La
hondureña Dania Martínez, ha publicado este 1 de agosto en el medio de
comunicación “el Periódico” de Catalunya, un artículo de opinión crítico
acerca de la realidad de Honduras y la manera de cómo el Gobierno
afronta la crisis social. (Foto: Mariano Rajoy junto al presidente de
Honduras Juan Hernández, en la Moncloa).
Dania Martínez/ EL LIBERTADOR / 1 de Agosto 2016.
Barcelona.
Honduras se ha convertido en un monopolio en donde el único ofertante
es el Presidente Juan Orlando Hernández burlándose de la democracia y
del orden institucional al violentar las garantías individuales de los
ciudadanos.
Con su “Marca País” pretenden vender una nación que no existe para atraer la inversión extranjera.
Nos
venden fe a través de religiones, alimentadas con la necesidad de
encontrar alguien o algo en que creer. Pero lo que nos dan es una imagen
deteriorada de lo que representa la Iglesia, tergiversando la doctrina y
haciéndola útil para su propio interés mundano, sembrando discordias
creando así fanáticos serviles.
Nos
venden periodismo imparcial, plenos de sensibilidad humana. Pero lo que
nos dan son noticias carentes de neutralidad, de objetividad y
honestidad porque solo publican lo que está de “moda” o sucesos
intrascendentes de otros países, silenciando los acontecimientos que han
movilizado a los hondureños y los motivos de su indignación.
Nos
venden leyes más duras para combatir delincuencia, corrupción, etc. con
el objetivo de recuperar la paz y la tranquilidad de los hondureños.
Pero lo que nos dan son policías que obedeciendo órdenes de sus
superiores, recurren al uso excesivo de la fuerza, abusando de su poder
con los más débiles.
Nos
venden diálogos con conciencia, pero lo que nos dan son acuerdos bajo
la mesa para beneficiar a quienes decidan entrar en el juego,
perjudicando al resto de la población. Por qué dialogar con el pueblo si
pueden negociar la jubilación anticipada entre unos cuantos, sacar
provecho aunque vaya en detrimento de los trabajadores.
Nos
venden lucha contra el narcotráfico, pero lo que nos dan son
detenciones a traficantes de menudeo, mientras los carteles y bandas
organizadas actúan con el descaro propio de la impunidad.
Nos
venden avances económicos mientras un gran porcentaje de la población
sigue sin acceder a los servicios básicos, sin un salario que le
garantice poder cubrir necesidades más elementales.
Nos
venden labores de defensa, promoción y protección de derechos;
“condenando” actos de intimidación o represalias contra defensores de
Derechos Humanos, pero lo que nos dan son atropellos constantes a la
dignidad y desconocimiento a los Tratados Internacionales que
condicionan el normal desenvolvimiento de los ciudadanos acrecentando el
sentimiento de injusticia social e impunidad como es el caso del
asesinato de Berta Cáceres y Lesbia Yaneth Urquía líderes indígenas del
COPINH quienes luchaban contra los abusos de multinacionales.
Nos
venden solidaridad en alimentación, pero lo que nos dan es soborno
enmascarado a cambio de alimentos, compra de votos aprovechándose de las
carencias de los más necesitados, que agradecen la dádiva, apoyando sin
objeciones al supuesto benefactor y a su Partido Nacional.
Y
así a diario la oferta se incrementa, sin que importe lo que demanda el
pueblo. Honduras, un país rico en recursos naturales pero pobre en
dirigentes probos, que seguirán aprovechándose de su hegemonía sobre una
población desamparada por sus propias leyes, andando a la deriva,
desalojados de sus tierras no solo por la falta de recursos sino también
víctimas de las injusticias buscando refugio internacional, convertidos
en prisioneros de un régimen autoritario y casi dictatorial.
Voces
silenciadas de un pueblo, Honduras, que no permitirá que se apague la
indignación a pesar de la indiferencia del eco de su clamor tanto a
nivel nacional como internacional por los Organismos de Derechos Humanos
como la ONU.
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/internacionales/1603-honduras-opinion-alimentacion-solidaria-con-soborno
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