Tegucigalpa -
Los hondureños desplazados por la violencia se refugian en países
vecinos como Nicaragua donde buscan iniciar una nueva vida lejos de las
amenazas y extorsiones a las que son sometidos por los grupos delictivos
del país.
- Desde el 2010 la violencia ha obligado a unos ocho mil hondureños a refugiarse en otros países.
Pese
a que no se manejan cifras oficiales sobre el fenómeno, Nicaragua,
Costa Rica y Panamá son las naciones centroamericanas a las que migran
los hondureños que huyen de la inseguridad en su país, según ha
manifestado en varias ocasiones Roberto Herrera Cáceres, comisionado
nacional de los Derechos Humanos de Honduras.
Este
domingo la prensa nicaragüense recoge varios testimonios de
connacionales que han sido desplazados por la violencia y que han
elegido ese país centroamericano para refugiarse.
Para
Edwin Rivera Troches, una de las cosas más valiosas de su vida es que
sus hijos de 4 y 6 años jueguen libremente en la calle, como todos los
niños a esas edades. En vista de eso, cuando vio que la imperante
inseguridad en su natal Honduras les estaba robando esa oportunidad,
decidió emigrar con toda su familia hacia Nicaragua, donde viven desde
hace dos años.
“Hablé
con mi esposa, le dije que los niños iban a poder andar corriendo
porque eso no se da en Honduras: a las siete u ocho de la noche ya está
todo mundo encerrado. Ver a mis hijos alegres, disfrutando las calles,
no tiene precio, por eso tomé la decisión de venirme para acá”, relató
el hondureño a periodistas de ese país.
Por
su parte, Emma Pelegrín, encargada del área de investigación del
Servicio Jesuita para Migrantes, aseguró que efectivamente Nicaragua
está siendo escogida por los hondureños que dejan su país a causa de la
inseguridad, aunque reconoció que Estados Unidos se mantiene como el
primer destino.
De
acuerdo al estudio "Caracterización de la Población Hondureña Retornada
con necesidad de protección", elaborado por la Pastoral de Movilidad
Humana, una organización de la Iglesia Católica de Honduras, con apoyo
de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR) y presentado hace algunos día en Tegucigalpa la
violencia causada por el crimen y las pandillas y el desempleo han
obligado a unos 8 mil hondureños a refugiarse en otro país desde 2010.
A
causa de la violencia, más de 317 mil hondureños han huido de sus
hogares desde 2010 a la fecha, de los cuales unos 8 mil son refugiados
en Canadá, Costa Rica, Estados Unidos, México, Nicaragua y Panamá,
subraya dicho informe.
En
el caso de Rivera Troches, pese a que ya había valorado la idea de
salir del país, su primera alternativa fue mudarse de San Pedro Sula a
Choloma, pues las extorsiones a pequeños negocios y el enfrentamiento
entre pandillas que se registraban cada dos días cerca de su casa ya
eran insoportables.
La
decisión de migrar a Nicaragua se dio luego de estar en Managua por dos
semanas para brindar una capacitación de serigrafía en una empresa
textilera. “Miré que es un país tranquilo, que la gente no camina tan
preocupada por la inseguridad”, declaró.
De
acuerdo a InSight Crime, sitio web especializado en seguridad en
Centroamérica, en el 2014 El Salvador registró una tasa de homicidios de
68.6 por cada 100,000 habitantes, Guatemala 31 y Honduras 68. Mientras
en Panamá, Costa Rica y Nicaragua la tasa de homicidios fue de 15, 9.5 y
8.7 por cada 100 mil habitantes, respectivamente.
Ante
lo anterior, Juan José Soza, hondureño radicado en Nicaragua desde hace
25 años y coordinador de la carrera de sociología en la Universidad
Centroamericana, se mostró más escéptico, pues aseguró que el flujo de
hondureños a suelo nicaragüense siempre ha sido “muy raquítico” y que
Estados Unidos es el destino predilecto.
Se
estima que anualmente unos 100 mil hondureños emprenden la ruta
migratoria con el objetivo de llegar a EEUU, pero sólo el 30 por ciento
logra tocar suelo estadounidense el resto es deportados antes de
siquiera acercarse a la frontera que separa a ese país de territorio
mexicano.
A
juicio de Emma Pelegrín, encargada del área de investigación del
Servicio Jesuita para Migrantes, el hecho de recibir a personas que
huyen de la inseguridad en sus países, supone un nuevo reto para
Nicaragua, ya que como Estado tiene la obligación de garantizar el
bienestar de quienes están dentro de su territorio. http://www.proceso.hn/component/k2/item/101747-hondure%C3%B1os-desplazados-por-la-violencia-se-refugian-nicaragua.html
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