Fotos G. Trucchi | LINyM |
Por Giorgio Trucchi | LINyM
En el acto de cierre de la reunión del Grupo de Trabajo del Foro de Sao Paulo,
que tuvo lugar los días 19 y 20 de febrero en Managua, Nicaragua, las
fuerzas que integran esta instancia política regional evidenciaron los
importantes avances logrados en los últimos años, al tiempo que
alertaron sobre
la estrategia de desestabilización, impulsada por la derecha
latinoamericana y el imperio, para revertir los procesos unitarios e
integracionistas que se están dando en el continente.
Mónica Valente,
secretaria ejecutiva del Foro de Sao Paulo, dio lectura a la
Declaración del Grupo de Trabajo, remarcando el balance "indudablemente
favorable" de la situación política que viven las fuerzas progresistas y
de izquierda latinoamericana. "Cuando fue creado el Foro de Sao Paulo
(1990), un sólo país estaba gobernado por un partido perteneciente al
Foro, y hoy son más de diez", se lee en el documento.
Después de declarar su respaldo al FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) y al gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional presidido por Daniel Ortega, quien participó en el acto de cierre de la reunión, las fuerzas que integran el Grupo de Trabajo evidenciaron dos elementos políticos de mayor importancia.
Por un lado, "la
indiscutible continuidad en el avance de las fuerzas progresistas y de
izquierda en América Latina y el Caribe", como es el caso de los
recientes resultados electorales logrados por el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) en El Salvador, el partido LIBRE (Libertad y Refundación) en Honduras, el Frente Amplio en Costa Rica y por la alianza política que postuló la candidatura presidencial de Michelle Bachelet en Chile.
Por el otro, el documento alerta sobre "la
estrategia de desestabilización ejecutada por la ultraderecha
fascista", en respuesta a los logros alcanzados y ante "su incapacidad
de derrotar políticamente a las fuerzas populares".
Solidaridad con Venezuela
El
caso más emblemático es el de Venezuela, donde la oligarquía y la
ultraderecha "insisten en el ya fracasado formato golpista",
pretendiendo destruir ese nuevo proceso democrático, que es "capaz de
resolver los grandes problemas de la pobreza endémica, la marginación
social y la falta de oportunidades para las grandes mayorías".
"Dicha
estrategia desestabilizadora, injerencista y golpista - continúa la
declaración - ha sido aplicada y copiada a la perfección en diferentes
partes del mundo, promovida por organismos de fachada financiados por el
imperialismo".
En
este sentido, el Grupo de Trabajo emitió una segunda Declaración en
solidaridad con Venezuela, en la que, además de expresar su plena
solidaridad con la Revolución Bolivariana, evidenció la existencia de un
plan desestabilizador contra el "constitucional, legítimo y popular"
gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Además,
el Grupo de Trabajo rechazó las declaraciones del gobierno de Estados
Unidos, considerándolas una agresión política y diplomática contra
Venezuela. "Rechazamos esta intervención norteamericana como una nueva
injerencia imperialista en los asuntos internos de los pueblos y
gobiernos de América Latina y el Caribe", apunta la Declaración de
Managua.
Asimismo,
las fuerzas que integran el Grupo alertaron a la comunidad
internacional y a todos los partidos democráticos, progresistas,
nacionalistas y de izquierda, así como a las organizaciones sociales,
sindicales y populares del mundo, "frente a esta nueva escalada de la
derecha contra el pueblo de Venezuela". Convocaron a movilizarse para
expresar su solidaridad "contra la amenaza de golpe, intervención y
campañas mediáticas de desinformación".
Finalmente, una delegación del Foro de Sao Paulo viajará muy pronto a Caracas "para expresar nuestra solidaridad al pueblo y gobierno venezolano", al tiempo que convocó a una jornada mundial de solidaridad con Venezuela para el 13 de abril.
Unidad e integración
Mónica Valente señaló
también la importancia de los próximos comicios electorales que se
realizarán, durante el año en curso, en Bolivia, Brasil y Uruguay.
También, destacó la importancia histórica que tiene la CELAC (Comunidad
de Estados Latinoamericanos y Caribeños) "en el camino de la unión
continental de nuestra Patria Grande", así como el papel relevante que
juega la iniciativa solidaria y de cooperación mutua del ALBA (Alianza Bolivariana de los Pueblos de nuestra América).
Finalmente,
el Grupo de Trabajo exigió el levantamiento "del criminal cerco que
mantiene el imperialismo estadounidense contra Cuba" y la liberación de
los Cinco Héroes cubanos prisioneros del imperio. Respaldó el diálogo de
paz entre las FARC-EP y el gobierno colombiano, y expresó su
"firme solidaridad" con la lucha por la independencia de Puerto Rico,
exigiendo la liberación del preso político puertoriqueño Oscar López Rivera.
Asimismo,
reivindicó "como causa latinoamericana y caribeña" la recuperación de
la soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas, criticó ásperamente
la creación de la Alianza del Pacífico (AP) entre Chile,
Colombia, México y Perú y las negociaciones para firmar el Acuerdo
Estratégico Trans-Pacífico de Cooperación Económica (TPP), que
involucra 12 países de América, Asia y Oceanía, en cuanto "dañan la
integración económica, comercial, política y cultural de los pueblos
latinoamericanos y caribeños", expresada en procesos propios de Nuestra
América como la CELAC, Unasur, Mercosur, ALBA, PETROCARIBE, Banco del Sur y CARICOM.
"Vamos
avanzando y construyendo un modelo propio, surgido de nuestra propia
realidad, historia, de los anhelos propios de nuestros pueblos que han
sido postergados, humillados y oprimidos por la voracidad del
colonialismo, el neocolonialismo y la globalización neoliberal, en
búsqueda de la agenda de la Patria Grande", concluye el documento.
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