Tegucigalpa.
Un comunicado emitido por el gobierno de Honduras, donde “condena” la
forma cómo la población rescató al periodista y director de Radio Tv
Globo, David Romero de una inminente sentencia, demuestra la clara
injerencia del Ejecutivo en los otros poderes del Estado.
De
hecho, en la carta, sostiene que contribuirá a reforzar la seguridad de
las instalaciones de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), para evitar
otro “incidente” donde la ciudadanía vuelva a meterse para “no
entorpecer” procesos judiciales.
A 19 meses de gestión, Hernández ha gobernado con puño de hierro, en abierta confrontación contra partidos de oposición, movimientos sociales, poderes constituidos y todo aquel que señale sus yerros o, en el peor de los casos, quien le acuse de haber ganado las elecciones con fraude, algo que nunca ha querido reconocer o descartar. Y no lo hará.
NEUTRALIZAR PRENSA
Ha
sabido cooptar a la prensa, ya sea por propaganda o cuantiosos
contratos de publicidad; quien ha resistido, ha pagado las consecuencias
con el ahogamiento económico, según denuncias hechas por directores de
medios. Canal 36 y el consorcio mediático Globo son ejemplos de la
intolerancia a la crítica ejercida desde el gobierno.
En
el tercer punto, ha neutralizado a periodistas críticos. Basta ver las
redes sociales las publicaciones que hacen sobre las actividades que
realiza el mandatario, consideradas al trasluz de las ciencias de la
comunicación como relaciones públicas o mera propaganda.
Desde
el inicio de la segunda administración nacionalista –y mucho antes–, el
mandatario emprendió severas campañas de descrédito contra el
expresidente Manuel Zelaya, la excandidata presidencial Xiomara Castro y
los principales actores sociales, aglutinados en Libertad y Refundación
(Libre), Partido Anticorrupción (Pac) y Liberal.
ANTICOMUNISMO ENFERMIZO
A
Libre, la tildó de “izquierda radical”, similar a posturas tomadas por
gobernantes de extrema derecha, como Álvaro Uribe en Colombia, Allan
García en Perú o el prófugo Ricardo Martinelli en Panamá, que usaron
retórica anticomunista para desacreditar a los opositores.
Los
cuatro aplicaron el macartismo (acusar a alguien obcecadamente de
simpatizar con el comunismo) a gran escala con altas dosis de
chauvinsimo o falso nacionalismo, buscando congraciarse con Washington
para obtener privilegios o impunidad en el caso de cometer actos de
corrupción; Uribe, Martinelli y García han usado todos los recursos para
no enfrentar la justicia.
Uribe
es señalado por vínculos con el paramilitarismo, narcotráfico, espiar y
perseguir a periodistas, defensores de DDHH y sindicalistas; García
Pérez por varios actos de corrupción y Martinelli comparte el no
envidiado sitial.
¿UN NUEVO FUJIMORISMO?
Algunos
analistas aproximan la gestión de Hernández al “fujimorismo” que vivió
Perú entre 1990 y 2000, cuando Alberto Fujimori decidió exiliarse en
Japón…impuso el autoritarismo al régimen; aprovechó la crisis de los
rehenes en la residencia del embajador nipón de 1996-1997 –matando a los
activistas del desaparecido Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
(MRTA) que se acreditó el hecho– para quitar del pensamiento el
autogolpe de 1992 y creó un remedo de “gobierno de emergencia” para
sostenerse.
Bajo
su égida, se mató a sindicalistas, se cometieron masacres por comandos
paramilitares, hubo “shock” económico y su figura se llevó hasta el
culto a la personalidad, preferido por viejos dictadores o modernos
caudillos del siglo XXI.
Pagó
las consecuencias de sus actos. Hoy, enfermo y senil, Fujimori enfrenta
penas de hasta cárcel de por vida por violar sistemáticamente derechos
humanos.
EL “CLICHÉ”
Hernández,
aprovechando la bendición de la prensa corporativa, ha sabido exaltar
su imagen, mediante sendos espacios en canales, radios y periódicos,
usando los recursos estatales orientados a programas sociales; el caso
de “vida mejor”, ha sido un “cliché” para vender a un presidente
populacho, bonachón, dispuesto a resolver los problemas de la gente, en
un país calificado por la ONU, a través del Índice de Desarrollo Humano
(IDH), como bajo, donde los gobiernos nacionalistas han permanecido por
varias en la conducción del Estado, con el pretexto de la “alternancia
en el poder”.
Aparecer
en el lugar 120 de 180 países adscritos al organismo global, es
considerado por científicos sociales como “paupérrimo”, donde el costo
de la vida ha aumentado de manera alarmante desde 2014 con la reforma
fiscal regresiva, que eleva impuestos al consumo y no quita las
exoneraciones fiscales de las comidas rápidas e industria maquiladora,
que a 2007 (último dato disponible) superaban los 45 mil millones de
lempiras (un 25 por ciento del presupuesto general de Honduras que para
este 2015 es de 185 mil millones de lempiras).
FORTALEZA DE SECRETOS
Desde
la perspectiva de la seguridad, Juan Hernández ha apostado por la
remilitarización de la sociedad. Basta ver la creación de unas 25
fuerzas de seguridad (Fuerza Maya Chortí; Fuerza de Seguridad
Interinstitucional Nacional, Fusina; Fuerza Interinstitucional de
Seguridad Aeroporturaria, FISA; la Policía Militar del Orden Público,
PMOP; la Tropa de Inteligencia y Grupos de Respuesta Especial en
Seguridad, TIGRES, entre otras), o qué decir de las reuniones semanales
del todopoderoso Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, máxima cúpula
que controla las operaciones de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional.
Es
más, se ha convertido en una “guardiana” de la Ley de Secretos
Oficiales, aprobada a matacaballos al cierre del Congreso anterior, que
oculta los estados financieros de los organismos de seguridad o calla
“información clave”, que la exangüe Ley de Transparencia y Acceso a la
Información Pública de 2006 permitía que la sociedad conociera.
Un
ejemplo de la militarización: el 28 de junio de 2015, se ordenó que los
militares inventariaran el ingreso de fármacos a los hospitales del
Estado. Sobre el tema, analistas citados por CRITERIO en
publicaciones anteriores, han insistido en que la carrera militarista
del mandatario es “peligrosa para la seguridad del Estado”. En una
conversación sostenida en privado, el exjefe de las FFAA, Romeo Vásquez,
dijo que Hernández “está gobernando sobre las bayonetas”.
MATAR AL MENSAJERO
Una
compra irregular de ambulancias, tabletas, equipos médicos, estados
financieros descuadrados del Instituto Hondureño de Seguridad Social
(IHSS), dio muchas lecturas, muchas especulaciones hasta que fueron
confirmadas por David Romero: un comprobado megadesfalco a la
institución que, en teoría, debería proteger la salud de los
trabajadores. En cifras preliminares, es de siete mil millones de
lempiras o unos 350 millones de dólares, al cambio actual.
Asimismo,
el impúdico saqueo habría mandado a la tumba a 2,888 personas, según el
último reporte revelado por el coordinador del Movimiento Amplio por la
Dignidad y la Justicia (MADJ), Víctor Fernández.
Si
la no incorporación en la Carta Magna de la Policía Militar, fue un
golpe bajo para los planes reeleccionistas del Presidente, la denuncia
del complejo entramado de sustracción de dinero del IHSS, mató cualquier
posibilidad de seguir en el cargo. No obstante, Hernández –aprovechando
la resolución del Tribunal Constitucional que avaló quitar trabas para
repetir– seguirá maniobrando para llegar a postularse a un segundo
mandato.
Un
juicio de carácter privado, como es la querella de una ciudadana, que
es la esposa del número dos del Ministerio Público, contra el director
de Globo, por presuntas calumnias e injurias, no debería ser relevante,
salvo porque es la compañera sentimental del hombre que habría recibido
sobornos, según denuncias de Ellner Romero, y por el complot orquestado
desde el Ejecutivo y operado por el vicepresidente del Consejo de la
Judicatura, Teodoro Bonilla, ha revelado el comunicador.
El
juicio ha sido acelerado en un país donde existe mora judicial arriba
del 80 por ciento y se suspenden las audiencias para evacuar a como dé
lugar el caso por el que se señala al periodista y éste advierte que
será enviado a la peligrosa cárcel de Támara y será liquidado por un
reo, da luces que se quiere callar el hombre que enterró la codicia
orlandista de aspirar a la relección y eleva la conciencia cívica y
enardece una población que ha despertado del letargo histórico, que se
ha venido disolviendo con el golpe de Estado del 28 de junio de 2009. De
hecho, fue el propio David que anunció el secuestro y expatriación de
Zelaya.
Conocedores
de este extremo, que pidieron el anonimato por temor a represalias,
aseguran que el titular del Ejecutivo “no perdona que David le haya
quitado de las manos la reelección y está dispuesto a hundirlo y
silenciarlo”.-Desde que se publicó el nefasto acto de corrupción,
desapareció del vocabulario de Juan Hernández la máxima “algo bueno está
pasando, Honduras está cambiando”. En las comparecencias de los últimos
60 días, no se ha escuchado en el lenguaje del Presidente tal
expresión, pero al parecer no la ha sepultado porque cada domingo la
estará reproduciendo en su programa de TV, recién inaugurado en el canal
que el expresidente Zelaya le regaló al periodista y empresario de
medios, Rodrigo Wong Arévalo.
Cuentan
los asistentes al juicio que está a punto de mandar a la cárcel al
querellado, que la demandante se ha mostrado nerviosa, con el semblante
desencajado, sin ganas de proseguir con la acusación, que “lo hace como
forzada para no verse malparada”. El marido –Rigoberto Cuéllar–, es
señalado de percibir unos 280 mil dólares (casi seis millones de
lempiras), según denunció en su momento el periodista Romero, e incluso,
la denominada comisión interpartidaria confirmó que, en efecto, un alto
funcionario del organismo acusador sí recibió tales fondos.
Las
fuentes lo analizan de esta manera: “Lo que creemos que la señora
Gálvez no quiere seguir con esto, pero está obligada porque sabe que si
da pie atrás, quien pagará las consecuencias es su marido y hemos de
pensar que el requerimiento está parado, como manera de favor”.
¿Y EL NARCOTRÁFICO?
El
Presidente se ha congratulado porque en su mandato, se han extraditado a
EEUU a capos del narcotráfico, entre ellos, Arnoldo “Negro” Lobo y su
lugarteniente Juving Suazo Peralta Chancleta, los hermanos Valle Valle y Héctor Emilio Fernández Rosa don H. Los “Cachiros” se entregaron por cuenta propia.
El
jefe de Estado dijo tiempo atrás que fue “amenazado” por esta
agrupación. Lo mismo dijeron los cuerpos de seguridad e inteligencia.
Javier
Rivera Maradiaga se entregó a la DEA a principios de año; decidió
negociar la rendición en un lujoso hotel de las Bahamas, ya que temía
regresar a Honduras o que fuera ultimado para silenciarlo.
Leonel Rivera prefirió entregarse en suelo norteamericano. Ambos no tenían salida: o se entregaban o eran hombres muertos.
Una
publicación hecha por el corresponsal de la influyente revista Envío,
de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, Ismael Moreno,
relata el “encuentro” sostenido entre Rivera y el Presidente y su mano
derecha, Ricardo Álvarez:
Algunos
rumores con fuerte fundamento indican que la relación de Javier Rivera
con las personalidades de la política se estrechó al afiliarse al
Partido Nacional. Sin embargo, el apoyo que daba a alcaldes y diputados
de las zonas que controlaba trascendía su afiliación.
Aunque
su principal compromiso político estuvo con el Partido Nacional, se
cuenta que alcaldes de Tocoa, Trujillo, Sonaguera, Iriona, Sabá, Bonito
Oriental, entre otros municipios, le debían, unos más otros menos, algún
favor por el respaldo que les daba el Cachiro mayor para financiar sus
campañas proselitistas.
Su
gran compromiso fue con el Partido Nacional. Se rumora que tras las
elecciones primarias de ese partido, celebradas en noviembre de 2012, la
pugna entre el ganador, Juan Orlando Hernández, y el perdedor, Ricardo
Álvarez, se profundizó a extremos de que Álvarez acusaba de fraude a
Hernández, impugnaba los resultados y exigía un recuento voto por voto.
Los
diversos liderazgos del partido propiciaron diálogos y negociaciones
entre ambos, hasta que decidieron un pacto: Juan Orlando Hernández
prometía llevar a Álvarez en su fórmula presidencial como primer
Vicepresidente. Ese pacto, celebrado el 7 de abril de 2013, se habría
llevado a cabo, según diversas fuentes, en una de las haciendas de los
Cachiros, siendo Javier Rivera el anfitrión y principal financiador del
encuentro, en el que abundaron la carne asada y las cervezas. A la
sombra de Rivera fumaron la pipa de la paz los dos principales líderes
del nacionalismo, quienes desde enero de 2014 son Presidente de la
República y Designado presidencial. (Sic).
O
de la confesión de uno de los hermanos Valle, capturado a pocos
kilómetros de la frontera con Guatemala, incautadas sus propiedades y
millones de dólares metidos en sacos.
Moreno plasma en una parte del extenso reportaje lo que ocurrió la mañana del 18 de diciembre de 2014:
La
quinta captura fue sin duda la más sonada y la de mayores
repercusiones. Los poderosos hermanos Valle Valle (Miguel Arnulfo, Luis
Alonso, José Inocente y su esposa Marlen Amaya Argueta) tenían su base
en el departamento de Copán. Primero capturaron a una hermana, Digna
Valle Valle, el 20 de julio de 2014, en territorio estadounidense y de
inmediato la enjuiciaron y condenaron a prisión en una cárcel de ese
país. Después, el 5 de octubre de 2014 capturaron a los tres hermanos y a
la esposa de José Inocente. Todos fueron extraditados. Miguel Arnulfo y
Luis Alonso el 18 de diciembre de 2014. José Inocente y su esposa el 23
de enero de 2015. Serán enjuiciados y encarcelados en Estados Unidos.
La
captura de esta poderosa banda familiar estuvo acompañada de la
expropiación de decenas de propiedades y de varios millones de dólares
encontrados en sacos enterrados en varias de sus propiedades. Los
hermanos Valle Valle, dueños y señores de todos los movimientos narco
que se hacían en la frontera entre Honduras y Guatemala, en los
departamentos de Copán y Santa Bárbara, ponían y quitaban autoridades y,
por sus vínculos con empresarios y banqueros, eran el enlace con los
corredores de la droga controlados por los Cachiros. En el proceso que
culminó con su captura fueron siendo abandonados por todo mundo. Antes
de subirse en el avión que los trasladaría a Estados Unidos, Miguel
Arnulfo, el jefe de la banda, amenazó: “¡Me voy con el archivo y con los
nombres de los que nos traicionaron!”. (Sic).
JOH Y LA CICIH
El presidente se ha resistido a que se instale la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH) o comisión antimafias
como la conocen en Guatemala. Ha optado por crear una suerte de
adefesio, llamado Sistema Integral Hondureño Contra la Impunidad y
Corrupción (SIHCIC), que no es compartido por los hondureños indignados.
Hernández
creyó que dar esa alternativa apaciguaría la ira popular. Mensajes,
propaganda, comunicados emitidos desde el Poder Ejecutivo no lograron
silenciar a la muchedumbre. El mandatario es tildado de mentiroso por la
colectividad.
No
ha querido dialogar con los Indignados, ha ninguneado las marchas de
las antorchas que exigen el cese de la impunidad, que se mande a la
cárcel a los corruptos y se desarticule poderosas mafias enquistadas en
el Estado o en lo poco que hay de institucionalidad.
Ha
optado por irse al exterior cada viernes, como queriendo minimizar el
poderoso movimiento que cada semana atrae a más personas, ya sea porque
son víctimas del megafraude al IHSS, porque tienen un pariente muerto y
el caso está escondido en los vetustos estantes de los operadores de
justicia o porque ha recobrado la conciencia cívica.
A
la escena viene un actor, que ha dominado la vida de Honduras: la
poderosa embajada de EEUU. El ex subsecretario de Estado para América
Latina y consejero de John Kerry, jefe de la diplomacia norteamericana,
Thomas Shannon, habló a inicios de este mes con inusual autoridad cuando
se disponía a partir de San Salvador: “El Salvador y Honduras tienen
que aplicar comisiones que prevengan la impunidad”.
La
presión para que la CICIH sea instalada es cada vez más fuerte; es la
nueva apuesta de la administración Obama, que quiere reconfigurar las
relaciones de dominio en el aún patio trasero. Cambiar para que nada cambie. Simplemente renovar sus cuadros.
La
experiencia de la CICIG, patrocinada por la ONU –del que EEUU es el
mayor aportante–, le ha dado nuevas lecturas al llamado por los
politólogos Smart power, es decir, se puede quitar las manzanas
podridas sin cortar la raíz del árbol. Otras esferas, en Honduras,
quieren ir más allá de la comisión antimafias; ven necesario una nueva
Constitución. Una nueva ley fundamental que defina las relaciones
Estado-pueblo, democracia-imperio de la ley, pero, sobre todo, que dé
herramientas para una profunda autodeterminación, controles más rígidos
para la administración pública entre otras.
EL FUTURO DE JUAN
Más
que una lista de relación de hechos, son los factores a los que teme el
presidente, es decir, “una sumatoria de todos los miedos”.
Queda una: ¿Cuál será el destino de Juan Hernández?
Hay muchas preguntas; sobran las hipótesis. ¿Se irán a cumplir?
Primer
escenario: que termine el mandato y haya negociado inmunidad e
impunidad (en caso que tenga potenciales cuentas con la justicia) con
Washington, a cambio de ceder soberanía y dar perpetuidad a las bases
militares para que el Departamento de Defensa pretenda atacar otras
naciones, bajo el pretexto de “combatir el narcotráfico”.
Segundo
escenario: que dé reelección a la actual Corte Suprema y le permitan
acudir a elecciones, basándose en la sentencia del Tribunal
Constitucional que el 239 ya no se puede aplicar y sea el expresidente
Rafael Callejas la punta de lanza para obtener respaldo y competir con
candidatos novatos o expresidentes, como Flores Facussé, Maduro Joest,
Lobo Sosa y Zelaya Rosales, quien declinó de ir a medirse en las
urnas.
Tercer escenario: finaliza su gobierno y se va a casa a descansar o hacer cualquier actividad. Nada pasará.
Cuarto
escenario: provocar una profunda crisis económica, política y social,
generar convulsión en la sociedad, mandar a reprimir sin contemplación y
justificar la “violencia de la oposición y la izquierda radical” para
convocar una constituyente hecha a su medida, para garantizar el
continuismo y blindarse en impunidad para no ser sujeto de juicios en el
mediano y largo plazo.
Quinto escenario: ¿Una eventual venganza de aquellos a quienes traicionó apenas tomó el gobierno?
Un
reconocido personaje hondureño, influyente en la política da una
respuesta a esta hipótesis: “Creo que quiere seguir gobernando, porque
sabe que será perseguido, no por la justicia, sino por aquellos que le
financiaron la campaña y fueron extraditados”.
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