18 Diciembre 2016
¿Cómo
reaccionaría Francisco Morazán? La estafa cósmica es, empero, el
sustrato inferior del problema. Lo más dañino es la siembra de ideas
reaccionarias al cambio social que estas sectas indoctrinan, en cuyos
cultos se predica día y noche sobre Abraham y Lot, o sobre cananitas y
filisteos pero nunca sobre los problemas del entorno nacional y menos de
la construcción de la democracia.
EDITORIAL
El
arrebato con que Jesús de Galilea expulsa a los mercaderes del templo
fue realidad, no metáfora; no eran comerciantes extranjeros sino de la
misma iglesia hebrea, que estafaban a los fieles haciéndoles creer que a
Jehová podía comprársele o sobornar con regalos.
Desde
entonces —o antes, desde Babilonia— ocurre la gran discusión: ¿tiene
derecho un sacerdote a conceder un premio o un castigo póstumo que ni
controla y ni conoce? ¿Con qué autoridad ética puede un pastor prometer
el cielo o el averno, amenazar con un supuesto destino del reino de la
muerte y, lo que es igual grave, cobrar o recibir estipendios por tal
oferta?
Cálculos
confiables afirman que en Honduras operan 14 mil sectas, en su mayoría
neopentecostales, que es el credo más conservador. Hechos y fuentes
advierten, además, que el lavado de dinero en muchos de estos
ministerios religiosos supera por mucho el presupuesto de varias
secretarías estatales. Ante esto, no hay regulación legal alguna;
diputados y funcionarios temen analizar ese modus operandi. El panorama
es peor ya que las sectas han penetrado al Estado laico. Es común que
instituciones del Estado abran sesiones especiales con la peroración de
un pastor. ¿Cómo reaccionaría Francisco Morazán? La estafa cósmica es,
empero, el sustrato inferior del problema. Lo más dañino es la siembra
de ideas reaccionarias al cambio social que estas sectas indoctrinan, en
cuyos cultos se predica día y noche sobre Abraham y Lot, o sobre
cananitas y filisteos pero nunca sobre los problemas del entorno
nacional y menos de la construcción de la democracia.
El
adormecimiento con que sus dirigentes sumen a la población la torna
apática a su propia circunstancia y no hay iglesia alguna que eduque,
por ejemplo, la caridad concreta, protección del ambiente, lucha contra
la corrupción, protesta contra lo arbitrario e injusto, resistencia
contra la manipulación política o simple, la voluntad de la solidaridad.
Es
un proceso que aparta al hondureño de Honduras y lo hunde en fabularías
historias de épocas bíblicas que cree le enseñarán a vivir, lo que es
cruda alienación. La violencia imparable e indiscriminada, incluso la
familiar, es la mejor prueba del fracaso de estas organizaciones más
monetarias que espirituales, que llevan siglos pidiendo al Señor que
resuelva al hondureño los problemas que él debe y puede resolver.
La
función última y profunda de tales credos es disolver el poder épico de
los pueblos y sembrarle utopías de imaginados paraísos sin posibilidad
de comprobación. En vez de fortalecer las ánimas y los espíritus para
iniciar la edificación del presente y la forja del porvenir, educan para
lo insolidario. Se erosiona al potencial cívico de las comunidades
volcándolas a prédicas salientes o escandalosas, a rumiar el castigo o
el premio de dios, a creer en la oración más que en el músculo, a soñar
con edenes y calles de oro, en fin.
Y entre tanta superstición, pues no
es más que eso, extraen un cobro nada iluso, en dinero, por coacción,
por diezmo o voluntad.
Hubo
un tiempo en que los integrantes de las naciones se unían para la obra
comunal.
Se llamaban unos a otros fráteres o hermanos, como en las
primitivas feligresías griegas; ciudadanos, como en época de Valle y
Morazán, o camaradas en la Europa revolucionaria. Hoy que el mundo se
cae a pedazos, derruido por la maldición del dinero, las guerras
imperiales y el neoliberalismo, las sectas enseñan a decir para todo
“bendiciones”. Falso simbolismo: los en verdad benditos por cuentas
bancarias son los líderes, sobre quienes la historia ha de posar su ojo
cierto día en que, es inevitable, ni sus paraísos fiscales los
salvarán.
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/avance/1929-editorial-y-portada-el-libertador-impreso-dic-2016-estafa-cosmica
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