Autor del articulo: Proceso Digital
Tegucigalpa - Los hondureños despidieron
un año duro en la parte social, económica, y política. La quema de
monigotes, una costumbre arraigada a la cultura del país, fue el
principal acontecimiento que se vivió en diferentes barrios y colonias
del territorio nacional, pese a la prohibición de la quema de pólvora.
- Juan Orlando Hernández, Héctor Guillén los personajes preferidos que fueron quemados en las fiestas de año viejo.
El
Distrito Central retumbó desde las primeras horas de la noche del 31 de
diciembre y se acentuó más pasadas las 12:00 de la noche con la quema
de los tradicionales monigotes.
Populosas
colonias y barrios de la capital despidieron el 2012 con luces
pirotécnicas, pero lo que más prevaleció fue la quema de los llamados
“pichingos”.
El
común denominador de esta práctica fue retratar a dirigentes públicos,
incluido el presidente Porfirio Lobo y quemarlos la medianoche del 31 de
diciembre, junto a las penas, sinsabores y malos recuerdos que dejó el
año que recién terminó.
Entre
los personajes preferidos por los capitalinos también estuvo el del
jefe del Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández, así como el del ex
ministro de Finanzas, Héctor “Tito” Guillén, implicado en el escándalo
del millón de lempiras.
En
el sector de Germania, al sur de la capital, quemaron a un monigote que
representaba al gobernante Lobo. También en el populoso barrio
Bellavista se incineró la figura del primer ciudadano del país.
Mientras
en otros lugares se continuó con la tradición de la quema de monigotes
con mensajes y pancartas de protesta contra la administración pública.
No hay comentarios :
Publicar un comentario