Criterio.hn/ 4 julio, 2016 | Filed under: A tu criterio | Posted by: Redaccion
A
cuatro meses del asesinato de la indómita compañera Berta Cáceres crece
la motivación por compartir nuestras reflexiones. La primera es que en
Honduras el deterioro institucional ha alcanzado tal sima de profundidad
que debilita también progresivamente a las fuerzas independientes
capaces de luchar, o de intentar luchar, contra la grosera prepotencia
del sistema.
La
tolerancia, considerada piedra primera de la civilización europea desde
el Siglo de las Luces, parece no alumbrar todavía al espacio físico
catracho. Toda disidencia es acá causa de riesgo, toda digresión es
sospechosa y subversiva, los antagonismos pasan a integrar el reino de
la enemistad ya que en Honduras discrepar de un concepto, una tesis o
teoría se considera ofensa personal. Y la ofensa personal es para los
“padres” de la patria y gobernantes, mandatarios y caudillos, una
agresión individualizada. Debate, argumento, crítica y polémica dejaron
de ser en la república instrumentos de participación y búsqueda de
consenso, métodos para incidir en la verdad, y se les transformó —los
transformó el bipartidismo vulgar— en vías para encono y maldad.
Tan
es así que la buena oratoria —un arte escénico y político del que no
podía eximirse ningún intelectual o aspirante a líder, pues contiene la
magia de la palabra— desapareció. Las mediocridades discursivas que el
hondureño escucha en el diario presente son tan toscas, vanas,
apabullantes y rudas que debería emitirse un edicto que dejará sin el
don del habla a los “honorables” rústicos de la política bipartidista.
Queda
pendiente a los científicos establecer la ineludible relación que
existe entre la pérdida de un principio social —el respeto por la vida— y
la creciente criminalidad local. Tras que el Estado militarista dio el
ejemplo de supresión de seres humanos opuestos antes y durante la década
de 1980, y tras que igualmente la clase política nacional demostró que
se puede saquear a la nación sin acabar en la cárcel, toda transgresión
quedó validada. Pero faltaba otro nivel delincuencial, que vivimos hoy, y
que es el del descaro y la impunidad. Ya no es suficiente robar con
alevosía sino que además se lo disfraza con el mayor e hipócrita
desplante actorial. Si hay un ejercicio histriónico que impera en la
Honduras presente es el cinismo.
De
la misma forma ha acontecido en el proceso hondureño con el magnicidio.
Si en épocas dictatoriales los mayores de plaza y cabos cantonales
procuraban ocultar, lanzando los cuerpos al Ulúa, el asesinato de
dirigentes obreros y agrarios, hoy la complicidad del Estado para matar
hace que baste la noche, ya que no existen políticas preventivas del
delito. La policía continúa viciada y nunca depurada, ultimando a sus
propios jefes, y los altos sistemas de impartición de justicia duermen
en imperdonable sueño abúlico. Basta que en el país del permanente luto
oscurezca para que broten en las ciudades cadáveres cercenados, y la
repetición de masacres y escenas criminales ha llegado a tal extremo que
en ocasiones las autoridades forenses emplean bolsas de basura para
trasladar cadáveres. La peor metáfora del abandono se cumple aquí: en
Honduras la vida humana y la dignidad de la persona, incluso ya ida,
pertenecen al basurero de la molienda social dictada por el
neoliberalismo.
El
país, por ende, se transformó de agrícola y semi-industrial en el de
los más tristes oficios luctuosos: servicios de vigilancia privada,
servicios médicos, de emergencia, de ambulancia, mortaja y de industria
de cajas fúnebres, de forenses agobiados y de sepultureros y cementerio.
En Honduras impera el Luminol, químico con que se detecta la sangre en
las escenas de crimen. '
Y
mientras que se exprime a la sociedad con tazones confiscatorios para
controlar acientíficamente la violencia, cierta entidad del Estado
militar le inyecta un promedio de tres mil pistolas y fusiles al mes a
ese mismo mercado de inequidad.
La contradicción — que es decir la
burbuja ideológica, la farsa, la mentira— nunca ha sido más obvia que en
estos dos años y medio en que “algo cambia” y cuando “vivimos mejor”,
si bien nadie sabe cómo, dónde, cuándo y con qué.
Dianas humanas
A
Berta Cáceres la asesinaron el sistema colonial político y el modelo
extractivista, vigentes desde siempre como látigo extremo de los dueños
del poder para erradicar el disenso. Cuando son insuficientes el
desprestigio y la calumnia, la acusación infundada, la amenaza, la
vigilancia y la intimidación se procede a matar a la fuente del ideal,
al cerebro de la resistencia social.
Puede
afirmarse que esta ha sido siempre la lucha de la nación
centroamericana: el inevitable enfrentamiento histórico entre quienes
aspiran al beneficio colectivo de la explotación de los bienes naturales
y quienes se los apropian para sí o para sus compañías nacionales y
transnacionales, lo que es el choque dialéctico entre quienes esperan
del Estado políticas humanistas versus políticas mercantiles maquinadas
para cosificar al individuo, que es lo que ocurre hoy.
Pero
es estrategia vana. Los magnicidios más bien alimentan la memoria
rencorosa e indómita de los pueblos y crean mártires imposibles de
olvidar. Lempira fue traicionado o muerto en combate, no importa cómo,
hace 480 años y su presencia es inconmensurable entre los pueblos
originarios, de ladinos y de la modernidad; el holocausto morazánico
invade aún la historia del istmo y clama insomne por la concreción de su
proyecto unitario; el fantasma de Cinchonero puebla los bosques de
Olancho fusil en mano; Guadalupe Carney sigue derramando amor y
exigiendo justicia desde las páginas de la conciencia colectiva y
particularmente del campesinado explotado e irredento; Jeanette Kawas,
Carlos Escalera y Carlos Luna fueron adelantados de una propuesta
ambientalista que es tan justa que jamás podrá morir.
Los
mártires retornan, vuelven inexorablemente en la semilla constructiva
de las nuevas generaciones. Berta es memoria viva para la resistencia
ancestral de las comunidades indígenas y en ella se resumen las luchas
históricas de un pueblo en tránsito hacia la libertad. Berta vive en el
espíritu de la rebelión ética, del deseo de cambio social, del reclamo
por democracia y equidad. Su memoria no es por ende dolor sino
inspiración para insubordinarse y para batallar por la solvencia de la
historia, por la articulación organizada y por la dignidad.
País de Indignados, 03 de Julio de 2016
ISMAEL MORENO, sj
DARÍO EURAQUE
RODOLFO PASTOR FASQUELLE
VÍCTOR MEZA
EDUARDO BÄHR
PATRICIA MURILLO
WILFREDO MÉNDEZ
HUGO NOÉ PINO
HELEN UMAÑA
EFRAÍN DÍAZ ARRIVILLAGA
MAURICIO TORRES MOLINERO
RAMÓN ENRIQUE BARRIOS
LETICIA SALOMÓN
MARVIN BARAHONA JULIO ESCOTO
http://criterio.hn/pais-ataud-pais-silencio-pais-eterno-velorio/
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Son cuatro meses ya

Ahora mismo los ríos de Honduras están militarizados, se les quiere arrancar la vida que tienen, las mineras están contaminando, depredando, cada pueblo que ha resguardado su espiritualidad, que ha asumido el compromiso con la vida se encuentra amenazado.
Los y las que sueñan con poder abrirse hacia otra realidad que no sea la que se impone y se naturaliza que es de asesinatos, del materialismo por sobre todas las cosas sino pensar una Honduras diferente, que piensan en poder estudiar, en llevar el pensamiento critico hacia las universidades, por defender eso, han sido sumamente reprimidos, por supuesto estamos con ellos y ellas.
Ese 28 de Junio lamentablemente no se alejó, hace 4 meses que nos quisieron apagar a Berta que para quienes la conocieron saben que definir quien es ella no es algo fácil, aún así alrededor de tantos lugares ella sigue estando presente.
No queremos está realidad, que se perpetúa con el silencio, la justicia verdadera tiene que llegar, sabemos que Berta somos todos y todas, que es grito de justicia lo tenemos que llevar adelante, este 4 de Julio seguiremos haciendo eco por las redes sociales, se realizará el tuitazo #JusticiaParaBerta #4mesesSinjusticia #comisionIndependienteYA
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Son cuatro meses ya
Por: Redacción CRITERIO
redaccion@criterio.hn
Tegucigalpa.-
El joven Salvador Zúniga Cáceres, único hijo varón de Berta Cáceres
escribió en su pagina de facebook ayer al cumplirse 4 meses del vil y
cobarde asesinato de su madre que ya han pasado cuatro meses y él y su
familia aun no ven justicia por parte del Estado hondureño.
Tuitazo Mundial
Este
lunes 4 de julio el Consejo Civico de Organizaciones Populares e
Indigenas (COPINH), ha iniciado una campaña denominado “Tuitazo mundial:
Justicia para Berta Cáceres” para seguir exigiendo justicia por el
asesinato de la lideresa indígena ambientalista.
La
campaña se desarrolla a traves de la red social Twitter en dos
momentos, a las diez de la mañana y a las de la tarde, hora de Honduras
(GMT-6) y consiste en enviarle tuits a @juanorlandoH exigiendo una
comisión independiente ya y justicia para Berta.
Desde Argentina donde está estudiando Salvador reclama y pide justicia para el asesinato de su madre.
He aquí lo que escribió
Son 4 meses ya…
Seguimos
sin Justicia, seguimos siendo dejados de lado en el proceso de
investigación y seguimos viviendo en un sistema de represión.
Aquel
28 de Junio del 2009 tendría que ser lejano, sin embargo no lo es, ese
28 de Junio tiene un significado de intolerancia, de persecución, de
criminalización contra quien sueñe con otra realidad, ese 28 de Junio
también está lleno de sangre, de impunidad…
Ahora mismo los ríos de Honduras están militarizados, se les quiere arrancar la vida que tienen, las mineras están contaminando, depredando, cada pueblo que ha resguardado su espiritualidad, que ha asumido el compromiso con la vida se encuentra amenazado.
Los y las que sueñan con poder abrirse hacia otra realidad que no sea la que se impone y se naturaliza que es de asesinatos, del materialismo por sobre todas las cosas sino pensar una Honduras diferente, que piensan en poder estudiar, en llevar el pensamiento critico hacia las universidades, por defender eso, han sido sumamente reprimidos, por supuesto estamos con ellos y ellas.
Ese 28 de Junio lamentablemente no se alejó, hace 4 meses que nos quisieron apagar a Berta que para quienes la conocieron saben que definir quien es ella no es algo fácil, aún así alrededor de tantos lugares ella sigue estando presente.
Se
hace presente cuando mantenemos la esperanza, cuando en la UNAH los y
las estudiantes resisten, cuando luchamos y nos negamos a obedecer a
este sistema, vive en la solidaridad, en las rebeldías de este mundo,
como escuché por ahí Berta se vive, se piensa, se crea, se camina, se
siembra y así Berta se nos hace infinita.
No queremos está realidad, que se perpetúa con el silencio, la justicia verdadera tiene que llegar, sabemos que Berta somos todos y todas, que es grito de justicia lo tenemos que llevar adelante, este 4 de Julio seguiremos haciendo eco por las redes sociales, se realizará el tuitazo #JusticiaParaBerta #4mesesSinjusticia #comisionIndependienteYA
http://criterio.hn/cuatro-meses-ya/
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