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Proceso Digital / Miércoles, 25 Enero 2017-19:21
Tegucigalpa/Washington –
El presidente estadounidense Donald Trump apuntó directamente a
Centroamérica y sus inmigrantes como una de las principales zonas a
salir golpeadas por la construcción del muro en la frontera sur e indicó
que será “socio” de México para evitar corrientes migratorias de esta
faja americana.
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El muro, aumento de agentes migratorios, congelamiento de fondos a las
“ciudades santuario” y la detención y deportación son parte del paquete
de medidas ejecutivas que el nuevo mandatario de EEUU impulsa.
En su intervención ante la Secretaría de Seguridad Nacional, después de firmar las
órdenes ejecutivas que permiten la construcción del prometido muro en
la frontera con México, así como la deportación de inmigrantes
considerados criminales, así como a las oleadas de nuevos huéspedes,
Trump trató de ganarse a los mexicanos como aliados y posibles
beneficiarios de sus políticas anti inmigratorias.
En
su intervención en la secretaría que está a cargo de cuidar las
fronteras, así como perseguir a los inmigrantes irregulares en suelo
estadounidense, el nuevo titular de la Casa Blanca afirmó que las
medidas que impulsa “ayudarán a México a disuadir la migración de
centroamericanos, vamos a sacar a los malos, a los criminales. Nuestra
relación con México va a mejorar”, manifestó.
Indicó
que las nuevas directrices ponen fin a la política que permitía a los
inmigrantes tener el beneficio de un proceso legal en libertad. La nueva
determinación obliga a mantenerlos detenidos hasta que se determine su
destino final lo que, según él, “requiere que otros países vuelvan a
recibir a sus criminales”.
Trump
se lamentó que nunca se menciona a las familias estadounidenses
víctimas de los inmigrantes indocumentados. Por ello reiteró que “esto
también ayudará a México para disuadir la migración de personas de
Centroamérica”.
Reafirmó
que sacará a los “malos, los criminales, los traficantes de droga, a
los pandilleros, a los líderes de cárteles que ya no van a poder estar
en este país”.
“El
aumento de inmigrantes está perjudicando tanto a México como a Estados
Unidos. Les diremos qué haremos: Vamos a mejorar la seguridad de ambos
países”, insistió Trump, señalando que espera conversar este tema con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto en su encuentro previsto para la próxima semana.
Pero
ese encuentro podría estar en duda ya que, a lo interno de México, Peña
Nieto recibe presiones para no acudir a la cita, porque según un sector
del país, el presidente estadounidense decidió emiri una orden
ejecutiva para construir el muro y tomar determinaciones migratorias que
afectan a los aztecas, el mismo día en que el canciller Luis Videgaray y
el ministro de Economía Idelfonso Guajardo visitan Washington.
Este
miércoles, fue la primera vez que Trump se refiriera a los inmigrantes
centroamericanos y no tanto a los mexicanos, a los cuales denostó
durante su exitosa campaña electoral que lo condujo a la Casa Blanca.
Moneda de cambio
Diarios
internacionales y analistas han comenzado a señalar que, en el nuevo
tablero de la política internacional, especialmente en las relaciones
que tendrán Washington con Latinoamérica, muchas naciones defenderán sus
intereses a costa de otros.
Y en cuanto al tema migratorio, muchos señalan que México
podría utilizar a los inmigrantes indocumentados centroamericanos como
moneda de cambio ante Washington para reenfocar sus nuevas relaciones.
En
ese tablero de juegos políticos en la era Trump, se enmarca como México
conoció esta semana que Canadá está a punto de dejarlo solo en el tema
comercial, ya que el gobierno de Ottawa espera renegociar el acuerdo
comercial con Washington solo, para salvaguardar sus intereses
nacionales.
La
decisión canadiense se selló con la lapidaria frase de un portavoz del
gobierno al indicar que la amistad entre su país y México es entrañable
pero que una cosa es esa relación y otra diferente son los intereses de
su nación.
Y
las declaraciones de Trump se ajustan a esta nueva realidad, apuntando
la mira ahora hacia los indocumentados centroamericanos y no tanto a los
mexicanos. Incluso planteó el miércoles que su política será de
beneficio para los mexicanos.
De
hecho, ya había una “coordinación” de políticas migratorias entre los
dos países durante la administración del ahora expresidente Barack
Obama.
Una
de las medidas adoptadas fue hacer más difícil que los inmigrantes
centroamericanos y de otros países utilicen “La Bestia”, el tren de
carga mexicano que usan los migrantes para cruzar el territorio azteca y
acercarse a la frontera con Estados Unidos.
De hecho, México está deportando más migrantes hondureños que el propio Estados Unidos.
De acuerdo a un reporte oficial del gobierno hondureño,
el 2016 se deportaron un total de 69,370 hondureños, de los cuales
21,597 llegaron de Estados Unidos y 47,678 fueron deportados desde
territorio mexicano.
En
Estados Unidos viven más de un millón de hondureños que envían
anualmente cerca de 4,000 millones de dólares. Y cada año unos 70 mil
hondureños intentan llegar a suelo norteamericano.
Santuarios
El
paquete de medidas ejecutivas antiinmigrantes también enmarca a las
llamadas “ciudades santuarios”, áreas donde los inmigrantes sin
documentos reciben atención especial y sus derechos y libertades son
mayormente respetados.
En
ese sentido, el presidente Trump decidió eliminar los fondos federales
que se destinan a ellas, de no cortar los programas de protección a los
indocumentados.
Trump
también anunció el incremento de agentes migratorios y de la patrulla
fronteriza a fin de que los inmigrantes sean perseguidos.
http://www.proceso.hn/component/k2/10-portada/mexico-una-carta-de-trump-contra-los-centroamericanos.html
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