Redacción Central / EL LIBERTADOR Publicado: 31 Julio 2015
egucigalpa. El 31 de julio de 2015 pasará a la historia como el día que se concretó la militarización de la justicia en Honduras.
Con
el juicio al periodista y director de Radio Tv Globo, David Romero, un
fuerte dispositivo de policías preventivos, soldados, miembros de la
Policía Militar y guardias presidenciales impidieron que el pueblo
llegara a respaldar al comunicador, acusado de presuntas calumnias e
injurias contra Sonia Gálvez, esposa del fiscal adjunto Rigoberto
Cuéllar.
El
número dos del Ministerio Público, fue señalado por Romero, por haber
recibido supuestamente sobornos por 280 mil dólares (casi seis millones
de lempiras) en el contexto del saqueo contra el Instituto Hondureño de
Seguridad Social (IHSS).
Desde
el amanecer de este viernes, un fuerte cordón amuralló la sede del
Poder Judicial, para celebrar la audiencia “a puerta cerrada” contra el
periodista.
No
se permitió el paso a los reporteros para narrar este hecho, ni se
permitía el acceso a los familiares de Romero; en cambio, la esposa del
número dos del Ministerio Público, metió a la sala de juicios orales
unas 10 personas, entre testigos y parientes.
Es
más, se le dio el privilegio de estacionar dentro del plantel un lujoso
vehículo, más conocidos como “Land Cruiser Prado”, sin placas. El
acusado tuvo que dejar su vehículo en la calle, expuesto a cualquier
atraco.-La dama entró minutos antes que el equipo que acompaña al
director de Globo.
A
los que acompañaban al comunicador, se les impidió entrar. Hubo fuertes
roces entre la seguridad del Poder Judicial y los que acudían a la
audiencia. En principio, impidieron que el expresidente de Honduras y
actual diputado, Manuel Zelaya, accediera al salón de audiencias.
El
ambiente fue tenso al inicio de la jornada: a David se le había
ordenado que ingresara con su apoderado legal. Nadie más podía entrar.
Ante la decisión tomada por el tribunal –compuesta por jueces con
fuertes vínculos con el vicepresidente del Consejo de la Judicatura,
Teodoro Bonilla, según denuncias–, los diputados Esdras Amado López y
Zelaya Rosales y el periodista Romero se plantaron en las gradas que
conduce a los tribunales de sentencia.
De
inmediato “Mel” se comunicó con el presidente de la Corte Suprema de
Justicia (CSJ), Jorge Rivera Avilés, para que exigiera a los tres jueces
que suavizaran las medidas.
–
Presidente, le pedimos respetuosamente que nos deje entrar, venimos a
acompañar al juicio al compañero David y nos están poniendo trabas,
–dijo el parlamentario.
– …, –Al otro lado de la línea, dialogaba Rivera Avilés.
–
Entendemos presidente, pero lo que venimos a hacer es a acompañar al
director de Radio Globo que va a un juicio ya que se encuentra en
indefensión, –respondió Zelaya.
– …
– Le pasaré al compañero David.
El
diálogo que sostuvo el titular de la Corte con el acusado, no tuvo
resultados. Durante una hora, David tuvo que esperar para poder
ingresar a la sala para someterse al proceso judicial.
Después
de unos sesenta minutos de negociaciones, el juez del acusado, Darwin
García, hizo que pudiera entrar un grupo de 10 personas, varios testigos
que debían declarar ante los jueces, fueron los primeros en entrar.
Por
último, entró Romero, tras varias llamadas que hizo. Su ingreso podría
ser similar al de un condenado a muerte, que está a pocas horas de
encontrarse con su verdugo: es la última vez que verán la luz.
En
el caso de David, un recurso aceptado por el Tribunal Constitucional,
logró frenar la resolución que debería proporcionar hoy el cuerpo
colegiado, apuntando a una sentencia condenatoria y cárcel.
La
semana anterior, ya estaba listo un carro blanco, acondicionado para
trasladar prisioneros, más conocido como la “perrera”; hoy hay un
helicóptero, como aguardando cualquier desenlace que haya al caer el
día.
La
norma procesal (o sea, el trámite a seguir) establece que este tipo de
resoluciones que admite el tribunal de alzada, puede demorar entre los
seis meses a dos años; en el caso del señalado, podría darse pronto.
Sólo hay dos caminos: anular el juicio o que haya sentencia.
En
las cercanías del Poder Judicial, cientos de manifestantes llegaron a
respaldar al que consideran su “héroe”. “¡Todos somos David!” “¡David
Romero, te apoya el pueblo entero!”, son las consignas que cientos de
ciudadanos gritaban para dar aliento al imputado.
Al
filo del mediodía, se dio receso. Salieron a luz las falencias que
presenta el juicio, entre ellos, el origen dudoso de vídeos con
declaraciones supuestamente ofensivas por el periodista.
Los
jueces consideraron correcta la objeción de la defensa; de inmediato,
presentaron como prueba, la comprometedora confesión del juez José
Echenique, quien reveló que fue removido del cargo porque se resistió en
condenar y mandar al presidio David Romero.
“El hombre (en mención al presidente Juan Hernández), pidió condena y cárcel para David”, confesó el togado a Esdras López.
El
expresidente Zelaya contó algunas interioridades del juicio, que el
tribunal aceptó reducir los cargos y que el juicio entrara “en los
principios de la ética y el bien común; además, por resolución se le han
dejado a 15 los cargos que se le imputaban en principio”.
“Este
día no habrá sentencia, sólo se presentarán los medios probatorios como
vídeos y audios y se está a la espera de un veredicto por parte del
tribunal”, añadió el exjefe de Estado.
Eso constituye una “grave injerencia a los poderes del Estado”, aseguró Zelaya.
En
el juicio, la defensa ha propuesto que se tome como válida la
revelación de Echenique y que se le tome en cuenta como testigo y los
señalamientos contra el vicepresidente del Consejo de la Judicatura,
Teodoro Bonilla, de ser el operador de la trama para encarcelar a
Romero.
Aunque
hay una orden directa del Tribunal Constitucional, la última palabra la
tienen los jueces Geraldina Mejía Rivera, Edgar Crosby Lanza e Indiana
Beatriz Castellanos, señalados por el director de Globo de estar
influenciados por Bonilla para que lo encarcelen.
Ese
extremo coincide con las declaraciones de Echenique, quien aseguró que
el funcionario dijo –en tono sarcástico– que “ellos sí hacen caso”.
Este desenlace definirá el futuro de la malherida libertad de expresión en Honduras…
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/354-honduras-cronica-de-un-juicio-politico-contra-la-libertad-de-expresion
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