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jueves, 11 de junio de 2015

Honduras: La contraofensiva cachureca


Samuel  Móntes
Por las piezas que ha movido el gobierno, parece que esta semana quiere herir de muerte al movimiento creado por la población indignada y que asiste a las marchas de las antorchas para exigir la renuncia del gobernante, quizá el más impopular de la historia de Honduras.

Veamos, primero un senil Bueso Arias asiste a una marcha para luego descalificar a Manuel Zelaya, esto es acompañado por una ofensiva mediática de los diarios de uno de los estafadores del IHSS cuya matriz informativa se basa en que la gente de las marchas no quiere políticos en ellas. Al final el anciano banquero nunca contó que tenía en firme un fideicomiso de 2,300 millones que manejará su banco.
Más tardecito, el gabinete económico organizó una conferencia circense donde manifiesta su preocupación por el “impacto económico de las protestas” y adoptando una falsa posición de neutralidad (como si los cheques que cobran no salieran de casa presidencial) llama a parar las manifestaciones y al diálogo. El mismo día un vehículo con hombres armados le da seguimiento al periodista David Romero Elner, quien ha difundido la información sobre la corrupción que compromete a la cúpula del partido nacional.

Ayer miércoles, se conoció de la renuncia del periodista Renato Álvarez del programa Frente a Frente quien tímida y cuidadosamente ha realizado entrevistas que han extendido la cobertura del caso de corrupción IHSS; también comenzaron ataques en las redes contra el líder del PAC con tintes homofóbicos y durante toda ésta semana los miembros de los grupos convocantes a las manifestaciones antorcheras (Ya no más, Oposición Indignada HN, Indignados de Honduras) fueron objeto de ataques cibernéticos.

Es de esperarse que para las manifestaciones más concurridas que se realizan los viernes y los sábados en Tegucigalpa y SPS respectivamente, tengan preparados ataques, ahora físicos y desde el interior de las mismas marchas. Por lo agresivo de la jauría mediática contra Manuel Zelaya, éste puede ser el objeto de ataques de infiltrados militares o activistas cachurecos que sería manejado luego como un repudio de los indignados contra los políticos en las actividades. Así que ha mejorar la seguridad! 

                                                         

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