Representantes
de organizaciones de distintos países de América Latina y de redes
internacionales, reunidos en La Ceiba, Honduras, hemos constatado
mediante los testimonios locales la grave situación que enfrentan las
comunidades campesinas, indígenas y garífunas debido al avance voraz del
monocultivo de palma africana.
Pronunciamiento Internacional
ANTE
LA GRAVE SITUACIÓN GENERADA POR LA EXPANSIÓN DE MONOCULTIVOS DE PALMA
AFRICANA EN HONDURAS EN EL MARCO DEL ENCUENTRO LATINOAMERICANO:
“MONOCULTIVOS EN GRAN ESCALA ENAMERICA LATINA, ACAPARAMIENTO DE TIERRAS Y
AMENAZAS A LA BIODIVERSIDAD Y SOBERANIA ALIMENTARIA”
6 al 11 de septiembre de 2014 - Territorio Garífuna Hondureño
Representantes
de organizaciones de distintos países de América Latina y de redes
internacionales, reunidos en La Ceiba, Honduras, hemos constatado
mediante los testimonios locales la grave situación que enfrentan las
comunidades campesinas, indígenas y garífunas debido al avance voraz del
monocultivo de palma africana.
Los
monocultivos de palma africana en Honduras, como en muchos países
tropicales donde se han impuesto, son parte de un modelo de producción
que se basa en el acaparamiento de territorios con el fin de generar
riquezas para un puñado de empresarios nacionales y compañías
transnacionales. En la mayoría de los casos, gobiernos locales y
nacionales actúan en complicidad con las empresas palmeras a través de
sus funcionarios u operadores políticos que retuercen leyes para
favorecer al gran capital.
La
situación hondureña refleja lo que ocurre en muchos países de América
Latina, África y Asia donde se impulsa el agronegocio disfrazándolo de
proyectos de “desarrollo”, muchas veces destinados a la producción de
agrocombustibles o “energías renovables” para enfrentar el cambio
climático. Sin embargo ésta es una falsa solución que solo profundiza el
cambio climático. La única solución posible ante esta trágica realidad
es un cambio urgente del modelo de producción y consumo a nivel
internacional.
Ante
esta situación expresamos nuestra solidaridad con el pueblo Garífuna,
Indígena, y Campesino de Honduras ante los grandes desafíos que
enfrentan por la defensa de su territorio, debido a la imposición de
proyectos de alto impacto social, ambiental y cultural, como los
monocultivos de palma africana. Saludamos la valiente defensa que
hombres y mujeres de estos pueblos -a pesar de vivir en un contexto
totalmente adverso- han emprendido para exigir al Estado hondureño el
cumplimento de sus derechos humanos fundamentales.
Denunciamos
enérgicamente las graves violaciones a los derechos humanos, el despojo
y desplazamiento de los pueblos, la criminalización de la lucha por la
defensa de los territorios, las acciones de amenazas y persecuciones que
desde hace varios años se imponen para favorecer los intereses
empresariales en claro detrimento de los derechos colectivos.
Este
modelo de expansión e imposición de monocultivos para la Organización
Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) expresa un racismo ambiental que
viene desde el mismo Estado, quien ha desconocido los derechos
históricos de los pueblos Garífuna, Indígenas y Campesinos sobre sus
territorios y de sus derechos colectivo, actuando en favor de los
intereses empresariales nacionales y trasnacionales de la palma africana
y otros monocultivos. Este modelo se ha implementado con el respaldo de
políticas fomentadas por el mismo Estado hondureño y con la complicidad
de sus diversas instituciones gubernamentales.
Públicamente
denunciamos que la expansión de la palma africana ha generado pérdida y
destrucción de bosques y humedales; disminución y desvío de los cursos
de agua; contaminación de aguas y suelos debido al uso de agrotóxicos en
estos monocultivos en gran escala; impactando directamente en la salud
de hombres, mujeres, niños y ancianos de las poblaciones aledañas.
Vemos
con gran preocupación el impacto de estos monocultivos de palma en la
soberanía alimentaria de las poblaciones locales. Las tierras que antes
producían alimentos han sido transformadas ahora en grandes monocultivos
de palma y la población local pasa a depender de los mercados foráneos,
que además de impactar en el costo de los alimentos impone cambios en
el tipo de alimentación.
Todo
lo anterior ha producido cambios en la forma de vida que afectan al
patrimonio cultural y espiritual de estos pueblos, para quienes sus
costumbres, tradiciones, leyendas, conocimientos ancestrales y
religiosidad están profundamente ligadas al territorio y a la tierra.
Sumado
a este contexto, alarma el impulso que el Estado hondureño ha dado a
las Zonas Especiales de Desarrollo –ZEDES- conocidas como “Ciudades
Modelo”, particularmente a los proyectos que pretende imponer en la
región del Pacífico hondureño y en el territorio Garífuna. De
concretarse estos proyectos generarán desplazamiento de las poblaciones y
nuevas violaciones a los derechos humanos. Esta realidad socio
ambiental se agudiza cuando se sobreponen otros intereses y actividades
de alto impacto como la explotación de minerales metálicos, operaciones
para la exploración petrolera, entre otros.
Por
todo lo anterior, junto a las organizaciones populares hondureñas,
elevamos nuestra voz alertando la gravedad de esta situación y exigimos
al gobierno hondureño que reconozca y restituya los derechos
territoriales y ancestrales del pueblo Garífuna, indígenas y campesinos.
Así mismo, que en cumplimiento de los convenios y tratados
internacionales en relación a los derechos humanos, se reconozcan los
daños sociales y ambientales generados y castigue a los responsables.
Autor: Alianza por la Biodiversidad, Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe, Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, Red contra los Monocultivos de Árboles en América Latina.
http://censat.org/es/noticias/pronunciamiento-internacional-ante-la-grave-situacion-generada-por-la-expansion-de-monocultivos-de-palma-africana-en
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