En mi calidad de Director
Ejecutivo del CPTRT y como defensor de los derechos humanos me dirijo a las autoridades
y representantes del Congreso Nacional de la República, dirigentes de los
movimiento sociales y de la Sociedad Civil para manifestarnos sobre la
discusión, socialización y aprobación de una ley sobre defensores/as de los
derechos humanos bajo las siguientes consideraciones y posicionamientos
sociales, políticos y éticos.
1.
La situación de derechos
humanos que se vive en Honduras es extremadamente grave y tiene un carácter
multimensional y lejos de mejorar se agrava cada hora y tiene su fundamento en
las causas estructurales, sociales , históricas, económicas y políticas que se
reflejan en una política criminal del estado de carácter inquisitivo-punitivo,
basado en leyes cada vez mas
excluyentes, discriminativas, clasistas, sexistas y homofóbicas que en nombre
de la Seguridad han llevado a la militarización de casi todas las estructuras
del Estado, incluyendo el Ministerio Público, Ministerio de Salud y las
instituciones operadoras de justicia con tendencia a crear cada vez mas entidades que están basadas
en la inteligencia militar, en la criminalización de la pobreza y a protesta
social, a lo cual se suman las tendencias
de retrocesos históricos tales como las posibles reformas al código penal
para aumentos de penas de los delitos contra la seguridad interior del estado,
además la reducción de la edad punible de los niños y niñas, lo que provoca el reforzamiento
de las normas que protegen los intereses depredadores de empresas multinaciones
mineras, deforestadores del bosque y los daños al sistema de nuestra riqueza
fluvial y marítima, leyes que violan los derechos laborales y menoscaban los derechos humanos de las
comunidades indígenas, garífunas y campesinas.
2.
Las políticas económicas han
estado destinadas a hacer más ricas y
poderosas las multinacionales y sectores
de la oligarquía dominante para destruir las pequeñas empresas, alterar las cooperativas campesinas y las comunidades indígenas, garífunas y fraccionar el movimiento sindical y dividir
profundamente toda la sociedad hondureña.
3.
Las políticas de
criminalización y de exclusión, heteropatriacal clasista, racial y de género se
reflejan en la corrupción del sistema de
servicios de salud (IHSS), falta de medicamentos por la inoperancia del
Ministerio de Salud. La crisis del sistema educativo con más de medio millón de
niños sin acceso a las escuelas, persecución contra el magisterio nacional,
represión del estudiantado universitario y de secundaria y en consecuencia la
inmovilización social y extrema pobreza
en las áreas indígenas, campesinas y garífunas.
4.
Mientras se estrangulan los
programas en salud, educación, reforma agraria y desarrollo cultural, se
incrementan sustancialmente la militarización, la inteligencia militar y la compra de armas. El presupuesto de defensa, seguridad y sistema de justicia
se incrementó del 2008 al 2014 en aproximadamente cuatro mil seiscientos
ochenta y cinco millones lempiras
mientras que el presupuesto de educación
dos mil trescientos setenta y nueve millones de lempiras.
5.
No obstante la militarización,
la política de seguridad tanto militar como policial ha sido
incapaz de bajar la tasa de impunidad que llega aproximadamente al 92 %
en relación con los casos de muertes violentas,
mientras la tasa de homicidios por cien mil habitantes no ha decrecido
sustancialmente.
6.
El reflejo real de la política
criminal del estado, de la economía política
y de la impunidad en los casos de
muertes violentas se reflejan en el reducido números de acusaciones presentadas
por el Ministerio Público, a contrario sentido un incremento escandaloso de las
personas privadas de libertad por delitos comunes incluso, el aumento de la
judicialización por delitos contra la propiedad como los robos famélicos.
7.
En relación con las violaciones
de DDHH de los defensores(as) de los derechos humanos (muertes violentas,
amenazas, hostigamientos, torturas, detenciones ilegales y arbitrarias,
desalojos forzosos, criminalización, acusaciones falsas, desapariciones y desalojos forzados) las investigaciones por
parte del Estado son escasas por no decir nulas, para el caso entre el 2010 y
2013 FUERON ASESINADOS 33 PERIODISTAS Y
COMUNICADORES SOCIALES, entre febrero 2010 y agosto del 2013 66 abogados(as)
fueron asesinados. Según las organizaciones de la diversidad sexual después del
golpe militar 2009 hasta la fecha 168 personas han sido asesinadas y
violentadas en sus derechos y según el CONADEH sólo el cuatro por ciento de los
casos han sido judicializados. Entre 2012 y 2013, 1242 mujeres han sido
asesinadas.
8.
Las muertes violentas de los
campesinos del Aguan llega a más de un centenar
y los desalojos violentos continúan; en igual forma a la inseguridad y represión de la Comunidad de
Vallecito y la persecución contra los dirigentes garífunas de OFRANEH , el COPINH, las violaciones a los derechos
ambientales de la Madre TIERRA, y los defensores(as) ambientalistas (Azacualpa,
San Andrés, Valle de Siria, Agalteca, Corpus, Choluteca, Santa Barbara,
Olancho, Colon y Gracias Dios a lo cual se suman proyectos nefastos como
ZEDE.(ciudades Charter o ciudades Modelo).
Por lo tanto basados en el Artículo 1 de
la Declaración sobre los defensoras(es) de los DDHH, aprobada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas (1999) que considera: “Defensores de los
derechos humanos a toda persona que individual o colectivamente promueva y
procure la protección y realización de los derechos humanos y las libertades
fundamentales en los planos nacional e internacional”. Por lo que es necesario
la participación en la socialización y discusión del articulado de la ley de
defensores(as), sus mecanismos de protección , la autonomía de un órgano especial de protección y
seguridad que no dependa del sistema de seguridad y defensa del Estado y la
necesidad de conceptualizar, aplicar y poner en práctica la valoración de riesgos,
la necesidad de investigación de las violaciones a los ddhh de los
defensores(as)como mecanismo protección, la sanción de los responsables y las
respectivas indemnizaciones de los daños físicos, materiales, psicológicos y
sociales.
Reiteramos nuestro apoyo a la
creación de una ley, siempre y cuando exista la participación de todos/as
los/as defensores/as de DDHH y exista autonomía plena de un organismo que no
dependa del sistema de seguridad y defensa del Estado, de lo contrario esta ley
no garantizaría la defensa de los DDHH.
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