salió electo como candidato de su partido en las primarias,
con una enorme cantidad de votos. Resultado previsto por todos. Por los
recursos que disponía, por el control de las mesas en donde se practicó
el escrutinio y por la coacción que se ejerció sobre los empleados
públicos.
La
propaganda oficial sobre los logros de este gobierno se incrementó en
las semanas próximas a las elecciones. No hubo programa televisivo en
donde no comparecieran ministros, directores de instituciones autónomas o
gerentes de proyectos, hablando sobre el milagro operado desde el
gobierno.
Se atribuyeron logros que corresponden a otros o que,
simplemente, no existen. La lucha contra los capos de la droga se debe a
las exigencias del gobierno de Estados Unidos, el combate contra el
crimen organizado, en todo caso, es atribuible al MP y al Poder
Judicial, que, formalmente, no son dependencias del Presidente, y,
finalmente, no es cierto que se haya disminuido el tráfico de drogas (el
último informe gringo asegura que más del 80% de las drogas que llegan a
USA, pasan por Honduras), el lavado de activos (Honduras aparece en un
reciente informe gringo sobre países lavadores) y la inseguridad en el
país (¿Y las masacres diarias?) (¿Y la aparición diaria de encostalados
diarios?) (¿Quién se siente seguro en las calles?)
El
control de las mesas resultó en un total fraude. Abundan en la web los
videos en los que aparecen los miembros de las mesas en los centros de
votación nacionalista, a puertas cerradas, introduciendo papeletas en
las urnas. ¿Cuántos votos en total fueron introducidos fraudulentamente?
Nadie sabe. Seguro, sin embargo, se cuentan por miles (¿o cientos de
miles?) En todo caso, el hecho es real y ninguna institución de las
llamadas a reprimir estos actos ha iniciado investigación alguna para
imputar a los responsables estos delitos electorales, prueba de que la
institucionalidad está controlada por el Presidente.
Los
empleados públicos fueron en masa a los centros de votación
nacionalista. No importa que sean liberales, Libre o PAC. Estaban
amenazados. Quien no aparezca votando en una urna nacionalista sería
fulminantemente despedido. Lo hicieron para proteger a sus familias. Sin
embargo, innumerables vídeos circulan en la web en los que se aprecia
claramente que los votantes forzados anulan sus votos. Esos votos,
seguramente, se contaron como válidos.
El control de las mesas produce
milagros: votos nulos o blancos se convierten en válidos.
Otra cosa
no podía esperarse de una candidatura que surge de una violación
constitucional. Sin escrúpulo alguno se impulsa el continuismo del
Presidente, basándose, no en la voluntad popular, sino una sentencia
viciada de nulidad absoluta, por la que se pretendió vanamente mutilar
la Constitución, declarándola inconstitucional. Utilizaron esta vía
porque sabían que el pueblo rechazaría el continuismo. Sentimiento que
se mantiene intacto en el pueblo. Por eso, recurren a esas prácticas del
“caríato” (Tiburcio Carías 1933-1949 Dictadura Honduras). Lo adicional,
fue garantizarse la cantidad de votos que proyecte hacia fuera del
partido una imagen de hombre fuerte y con capacidad de vencer a toda la
oposición junta.
Y todo
esto en un ambiente de incertidumbre para muchos de los dirigentes del
partido gobernante, señalados y por señalar en los tribunales federales
de Estados Unidos, por su complicidad con el crimen organizado.
Igualmente, para aquellos que de estos casos y de otros, como el del
IHSS, resulten imputados por corrupción, por los fiscales asignados a la
MACCIH.
Tremendo
trabajo tendrá la MACCIH para asegurar que la ley impulsada por ésta, se
aplique estrictamente en las elecciones generales y mucha sabiduría
habrá de tener la oposición para vertebrar una alianza que les permita,
efectivamente, enfrentar la granítica organización, eficiente jerarquía y
efectiva unidad de mando del partido gobernante.
De la
oposición y de la MACCIH dependerá que la dictadura no logre
consolidarse en las próximas elecciones. ¡Pobre Honduras, siempre
dependiendo de extranjeros!
http://criterio.hn/2017/03/14/parto-una-dictadura/
No hay comentarios:
Publicar un comentario