Andrea Ixchíu hablando sobre la
impunidad que rodea al caso del genocida Ríos Montt.
La nueva actividad de la Taberna
Internacionalista Vasca de Buenos Aires, estuvo dedicada a Guatemala. En esta
oportunidad se contó con la presencia de Andrea Ixchíu, joven activista social
maya quiché guatemalteca.
El encuentro estuvo organizado por Resumen
Latinoamericano y la Comisión Centenario Jacobo Arbenz en Argentina, al
cumplirse un año del juicio al general Efraín Ríos Montt, imputado como genocida
por la justicia y luego impunemente liberado por el Congreso de Guatemala.
Eso, generó todo un aparataje político del
actual gobierno de Guatemala que destituyó a la fiscal del Ministerio Público,
Claudia Paz por haber llevado a tribunales a Ríos Montt, suspendió a la jueza
Jazmín Barrios ante el Colegio de Abogados, más la descalificación pública.
Andrea también destacó el permanente acoso a la dirigencia de AJR, Asociación
Justicia y Reconciliación, que fueron quienes hicieron posible que el juicio se
llevara a cabo, y el nuevo mecanismo de criminalización de las organizaciones
indígenas y de estigmatización de los líderes vinculándolos con grupos
extremistas, un ataque “de lo más agresivo que hemos vivido después de la
guerra”, aseguró.
Como activista social, Ixchíu cree que para
hacerle frente a estos discursos tan perversos que cuentan con la complicidad de
los medios masivos de comunicación, la comunidad indígena tiene que tener una
estrategia colectiva en defensa de la lucha por la memoria, la dignidad y la
justicia. Aparte de resistir las
constantes amenazas y presiones, las comunidades tienen que luchar en su
interior contra aquellos que fueron cooptados por la fuerza política que
aprovechando la pobreza de estos grupos les da dinero para lograr que no sigan
presionando a los mecanismos de justicia ni acudan a ellos para pedir sus
derechos. “Esta perversidad denota el nivel de intromisión de las elites
económicas dentro del gobierno, pero también la verdadera amenaza que
representan los gobiernos indígenas para el Estado. Por eso están buscando como
locos cooptar… Porque después de que los ixiles presentaran la denuncia como un
grupo indígena, se sumaron tres grupos más y acudieron a los órganos
jurisdiccionales a pedir cárcel para los militares”, afirmó la joven maya
quiché.
Para Ixchíu, la lucha por la memoria y la
resistencia de la defensa del territorio están completamente vinculadas. Es
importante darse cuenta de que el proyecto neo liberal, extractivista, ahora que
ya se acabó la parte que habían robado hace muchos años también quieren las
pocas reservas naturales que han protegido los pueblos indígenas y que son parte
importante de su vida. A partir de allí hay que ir “desnudando este monstruo que
tiene muchas cabezas, que está en muchos países, y de algún modo también es un
precedente para visibilizar todo el aparato que generó el genocidio: la
ambición, el acaparamiento de tierras, los desplazamientos de las personas a
lugares que ahora son hidroeléctricas, donde ahora hay
mineras”.
Ya
al inicio de
su mandato en el 2012 Pérez Molina proyectó una reforma de la Constitución donde
le daba poder al ejército y modificaba los artículos sobre derechos de los
pueblos indígenas para poder tener injerencia dentro de sus gobiernos. Ante un
discurso paternalista y de obvia intromisión, los pueblos indígenas se
movilizaron masiva y pacíficamente, recibiendo una brutal represión estatal que
dejó más de cuarenta muertos que el Estado guatemalteco quiso atribuirle a los
manifestantes. En estos síntomas se basa Andrea Ixchíu para testificar que desde
que llegó este gobierno “todas las manifestaciones, todas las resistencias en
Guatemala, son criminalizadas. Ha habido muchos líderes presos y muertos en
estos últimos años del gobierno de Pérez Molina y eso es grave, es alarmante. De
alguna manera nos muestra de que el genocidio continúa, que no se ha acabado”.
Antes de que
la joven de Totonicapán comenzara a explicar la situación actual de Guatemala se
proyectó un documental sobre el juicio al genocida Ríos Montt: “Dictador en el
banquillo” de Pamela Yates, ganadora del último Festival de Cine Internacional
de Derechos Humanos de Argentina y se dio cierre al encuentro cuando todos los
presentes cantaron “Corazón Ixil-cambia la estación” del cantautor guatemalteco
Fernando López en apoyo a la lucha de la comunidad indígena.
Fuente: www.resumenlatinoamericano.org
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