Estamos
en la recta final del proceso electoral y diariamente encontramos lo que el
electorado, real y potencial, va opinando acerca de candidatos, programas y
propuestas para el país. En este caso vamos a fijarnos en aquello que el
empresariado, o al menos un sector del mismo, dice de cara a los retos
económicos y políticos del país.
En
primer lugar nos hacemos eco de la noticia que se refiere a que la empresa Bijao
Electric, de capital hondureño y guatemalteco, generará 60 megavatios de energía
a un 35% más barato que el de las generadoras térmicas. Jaime Rosenthal señalaba
que la nueva empresa venderá energía a las maquilas a precios directos. Detrás
de este proyecto están Cementos del Norte de Honduras y Cementos Progreso de
Guatemala y, más concretamente el Grupo Continental.
Es
una manera muy empresarial de decir que el Estado y gobierno actuales son
ineficientes y caros. Y que la economía en manos privadas no necesita ser
controlada y supeditada por la política puesto que organiza la sociedad mucho
mejor. Es decir que, haciendo un paréntesis histórico de la crisis financiera
neoliberal de 2008, vuelve a insistir en que la economía debe estar por encima
de la sociedad y la política y caminar sin ningún tipo de
ataduras.
El
otro ingrediente polémico lo ha puesto Adolfo Facussé al expresar sus simpatías
por Xiomara Castro y el partido LIBRE diciendo que su propuesta es muy
conciliadora con la empresa privada y la realidad del país: “estamos hartos de
tener el país más corrupto, más atrasado, más endeudado y donde se asesina más
gente del mundo”, expresó. Personalmente piensa que es muy positivo la apertura
de la oferta electoral y el poder darles un buen susto a los partidos
tradicionales.
El
COHEP cerró filas ante las declaraciones del presidente de la ANDI diciendo que
son sus opiniones respecto a la política y no la de los empresarios. Rechazan la
Asamblea Nacional Constituyente puesto que ahuyenta los inversionistas y estanca
la economía. Más bien, “el COHEP en pleno está a favor de la democracia, el
respeto a la propiedad privada y, sobre todo, a los derechos de todos los
hondureños”.
Como
resumen pide que miremos a Venezuela donde se están saqueando los comercios; y
que con ideologías y dimes y diretes no se resolverá el problema del desempleo y
de la inseguridad. Estas breves pinceladas son indicativas de las preferencias
electorales de este reducido, pero poderoso, sector de la sociedad que indicaría
de una forma indirecta los candidatos y proyectos político-económicos con los
que se identifica y está dispuesto a apoyar.
No
queremos dejar de aludir al hecho que el Tribunal Supremo Electoral, TSE pida
retirar el spot televisivo de Lula da Silva en el que brinda todo su apoyo a
Xiomara Castro y LIBRE por considerarlo una injerencia en los asuntos internos
del país. Lula da Silva, que sacó de la pobreza a más de 25 millones de
brasileños, dice en el mencionado spot que con el gobierno popular de Xiomara
Castro el país podrá reencontrase con la democracia, el progreso y la justicia;
que podrá desarrollarse generando empleo, distribuyendo riquezas y promoviendo
la inclusión social.
Lo
que resulta contradictorio es que los partidos de la “derecha radical” y el TSE
no hayan considerado injerencia sus discursos acerca del socialismo del siglo
21, el saqueo de los comercios en Venezuela y sus veleidades y el tener a la
población más informada de lo que pasa fuera y no dentro del país. En
definitiva, repetimos el titular de inicio: a medida que nos acercamos al día de
las elecciones va a apareciendo con mayor claridad cuáles son “las preferencias
económicas y los apoyos electorales” de los diferentes actores sociales que
definirán quien será el ganador el 24 de noviembre.
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