Ninguna
ciudad de Francia está libre de la amenaza terrorista. La noche de
jueves, poco antes de las 23 horas, un camión se ha lanzado sobre
centenares de personas que disfrutaban de los fuegos artificiales en el
Paseo de los Ingleses de Niza, el paseo marítimo y centro turístico de
la ciudad, un punto de encuentro para vecinos y visitantes que
disfrutaban de las celebraciones del 14 de julio.
Las
cifras oficiales apuntan a 77 muertos y un centenar de heridos.
El Estado Islámico no ha reivindicado el ataque pero seguidores del
grupo terrorista se felicitaban en redes sociales por el acto cometido.
Tampoco la Fiscalía de París, que llevará la investigación, ha tardado
tardó mucho en reconocer que se trataba de un nuevo atentado.
“Había
gente volando por todos lados”, ha contado un testigo del ataque en las
antenas de Europe 1. “Estábamos al borde del agua y de pronto
escuchamos gritos, no entendíamos lo que pasaba. Todo el mundo se giró y
entonces vimos un gran camión, como de 35 toneladas, que se tiraba
sobre la gente y subía por la acera aplastando a todo el mundo. El
camión siguió hasta prácticamente el final del paseo sin parar”,
continuó este mismo testimonio.
El
ataque ha creado el pánico en el paseo y las calles colindantes del
centro de la ciudad. Los usuarios de redes sociales han comenzado a
subir vídeos inmediatamente en los que se ve a enjambres de personas
corriendo y gritando.
Pierre
Henry Brandet, portavoz del Ministerio del Interior, ha tenido que
negar diversas falsas informaciones difundidas por las redes
sociales. “El individuo ha sido neutralizado por la Policía, ha muerto”,
confirmó y añadió que era el único que iba en el camión, en el que no
había bombas pero sí armamento. “Las primeras investigaciones están
intentando aclarar si el individuo actuó solo o si tuvo cómplices que se
hayan dado a la fuga, razón por la que es preferible permanecer en las
casas”, ha dicho.
Este
nuevo atentado ha tenido lugar apenas cuatro días después del fin de
laEurocopa, que también ha pasado por Niza. Hasta hoy, las autoridades
se felicitaban por una organización perfecta gracias a las altas medidas
de seguridad establecidas para plantar cara a la amenaza terrorista.
Sin embargo, lejos de París, los franceses se sentían protegidos de la
amenaza terrorista. “La prensa y los políticos nos decían que podía
pasar pero yo no creía que en Niza pudiera suceder algo así”, ha dicho
un vecino en televisión. La región de Provenza-Alpes-Costa Azul es, por
cierto, uno de los mayores contingentes de yihadistas franceses
regresados de Irak y Siria.
Tal
y como ocurrió en París, los vecinos de esta famosa ciudad de la Costa
Azul han recurrido a la solidaridad para ayudarse entre ellos en mitad
de la locura: los taxis han realizado los trayectos de forma gratuita y
los nizardos han acogido a los que viven más lejos.
Ocho
meses después de los atentados de noviembre que dejaron 131 muertos y
centenares de heridos, el Estado de Emergencia establecido por las
autoridades debe llegar a su fin el próximo 26 de julio. El propio
Hollande, entrevistado este mismo jueves en la televisión pública,
aseguraba que esta situación excepcional debía llegar a su fin pues la
democracia cuenta con las leyes suficientes para hacer frente al
terrorismo. Por el momento, es difícil saber si el ataque en Niza hará
que el Gobierno dé marcha atrás en esta decisión.
Hollande
se encontraba en Avignon y ha sido trasladado inmediatamente a París
para asistir a una célula de crisis establecida en el Ministerio del
Interior junto a Manuel Valls, mientras el ministro del Interior,
Bernard Cazeneuve, quiso acudir directamente a esta ciudad, que hasta
este 14 de julio solo bañaba el mar, la luz y la alegría.
El
ataque en Niza no ha tenido relación con un pequeño incendio que se ha
producido en la Torre Eiffel, provocado al parecer por los fuegos
artificiales de la fiesta nacional.
http://criterio.hn/20450-2/
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