Autor del articulo: Especial Proceso Digital / D19 /Rosa Morazán
Asimismo,
Cortés, Francisco Morazán, Olancho y Yoro son los cuatro departamentos
que por distintas razones generan la mayor cantidad de migración.
El
Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) y otras
instituciones, estudian las causas y efectos del desplazamiento forzado
en Centroamérica, problema que todavía no destaca como prioridad
regional.
En
los últimos tres años se registra un incremento de solicitudes de asilo
y refugiados provenientes, principalmente, de Guatemala, El Salvador y
Honduras, que demandan protección internacional.
De
El Salvador ocho mil 153 personas se convirtieron en desplazados, de
Guatemala cinco mil 369 y de Honduras dos mil 607 personas.
Estados
Unidos albergó al 65 por ciento de los solicitantes, Canadá al 17%,
México al seis por ciento y luego Costa Rica, Panamá, Belice y otros.
Los
peticionarios centroamericanos argumentan que el crimen organizado, el
narcotráfico y las maras los orillaron al desplazamiento forzado.
Entre
otras causas relacionadas con inequidad, la inseguridad también es
resultado de la herencia de guerras civiles y proliferación de armas,
problemas de maras y pandillas y crimen organizado.
Honduras
Resultados
preliminares indican que los principales departamentos expulsores de
migrantes son: Cortés (12.7%), Francisco Morazán (11.5%), Olancho
(10.6%) y Yoro (9.8%). El menor número de migrantes al exterior está en
Gracias a Dios (0.08%) e Islas de la Bahía (0.16%).
Por
motivos de inseguridad y amenazas Olancho (14.9%), Cortés (13.2%),
Colón (10.4%), Francisco Morazán (8.8%) y Yoro (8.3%). En contraposición
los departamentos que menos expulsados tiene por ambos motivos son
Gracias a Dios, Islas de la Bahía y La Paz.
De
junio a diciembre de 2013, ACNUR investigó las causas del
desplazamiento en 22 mil 632 migrantes retornados y determinó que de ese
total mil 92 migrantes reportaron que ambas causas provocaron el viaje.
De éstos, 651 mencionaron amenazas y 441 inseguridad.
Paola
Bolognesi, funcionaria del ACNUR en Honduras, dijo que a nadie le gusta
convertirse en refugiado pero en distintos lugares del mundo muchas
personas son obligadas a movilizarse interna o externamente con el
propósito de recuperar la esperanza y reconstruir vidas.
Explicó
que en los ochenta el organismo trabajó intensamente en la región ya
que miles de centroamericanos se convirtieron en refugiados. En
septiembre de 2013 ACNUR habilitó una nueva oficina en Honduras.
Bolognesi explicó que en el caso hondureño las maras y el narcotráfico provocan el desplazamiento forzado de personas.
Existen
casos de agricultores a quienes los narcotraficantes les solicitan las
tierras para habilitar una pista o para otra actividad, y ante la
negativa de los dueños de la tierra los amenazan y éstos optan por
proteger la vida y abandonar el sector.
Algunos
integrantes de maras también han provocado el desplazamiento de
familias y de jóvenes a los que han pretendido convertir en parejas o en
aliados del crimen.
Otros
se han tenido que movilizar porque no pagaron el impuesto de guerra,
porque son víctimas de extorsión o porque no entregan al extorsionador
parte del dinero que en concepto de remesas reciben del exterior.
Bolognesi
indicó que ACNUR realiza una investigación para determinar con certeza
las causas y consecuencias del desplazamiento forzado en Honduras, e
impulsar políticas eficaces que faciliten la atención integral, incluida
la prevención del problema.
Reveló
que de 17 mil migrantes retornados encuestados, preliminarmente se
conoce que un cinco por ciento se fue del país por amenazas e
inseguridad, y un 95 por ciento por razones económicas, en busca del
"sueño americano".
La
entrevistada indicó que el gobierno de Honduras admite la existencia
del problema y esto es positivo porque permite el consenso e
implementación de acciones eficaces.
El
gobierno hondureño suscribió un convenio de cooperación con el ACNUR y
éste pondrá al servicio de este país centroamericano su experiencia en
protección, asistencia y soluciones durables para personas refugiadas y
desplazados internos.
Honduras
es el único país centroamericano que creó la Comisión
Interinstitucional para la Protección de las Personas Desplazadas por la
Violencia (CICESCT) y las autoridades han ratificado que atenderán este
problema.
Mientras
tanto, el ACNUR trabaja en algunas investigaciones para facilitar
información de interés al país, mantiene comunicación con el gobierno y
en forma coordinada elaborarán una estrategia para luego solicitar el
apoyo de la comunidad internacional.
La
funcionaria del ACNUR destacó el trabajo del Centro de Atención al
Migrante Retornado (CAMR) y el apoyo de éste al trabajo del ACNUR.
Especial Proceso Digital / D19 /Rosa Morazán