Autor del articulo: Proceso Digital /27.07.2013
Tegucigalpa - Pese a que son muchos los
hondureños que mueren en condiciones violentas en Honduras, este julio
dejó el vil asesinato del periodista Aníbal Barrow y aunque aún no se
logra la captura de los autores intelectuales del crimen, esta semana
una juez de sentencia se suma a la larga lista de casos conocidos como
“emblemáticos”.
-
Operadores de justicia piden seguridad para enfrentar al crimen
organizado, a la par salen a la palestra denuncias que magistrados de la
CSJ utilizan dineros de la OABI para “blindarse” sólo ellos.
- Sin rastros de los autores intelectuales de mandar a matar a Barrow, otro asesinato se suma a lista de “casos simbólicos”.
Este
viernes la jueza de sentencia progreseña Mireya Mendoza Peña (43) fue
enterrada en medio del repudio general; en el ambiente circulaban una
serie de preguntas que en Honduras casi nunca obtienen respuesta.
Mendoza
Peña, una abogada de prestigio y conocida por sus buenas costumbres,
había sido amenazada y planeaba retirarse de la profesión al final de
este año, pero sus victimarios se le adelantaron y la mataron en pleno
centro de la ciudad de El Progreso.
Los
compañeros de la malograda jueza de sentencia clamaban por justicia,
aunque al final coincidían que no sabían a quien pedirle que se
investigue este hecho criminal.
Al
momento que se le daba el último adiós a la jueza, decenas de globos
blancos se elevaban hacia el cielo como señal que urge la paz en este
país centroamericano.
Colegas
de la ahora occisa expresaron que el caso ha sido turnado a la Fiscalía
sampedrana y que la responsabilidad ha recaído en una unidad nueva
denominada “de altos crímenes”, nadie sabe cómo funciona o cuando fue
creada.
El
Ministerio Público, que por estos tiempos pasa una profunda crisis al
grado de estar intervenido, se apresta para conocer el nombramiento de
las nuevas cabezas de la institución, al tiempo que muchos fiscales se
arropan bajo el manto de la indefensión.
Se
dice que la próxima semana es crucial y que saldrán a luz pública los
nombres de fiscales ligados con el crimen organizado y que además
consumen drogas.
Por
su parte, el presidente de la Asociación de Jueces y Magistrados,
Teodoro Bonilla, expresó que muchos de sus colegas lo llaman para
decirle que renunciarán de sus cargos ante tanta indefensión que se vive
en el país.
Al
caso de la jueza Mireya Mendoza hay que agregarle el del “fiscal de
oro”, Orlan Chávez, nunca se conocieron detalles de su muerte y tampoco
sus victimarios están tras las rejas.
Mucha
tarea para los distintos operadores de justicia que ni siquiera son
capaces de investigar los crímenes de sus colegas, menos para pensar que
habrá respuestas para los más de 55 mil homicidios de los últimos diez
años.
¿Y los intelectuales de la muerte de Barrow?
Pese
a que las autoridades dijeron que estaban tras los pasos de los autores
intelectuales del horrendo asesinato del periodista Aníbal Barrow, casi
un mes ha pasado y poco o nada se sabe al respecto.
“En
los próximos días habrán capturas importantes”, expresaron las
autoridades al tiempo de revelar que los autores intelectuales estaban
plenamente identificados.
Muchos
consideran que este caso quedará como el de Alfredo Villatoro, Julián
Arístides González, Alfredo Landaverde, Orlan Chávez y otros tantos
considerados como emblemáticos.
Honduras
parece ser el país de estadísticas: 64 abogados asesinados en tres años
de los que 11 han muerto este 2013, así como tres jueces ultimados, 20
homicidios diarios, alrededor de 3 mil muertes violentas en los primeros
cinco meses de este año, son algunos de los números que retratan la
radiografía de inseguridad que no da tregua.
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