Víctor
Manuel Ramos
El pueblo hondureño ha
quedado boquiabierto con las informaciones que se desprenden de los actos de
corrupción de que ha sido víctima el Instituto Hondureño de Seguridad Social
(IHSS). La gravedad del asunto es de tal magnitud, si se toma en cuenta que,
debido a que los fondos del Seguro, en
vez de ser utilizados para satisfacer las necesidades de los derechohabientes
(medicamentos, exámenes clínicos, pago de incapacidades, etc.), fueron a parar
a los bolsillos de los administradores de la institución, o quizá a los fondos
para una campaña electoral, tal como hoy lo sabemos, pero -y al pueblo en estos
asuntos ya no se le da atol con el dedo-, todos sospechamos que detrás del
personaje, ahora recluido en la penitenciaría nacional por este caso, hay otros
de mayor envergadura por su posición en el engranaje de la administración del
Estado.
Es sorprendente que en
estos momentos, en que el tsunami que ha provocado los actos de corrupción que
la Fiscalía ha encontrado en el IHSS, muchos responsables de la conducción de
la institución quieran hoy lavarse las manos y alegar inocencia a pesar de que
le ley les señala responsabilidades claras y precisas y que debieron conocer
cuando asumieron las funciones de dirigir el IHSS y aceptar su categoría como
funcionarios públicos tal como lo
establece el artículo 19 de la Ley de IHSS : “Los miembros de la Junta Directiva
se consideran funcionarios públicos”
Además, el artículo 22 es claro porque
establece que los miembros de la Junta Directiva serán responsables por cualquier
acto, por resolución u omisión, que cause perjuicio a la Institución. El
artículo 24 establece responsabilidad para la Junta Directiva del IHSS por
inobservancia de la ley o por negligencia y en los artículos 27 y 30 se señalan
con precisión las responsabilidades del Director y del Sub Director del IHSS,
actualmente prófugo de la justicia.
Detrás de estos actos
bochornosos están muchos muertos que no pudieron encontrar en los servicios de
salud, a que deviene obligado el IHSS, la respuesta adecuada y oportuna a sus
quejas. Esos compatriotas que murieron porque el IHSS no les dio respuesta a
sus necesidades de atención médica adecuada ya no pueden reparar el daño que
recibieron de la institución y pienso que no deben ser olvidados al momento de
hacer justicia y de señalar los delitos en que han incurrido quienes están
embarrados hasta el tuétano en la corrupción que reina en el IHSS.
El pueblo hondureño,
sobre todo los derecho habientes, pagan de su miserable salario una cuota para
el adecuado funcionamiento del Seguro, como le llama la gente, sin que reciban
a cambio los servicios que debe brindar la institución.
Tampoco deben dejar de
lado, los fiscales y los jueces, el grave hecho de que en estos intertrígulis
de corrupción del IHSS hay también asesinatos de empleados y sindicalistas y
amenazas a muerte que han provocado la huida a otros países de otros empleados,
lo que demuestra que las mafias incrustadas en la institución también tienen un
actuar criminal.
El pueblo hondureños,
todo el pueblo, está pendiente del curso que tomen estas denuncias sobre la
corrupción en el IHSS y por eso quienes se sientan dañados por el IHSS deben
interponer sus denuncias en la fiscalía, incluidos quienes no reciben sus
medicamentos. Los hondureños esperamos
que las investigaciones lleguen a fondo y que tanto a los funcionarios públicos
del IHSS que han participado, por acción o por omisión, en estas atrocidades, como a los empresarios
que se han prestado para la ejecución de estos delitos, así como los
funcionarios de más alto nivel que igualmente se han aprovechado de estos atracos,
sean juzgados con todo el peso de la ley para que, en vez de más impuestos, se
establezca, por fin, un régimen nacional que destierre, de una vez por todas,
la corrupción como norma entre nuestros funcionarios públicos. Porque ahora lo
que sabemos solo corresponde a la punta del “iceberg”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario