Alvarado y Sofía Trinidad Alvarado, y los asesinatos de las 328 mujeres en el transcurso
del año 2014.
El caso de María José y Sofía deja en evidencia la situación de violencia
femicida generalizada y la inexistente respuesta del Estado de Honduras para prevenir,
investigar y sancionar los femicidios.
El CDM ha manifestado de manera constante la falta de voluntad política para acabar con
la impunidad; esto se ejemplifica al recordar que a 16 meses de la tipificación del
femicidio en el país, únicamente habían sido presentados 7 requerimientos fiscales
La impunidad instalada en todos los niveles de las instituciones responsables de
garantizar la seguridad de la población así como la investigación y sanción del delito, ha
llegado a extremos de ocultar el asesinato de al menos 45 mujeres ocurridos entre enero
y junio de 2014, como lo evidenciara el CDM en octubre de éste año con la investigación
recogida en el Boletín “Un ejercicio de auditoría social sobre las muertes violentas de
mujeres: Lo que esconde el Estado hondureño”.
Ponemos de manifiesto que la violencia contra las mujeres y el alarmante aumento de los
femicidios es una consecuencia de la cultura machista y misógina que castiga a las
mujeres que desafían el poder y el dominio patriarcal, justificando la violencia cuando las
mujeres no son femeninas, cuando no regresan a su casa temprano o cuando no son
sumisas.
Esta misma cultura utiliza mecanismos como el control sobre los cuerpos y
vidas de las mujeres reforzando las respuestas violentas contra ellas.
Llamamos la atención sobre la re victimización de la que son objeto las mujeres
asesinadas y sus familias, al depositar en ellas la responsabilidad de la violencia; así como
la construcción por parte de la sociedad de justificaciones en base a prejuicios que
contribuyen a distraer la atención de la responsabilidad del Estado en la garantía de
seguridad a la población. No toleramos, ni toleraremos jamás, justificaciones para la
violencia contra las mujeres y el femicidio.
Los asesinatos de María José y Sofía, expresan lo que las políticas de seguridad han
hecho con Honduras: moldear el comportamiento y las respuestas de la sociedad a los
modos de actuar usuales en el crimen organizado.
Tegucigalpa, 19 de noviembre de 2014
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